“Las próximas semanas serán muy complejas”: Fernando Ruiz, ministro de Salud
Para el ministro de Salud, en las siguientes semanas posiblemente habrá un incremento de casos y el sistema de salud tendrá que enfrentar días desafiantes, cree que la vacunación marcha cada vez mejor, pero confiesa que han pasado apuros para tener un tablero público de información, y dice que los privados tendrán un cupo para comprar 2,5 millones de dosis.
Sergio Silva Numa
- @SergioSilva03
El pasado jueves, los representantes del Gobierno les hicieron una propuesta a los de las empresas privadas. Ante las dificultades de conseguir vacunas, el Ministerio de Salud les planteó la posibilidad de darles un cupo más de 2,5 millones de dosis de la compañía china Sinovac para que inicien la vacunación de sus empleados. La única condición era que la compra se realizara a través del Gobierno y que se debía respetar el plan trazado por esa cartera. (Lea: En la última semana, Colombia aumentó el ritmo de aplicación de dosis de vacunas contra el COVID-19)
Fernando Ruiz, ministro de Salud, dice que, aunque es una contribución que parece poco ante los cerca de 70 millones de dosis que ha adquirido el país, será importante. Hasta el momento no ha recibido respuesta de los empresarios y está esperando que ellos definan un mecanismo financiero para pagarlas. “Ahora, la pelota está en manos de ellos”, asegura.
Mientras eso sucede, tiene un par de asuntos que le inquietan. Uno es lo que está sucediendo con la misión médica, porque los bloqueos han impedido el suministro de oxígeno y porque también hay pacientes con diálisis que empiezan a pasar apuros ante la ausencia de insumos. El otro tema que lo inquieta es lo que pueda suceder en las próximas semanas. “Serán muy complejas”, advierte.
Estamos en un momento difícil: UCI llenas nuevamente, alta positividad y alto número de contagios y de fallecimientos. ¿Estamos en el peor momento de la epidemia?
Estamos en el pico más agudo hasta ahora en número de contagios. La letalidad, probablemente, podría ser menor que los otros picos. Hay una cosa muy particular: hay algo positivo y es la baja afectación de personas mayores de 70 años debido a la vacunación, que se ha visto en todas las ciudades. Pero esto también ha correspondido a mayor contagio de personas más jóvenes, menores de esa edad, cuyas características frente a la enfermedad son diferentes. Mientras un menor de 80 años dura en promedio 5,5 días en UCI, un menor de 60 años puede durar 11,6 días. Entonces se congestionan más tiempo las UCI con pacientes jóvenes. Pero hay menor letalidad porque tiene menor tasa de mortalidad, pero sí permanecen más tiempo en UCI.
¿Qué esperan para las próximas semanas en el comportamiento de la epidemia?
Las próximas semanas serán muy complejas. Hay evidencia de que las aglomeraciones producen mayor afectación. Nosotros notamos, además, que si sale la gente mayoritariamente joven, muchas personas mayores se quedan en su casa y estas pueden ser contagiadas. Todavía no sabemos cuál es la consecuencia de eso, pero lo vamos a ver en las próximas semanas. Ya vemos en Bogotá, por ejemplo, un incremento de casos. Sumado a eso, el día de la madre que también pudo haber tenido un efecto importante.
Hace un año teníamos un serio problema de desabastecimiento de medicamentos. También hubo dificultades con el oxígeno. ¿Hay riesgo de que estas semanas suceda algo similar o tienen eso bajo control?
