¿Las mujeres embarazadas están en mayor riesgo por el COVID-19?
Aunque los datos son incompletos, estudios sugieren que los cuerpos de mujeres en embarazo son más vulnerables al COVID-19 por sus particulares sistemas inmunes y por el estrés de pulmones en el embarazo.
Una reseña en la revista Science trató de recopilar todo lo que sabemos hasta ahora sobre mujeres en embarazo y coronavirus, y la conclusión es la esperada: no existen suficientes datos conclusivos porque los datos son incompletos. Sin embargo, hay datos que sugieren que los cuerpos de mujeres embarazados podrían ser más vulnerables a los efectos del COVID-19. ES decir que no necesariamente estar embarazadas las hace más susceptibles al contagio, pero sí las hace más vulnerables a los efectos del virus que ataca pulmones y sistema cardiovascular, dos puntos del cuerpo de las embarazadas que ya están bajo estrés, especialmente después del séptimo mes de gestación: a medida que crece el útero, cada vez hay menos espacio para los pulmones. Es por eso que las mujeres embarazadas a menudo sienten falta de aliento, y eso afecta su función pulmonar.
Los primeros datos disponibles fueron los del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Según su estudio, entre 91.412 mujeres en edad reproductiva con infecciones por coronavirus, 8.207 estaban embarazadas. Todas tenían un 50% más de probabilidades de terminar en unidades de cuidados intensivos (UCI) que las mujeres que no estaban en embarazo. Las preñadas tenían 70% más probabilidad de usar ventiladores, aunque no tenían mayor o menor posibilidad de morir.
En Reino Unido, los científicos están estudiando las experiencias de las mujeres embarazadas a través del Registro de embarazo y neonatos de COVID. De acuerdo con BBC, las primeras investigaciones basadas en 427 mujeres embarazadas ingresadas en hospitales en el Reino Unido con Covid-19 encontraron que la mayoría tenían más de seis meses de embarazo, destacando la importancia del distanciamiento social en el tercer trimestre.
Las mujeres embarazadas de minorías étnicas, las madres mayores de 35 años y las que tenían sobrepeso u obesidad tenían más probabilidades de necesitar tratamiento hospitalario para la enfermedad pulmonar, según encontraron datos del Sistema de Vigilancia Obstétrica del Reino Unido. La mayoría de las mujeres dieron a luz de manera segura, aunque una de cada 10 requirió cuidados intensivos. Menos de 20 bebés nacieron antes de las 32 semanas. Las mujeres embarazadas de minorías étnicas, las madres mayores de 35 años y las que tenían sobrepeso u obesidad tenían más probabilidades de necesitar tratamiento hospitalario para la enfermedad pulmonar.
Estas primeras investigaciones basadas en 427 mujeres embarazadas ingresadas en hospitales en el Reino Unido con Covid-19 encontraron que la mayoría tenían más de seis meses de embarazo, destacando la importancia del distanciamiento social en el tercer trimestre.
De acuerdo con Science, el embarazo de por sí aumenta el riesgo de enfermedades graves por infecciones virales respiratorias. Durante la epidemia de gripe H1N1 de 2009, las mujeres embarazadas representaron el 5% de las muertes en los Estados Unidos, aunque constituyeron aproximadamente el 1% de la población. Un estudio encontró que las mujeres embarazadas con síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), que es causado por un virus que es primo cercano del SARS-CoV-2, eran significativamente más propensas a ser ingresadas en la UCI y morir que sus pares no embarazadas.
Las infecciones virales pueden ser más graves en mujeres embarazadas en parte porque “todo el sistema inmunitario está orientado a garantizar que no se cree una respuesta inmunitaria antifetal”, dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Facultad de Medicina de Yale, a Science. “La madre tiene que comprometer su propia defensa inmune para preservar la salud del bebé”.
Al mismo tiempo, el sistema inmunitario está lejos de estar inactivo en el embarazo, y “la respuesta inmunitaria realmente significativa a la infección ciertamente tiene el potencial de causar complicaciones”, dice Carolyn Coyne, viróloga de la Universidad de Pittsburgh.
¿Y los fetos?
En cuanto a los fetos en camino, un estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano y la Universidad Estatal de Wayne publicado en la revista eLife, estudió el caso de 700 mujeres ingresadas a hospitales en Nueva York. Ninguno de los 71 bebés nacidos se infectó con Sars-Cov-2. ¿Qué los protegió? “Las células placentarias rara vez expresan simultáneamente un par de moléculas de las que depende el virus para invadir las células: ACE2, un receptor unido a la membrana, y TMPRSS-2 , una enzima que activa el virus después de que se haya unido a ACE2. Por el contrario, descubrieron que los receptores para Zika y CMV son abundantes en las células placentaria”, explican los autores.
Sin embargo, el Sars-Civ-2 sí podría afectar el crecimiento del feto. Investigadores de la Universidad de Northwester que estudiaron las placentas de mujeres infectadas con coronavirus que tuvieron partos encontraron lesiones en los vasos sanguíneos del lado fetal de la placenta de 15 de las 16 mujeres estudiadas. Esto es peligroso para el crecimiento del feto porque los coágulos de sangre podrían limitar el oxígeno y los nutrientes que le entrega la mujer al feto.