En medicamentos, por el lado de importación, estamos bien. No tenemos déficit, pero tampoco tenemos exceso. El problema más crítico es el de oxígeno y el problema más agudo es el tránsito y la disposición de medicamentos en hospitales y clínicas. El paro ha afectado la misión médica, el transporte de insumos y el transporte de medicamentos. Los pacientes más críticos son los que están en UCI por suministro de oxígeno y también los pacientes que están en tratamiento de diálisis renal que requieren suministro diario. Yo he venido denunciando todo el tiempo los problemas frente a la misión médica y la verdad me siento un poco solo. No he sentido una sola manifestación del Comité del Paro al respecto. Creo que los organismos internacionales también han sido un poco tímidos frente a este tema que puede transformarse en un asunto muy grave: puede conducir a la muerte de muchas personas. (Puede leer: Llegaron a Colombia 546.390 dosis de vacunas contra el coronavirus del laboratorio Pfizer)
Hablemos de vacunación. Vienen las etapas verdaderamente masivas. ¿Qué puede ser lo más desafiante?
A Colombia han llegado 10 millones 700 mil dosis, de las cuales se han aplicado más de 7 millones. Al finalizar este mes vamos a tener, aproximadamente, 14 millones de vacunas en en el país. Esto ya está confirmado. El mes entrante, probablemente, vamos a tener otros 7 millones. Ya confirmamos la compra adicional a Pfizer de 5 millones de dosis, de las cuales 2,5 millones llegarán en junio. Entonces vamos a tener un número bastante amplio de vacunas en mayo y junio, y con eso podemos cerrar la etapa dos, con lo cual logramos reducir el riesgo de morir de quienes los mayores de 60 años y abrir la etapa tres, como lo estamos haciendo de manera progresiva, pero en junio entregaremos vacunas masivamente para Fuerzas Militares y mayores de 50 años. Mayo y junio es un escenario de aceleración del plan de vacunación. La población de la etapa tres son 8 millones de personas y esperamos cubrirlos en junio, y a partir de julio iniciar la vacunación de los más jóvenes, con la llegada de las dosis de Janssen y Moderna. Hoy estamos vacunando alrededor de 200 mil personas diariamente; cerca de un millón por semana. Pero queremos llegar a 250 mil dosis aplicadas por día. La buena noticia es que vacunando el grupo de mayores de 60 años, abriremos la puerta a una nueva normalidad para una reactivación social, económica y cultural del país
¿Las farmacéuticas han incumplido a cabalidad las entregas de vacunas que pactaron con Colombia?
El suministro de Pfizer ha sido constante. El de Sinovac, con el cual en abril tuvimos una limitación, ha sido excelente este mes y creemos que en junio también será bastante bueno. Con Janssen y Moderna esperamos que se dé de la misma forma. Así que en este momento hay un flujo muy bueno de vacunas.
¿Qué pasó finalmente con la negociación de la vacuna Sputnik 5?
Nosotros estamos comprando oportunidad. Simplemente, si llegan vacunas temprano, les compramos. Nosotros necesitamos vacunas para junio, julio y agosto que es lo que necesitamos para poder avanzar en el Plan de Vacunación. Con Sputnik 5 tenemos un convenio firmado de confidencialidad, un contrato proforma que ya nos enviaron, pero no hemos logrado establecer la fecha de entrega de vacunas. No vamos a comprar Sputnik 5 hasta que nos digan cuándo nos pueden entregar. Lo otro es que Sputnik 5 debe tramitar ante el Invima los documentos para el uso de emergencia.
Ha habido una graninquietud respecto al acceso de la información sobre la vacunación aquí en Colombia. ¿Por qué ha sido tan difícil tener un tablero público como sí lo tienen otros países como Chile o Perú?
Eso es cierto y hay que reconocerlo. Tenemos un tema que ha sido crítico: para poder tener un tablero actualizado al día se necesita que exista una plataforma que permita esa actualización permanente en tiempo real. Para poder tener eso contratamos con la Agencia Nacional Digital, una entidad pública, el diseño de PAI WEB 2. Hemos venido trabajando y el PAI WEB ya fue entregado. Se están haciendo trabajos de mejoras a la plataforma, pero estamos en el proceso de cargar toda la información que se generó antes de la implementación completa del aplicativo. Entonces tenemos como un 70 % de las vacunas cargadas. Estamos haciendo cargues masivos. Aspiraría que en un par de semanas tengamos posibilidad de tener cobertura del 90 %, lo cual nos permitirá ir generando reportes para que cualquier investigador pueda hacer análisis. (Lea también: Hallazgos de Minsalud mostrarían efectividad de vacunación en personal de salud)
¿Es cierto que el Gobierno les va a ceder cupos de 2,5 millones de dosis a los privados para empezar la vacunación?
Eso es cierto, y tiene las siguientes características: nosotros tenemos un contrato abierto con Sinovac, que es la empresa china. Dado que los privados han tenido tantas dificultades para acceder a vacunas porque las farmacéuticas no les venden, exploramos la posibilidad de que, mediante una compra realizada a través del Gobierno, los privados pudieran acceder a las dosis. Deben consolidar un mecanismo financiero y transferir al Gobierno ese dinero para adquirir vacunas, pero deben respetar las condiciones del Plan de Vacunación. Fue un planteamiento que nosotros les hicimos a los privados el pasado jueves en una reunión. Ahora la pelota está en cancha de ellos. Tienen que definir cuántas personas y cuántas vacunas podrían comprar. En este momento se están organizando para definir unos representantes, el mecanismo financiero y sus prioridades. 2,5 millones parece poco pero es una contribución importante.
Cambiemos de tema. Ha habido una gran discusión en torno a la reforma a la salud. ¿No cree que es un mal momento para sacarla adelante en medio de este contexto político y social?
El tema no es que la reforma se haya presentado en un mal momento, sino que a la reforma se le atravesó este mal momento. La reforma se viene tramitando desde el año pasado y de pronto se encuentra este torbellino tan complejo. Una reforma a la salud nunca es un proceso fácil. Cuando Alejandro Gaviria estuvo de ministro y yo de viceministro ya se nos había hundido una reforma ordinaria. En esta ocasión, es una reforma cuyo objeto y centro es el paciente. Nosotros hemos respaldado la iniciativa porque creemos que el proceso se necesita. Hay capítulos que son muy importantes, como es todo el tema de seguridad sanitaria, que aborda todo lo que se debe hacer para la postandemia y cómo blindar al país para el manejo de nuevas emergencias. Pero, definitivamente, estamos en un momento muy complejo y queremos que, de alguna manera, se mantenga ese diálogo sobre la necesidad de ajustar al sistema, que es un sistema bueno. Si mira los datos de Chile o México, puede ver que la gente ha tenido que incurrir en grandísimos gastos de bolsillo para poder atender a sus familiares con COVID-19. El sistema colombiano ha respondido y el pago de las personas afectadas ha sido cero, prácticamente. Un paciente en UCI para atención de COVID-19 nos está costando $34,5 millones. Un paciente que vaya a terapia por COVID-19 cuesta $200 millones. Entonces, hay un sistema que responde pero que necesita unos ajustes.
No puedo dejar de preguntarle por las aspersiones aéreas con glifosato. Hace unos años, cuando era viceministro, usted mostró su férrea oposición. ¿Hoy cambió esa postura frente a las fumigaciones aéreas?
No es el momento más adecuado para pronunciarme sobre ese tema. Yo lo delegué y estoy esperando a ver cómo se desenvuelve ese proceso. Pero, por ahora, no es prudente que me pronuncie. De hecho, esta semana en Nariño hubo una nueva tutela sobre eso, que detuvo ese proceso.
Un tema que nuevamentesalió a la luz con la reforma tributaria fue el de los impuestos a las bebidas azucaradas. ¿Está de acuerdo o no con que se implemente impuesto a las bebidas azucaradas este impuesto?