Una reseña en la revista Science trató de recopilar todo lo que sabemos hasta ahora sobre mujeres en embarazo y coronavirus, y la conclusión es la esperada: no existen suficientes datos conclusivos porque los datos son incompletos. Sin embargo, hay datos que sugieren que los cuerpos de mujeres embarazados podrían ser más vulnerables a los efectos del COVID-19. ES decir que no necesariamente estar embarazadas las hace más susceptibles al contagio, pero sí las hace más vulnerables a los efectos del virus que ataca pulmones y sistema cardiovascular, dos puntos del cuerpo de las embarazadas que ya están bajo estrés, especialmente después del séptimo mes de gestación: a medida que crece el útero, cada vez hay menos espacio para los pulmones. Es por eso que las mujeres embarazadas a menudo sienten falta de aliento, y eso afecta su función pulmonar.
Los primeros datos disponibles fueron los del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Según su estudio, entre 91.412 mujeres en edad reproductiva con infecciones por coronavirus, 8.207 estaban embarazadas. Todas tenían un 50% más de probabilidades de terminar en unidades de cuidados intensivos (UCI) que las mujeres que no estaban en embarazo. Las preñadas tenían 70% más probabilidad de usar ventiladores, aunque no tenían mayor o menor posibilidad de morir.
En Reino Unido, los científicos están estudiando las experiencias de las mujeres embarazadas a través del Registro de embarazo y neonatos de COVID. De acuerdo con BBC, las primeras investigaciones basadas en 427 mujeres embarazadas ingresadas en hospitales en el Reino Unido con Covid-19 encontraron que la mayoría tenían más de seis meses de embarazo, destacando la importancia del distanciamiento social en el tercer trimestre.
Las mujeres embarazadas de minorías étnicas, las madres mayores de 35 años y las que tenían sobrepeso u obesidad tenían más probabilidades de necesitar tratamiento hospitalario para la enfermedad pulmonar, según encontraron datos del Sistema de Vigilancia Obstétrica del Reino Unido. La mayoría de las mujeres dieron a luz de manera segura, aunque una de cada 10 requirió cuidados intensivos. Menos de 20 bebés nacieron antes de las 32 semanas. Las mujeres embarazadas de minorías étnicas, las madres mayores de 35 años y las que tenían sobrepeso u obesidad tenían más probabilidades de necesitar tratamiento hospitalario para la enfermedad pulmonar.
Estas primeras investigaciones basadas en 427 mujeres embarazadas ingresadas en hospitales en el Reino Unido con Covid-19 encontraron que la mayoría tenían más de seis meses de embarazo, destacando la importancia del distanciamiento social en el tercer trimestre.
De acuerdo con Science, el embarazo de por sí aumenta el riesgo de enfermedades graves por infecciones virales respiratorias. Durante la epidemia de gripe H1N1 de 2009, las mujeres embarazadas representaron el 5% de las muertes en los Estados Unidos, aunque constituyeron aproximadamente el 1% de la población. Un estudio encontró que las mujeres embarazadas con síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), que es causado por un virus que es primo cercano del SARS-CoV-2, eran significativamente más propensas a ser ingresadas en la UCI y morir que sus pares no embarazadas.
Las infecciones virales pueden ser más graves en mujeres embarazadas en parte porque “todo el sistema inmunitario está orientado a garantizar que no se cree una respuesta inmunitaria antifetal”, dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Facultad de Medicina de Yale, a Science. “La madre tiene que comprometer su propia defensa inmune para preservar la salud del bebé”.
Al mismo tiempo, el sistema inmunitario está lejos de estar inactivo en el embarazo, y “la respuesta inmunitaria realmente significativa a la infección ciertamente tiene el potencial de causar complicaciones”, dice Carolyn Coyne, viróloga de la Universidad de Pittsburgh.
¿Y los fetos?
En cuanto a los fetos en camino, un estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano y la Universidad Estatal de Wayne publicado en la revista eLife, estudió el caso de 700 mujeres ingresadas a hospitales en Nueva York. Ninguno de los 71 bebés nacidos se infectó con Sars-Cov-2. ¿Qué los protegió? “Las células placentarias rara vez expresan simultáneamente un par de moléculas de las que depende el virus para invadir las células: ACE2, un receptor unido a la membrana, y TMPRSS-2 , una enzima que activa el virus después de que se haya unido a ACE2. Por el contrario, descubrieron que los receptores para Zika y CMV son abundantes en las células placentaria”, explican los autores.
Sin embargo, el Sars-Civ-2 sí podría afectar el crecimiento del feto. Investigadores de la Universidad de Northwester que estudiaron las placentas de mujeres infectadas con coronavirus que tuvieron partos encontraron lesiones en los vasos sanguíneos del lado fetal de la placenta de 15 de las 16 mujeres estudiadas. Esto es peligroso para el crecimiento del feto porque los coágulos de sangre podrían limitar el oxígeno y los nutrientes que le entrega la mujer al feto.