Yo no estoy tan seguro, y en parte puede ser por mi propia ignorancia, sobre la efectividad que ha habido en los países que han aplicado este impuesto a las bebidas azucaradas. La evidencia muestra unos signos positivos, pero a unos niveles todavía muy pequeños. Tenemos que tener datos más robustos. Ahora, otra cosa es implementar un impuesto como un asunto tributario, pero ese es un tema de discusión del Ministerio de Hacienda. (Le puede interesar: “Con cada aglomeración crece un riesgo para el cual ya no tenemos capacidad”: Fernando Ruiz)
En el Congreso estaban debatiendo otro proyecto de ley para cambiar el etiquetado a los alimentos ultraprocesados; a la comida chatarra. ¿Apoya este cambio o no?
Lo que la sociedad colombiana merece es un etiquetado claro, concreto, que muestre efectivamente los riesgos y las características de los productos. No conozco a profundidad el proyecto de ley que me menciona, pero siempre, como sector salud, pensamos que lo más conveniente es un etiquetado claro que explique claramente a las personas y a las familias los contenidos y que, evidentemente, en una situación de obesidad en niños, es fundamental que haya transparencia y claridad en eso. Esto contribuye a las familias, a la industria y a veces hay un debate inane sobre un tema que no debería generar tanta controversia sino tener la generosidad de proteger a nuestra población infantil.
El pasado jueves, los representantes del Gobierno les hicieron una propuesta a los de las empresas privadas. Ante las dificultades de conseguir vacunas, el Ministerio de Salud les planteó la posibilidad de darles un cupo más de 2,5 millones de dosis de la compañía china Sinovac para que inicien la vacunación de sus empleados. La única condición era que la compra se realizara a través del Gobierno y que se debía respetar el plan trazado por esa cartera. (Lea: En la última semana, Colombia aumentó el ritmo de aplicación de dosis de vacunas contra el COVID-19)
Fernando Ruiz, ministro de Salud, dice que, aunque es una contribución que parece poco ante los cerca de 70 millones de dosis que ha adquirido el país, será importante. Hasta el momento no ha recibido respuesta de los empresarios y está esperando que ellos definan un mecanismo financiero para pagarlas. “Ahora, la pelota está en manos de ellos”, asegura.
Mientras eso sucede, tiene un par de asuntos que le inquietan. Uno es lo que está sucediendo con la misión médica, porque los bloqueos han impedido el suministro de oxígeno y porque también hay pacientes con diálisis que empiezan a pasar apuros ante la ausencia de insumos. El otro tema que lo inquieta es lo que pueda suceder en las próximas semanas. “Serán muy complejas”, advierte.
Estamos en un momento difícil: UCI llenas nuevamente, alta positividad y alto número de contagios y de fallecimientos. ¿Estamos en el peor momento de la epidemia?
Estamos en el pico más agudo hasta ahora en número de contagios. La letalidad, probablemente, podría ser menor que los otros picos. Hay una cosa muy particular: hay algo positivo y es la baja afectación de personas mayores de 70 años debido a la vacunación, que se ha visto en todas las ciudades. Pero esto también ha correspondido a mayor contagio de personas más jóvenes, menores de esa edad, cuyas características frente a la enfermedad son diferentes. Mientras un menor de 80 años dura en promedio 5,5 días en UCI, un menor de 60 años puede durar 11,6 días. Entonces se congestionan más tiempo las UCI con pacientes jóvenes. Pero hay menor letalidad porque tiene menor tasa de mortalidad, pero sí permanecen más tiempo en UCI.
¿Qué esperan para las próximas semanas en el comportamiento de la epidemia?
Las próximas semanas serán muy complejas. Hay evidencia de que las aglomeraciones producen mayor afectación. Nosotros notamos, además, que si sale la gente mayoritariamente joven, muchas personas mayores se quedan en su casa y estas pueden ser contagiadas. Todavía no sabemos cuál es la consecuencia de eso, pero lo vamos a ver en las próximas semanas. Ya vemos en Bogotá, por ejemplo, un incremento de casos. Sumado a eso, el día de la madre que también pudo haber tenido un efecto importante.
Hace un año teníamos un serio problema de desabastecimiento de medicamentos. También hubo dificultades con el oxígeno. ¿Hay riesgo de que estas semanas suceda algo similar o tienen eso bajo control?
En medicamentos, por el lado de importación, estamos bien. No tenemos déficit, pero tampoco tenemos exceso. El problema más crítico es el de oxígeno y el problema más agudo es el tránsito y la disposición de medicamentos en hospitales y clínicas. El paro ha afectado la misión médica, el transporte de insumos y el transporte de medicamentos. Los pacientes más críticos son los que están en UCI por suministro de oxígeno y también los pacientes que están en tratamiento de diálisis renal que requieren suministro diario. Yo he venido denunciando todo el tiempo los problemas frente a la misión médica y la verdad me siento un poco solo. No he sentido una sola manifestación del Comité del Paro al respecto. Creo que los organismos internacionales también han sido un poco tímidos frente a este tema que puede transformarse en un asunto muy grave: puede conducir a la muerte de muchas personas. (Puede leer: Llegaron a Colombia 546.390 dosis de vacunas contra el coronavirus del laboratorio Pfizer)
Hablemos de vacunación. Vienen las etapas verdaderamente masivas. ¿Qué puede ser lo más desafiante?
A Colombia han llegado 10 millones 700 mil dosis, de las cuales se han aplicado más de 7 millones. Al finalizar este mes vamos a tener, aproximadamente, 14 millones de vacunas en en el país. Esto ya está confirmado. El mes entrante, probablemente, vamos a tener otros 7 millones. Ya confirmamos la compra adicional a Pfizer de 5 millones de dosis, de las cuales 2,5 millones llegarán en junio. Entonces vamos a tener un número bastante amplio de vacunas en mayo y junio, y con eso podemos cerrar la etapa dos, con lo cual logramos reducir el riesgo de morir de quienes los mayores de 60 años y abrir la etapa tres, como lo estamos haciendo de manera progresiva, pero en junio entregaremos vacunas masivamente para Fuerzas Militares y mayores de 50 años. Mayo y junio es un escenario de aceleración del plan de vacunación. La población de la etapa tres son 8 millones de personas y esperamos cubrirlos en junio, y a partir de julio iniciar la vacunación de los más jóvenes, con la llegada de las dosis de Janssen y Moderna. Hoy estamos vacunando alrededor de 200 mil personas diariamente; cerca de un millón por semana. Pero queremos llegar a 250 mil dosis aplicadas por día. La buena noticia es que vacunando el grupo de mayores de 60 años, abriremos la puerta a una nueva normalidad para una reactivación social, económica y cultural del país
¿Las farmacéuticas han incumplido a cabalidad las entregas de vacunas que pactaron con Colombia?
El suministro de Pfizer ha sido constante. El de Sinovac, con el cual en abril tuvimos una limitación, ha sido excelente este mes y creemos que en junio también será bastante bueno. Con Janssen y Moderna esperamos que se dé de la misma forma. Así que en este momento hay un flujo muy bueno de vacunas.
¿Qué pasó finalmente con la negociación de la vacuna Sputnik 5?
Nosotros estamos comprando oportunidad. Simplemente, si llegan vacunas temprano, les compramos. Nosotros necesitamos vacunas para junio, julio y agosto que es lo que necesitamos para poder avanzar en el Plan de Vacunación. Con Sputnik 5 tenemos un convenio firmado de confidencialidad, un contrato proforma que ya nos enviaron, pero no hemos logrado establecer la fecha de entrega de vacunas. No vamos a comprar Sputnik 5 hasta que nos digan cuándo nos pueden entregar. Lo otro es que Sputnik 5 debe tramitar ante el Invima los documentos para el uso de emergencia.
Ha habido una graninquietud respecto al acceso de la información sobre la vacunación aquí en Colombia. ¿Por qué ha sido tan difícil tener un tablero público como sí lo tienen otros países como Chile o Perú?
Eso es cierto y hay que reconocerlo. Tenemos un tema que ha sido crítico: para poder tener un tablero actualizado al día se necesita que exista una plataforma que permita esa actualización permanente en tiempo real. Para poder tener eso contratamos con la Agencia Nacional Digital, una entidad pública, el diseño de PAI WEB 2. Hemos venido trabajando y el PAI WEB ya fue entregado. Se están haciendo trabajos de mejoras a la plataforma, pero estamos en el proceso de cargar toda la información que se generó antes de la implementación completa del aplicativo. Entonces tenemos como un 70 % de las vacunas cargadas. Estamos haciendo cargues masivos. Aspiraría que en un par de semanas tengamos posibilidad de tener cobertura del 90 %, lo cual nos permitirá ir generando reportes para que cualquier investigador pueda hacer análisis. (Lea también: Hallazgos de Minsalud mostrarían efectividad de vacunación en personal de salud)
¿Es cierto que el Gobierno les va a ceder cupos de 2,5 millones de dosis a los privados para empezar la vacunación?
Eso es cierto, y tiene las siguientes características: nosotros tenemos un contrato abierto con Sinovac, que es la empresa china. Dado que los privados han tenido tantas dificultades para acceder a vacunas porque las farmacéuticas no les venden, exploramos la posibilidad de que, mediante una compra realizada a través del Gobierno, los privados pudieran acceder a las dosis. Deben consolidar un mecanismo financiero y transferir al Gobierno ese dinero para adquirir vacunas, pero deben respetar las condiciones del Plan de Vacunación. Fue un planteamiento que nosotros les hicimos a los privados el pasado jueves en una reunión. Ahora la pelota está en cancha de ellos. Tienen que definir cuántas personas y cuántas vacunas podrían comprar. En este momento se están organizando para definir unos representantes, el mecanismo financiero y sus prioridades. 2,5 millones parece poco pero es una contribución importante.
Cambiemos de tema. Ha habido una gran discusión en torno a la reforma a la salud. ¿No cree que es un mal momento para sacarla adelante en medio de este contexto político y social?
El tema no es que la reforma se haya presentado en un mal momento, sino que a la reforma se le atravesó este mal momento. La reforma se viene tramitando desde el año pasado y de pronto se encuentra este torbellino tan complejo. Una reforma a la salud nunca es un proceso fácil. Cuando Alejandro Gaviria estuvo de ministro y yo de viceministro ya se nos había hundido una reforma ordinaria. En esta ocasión, es una reforma cuyo objeto y centro es el paciente. Nosotros hemos respaldado la iniciativa porque creemos que el proceso se necesita. Hay capítulos que son muy importantes, como es todo el tema de seguridad sanitaria, que aborda todo lo que se debe hacer para la postandemia y cómo blindar al país para el manejo de nuevas emergencias. Pero, definitivamente, estamos en un momento muy complejo y queremos que, de alguna manera, se mantenga ese diálogo sobre la necesidad de ajustar al sistema, que es un sistema bueno. Si mira los datos de Chile o México, puede ver que la gente ha tenido que incurrir en grandísimos gastos de bolsillo para poder atender a sus familiares con COVID-19. El sistema colombiano ha respondido y el pago de las personas afectadas ha sido cero, prácticamente. Un paciente en UCI para atención de COVID-19 nos está costando $34,5 millones. Un paciente que vaya a terapia por COVID-19 cuesta $200 millones. Entonces, hay un sistema que responde pero que necesita unos ajustes.
No puedo dejar de preguntarle por las aspersiones aéreas con glifosato. Hace unos años, cuando era viceministro, usted mostró su férrea oposición. ¿Hoy cambió esa postura frente a las fumigaciones aéreas?
No es el momento más adecuado para pronunciarme sobre ese tema. Yo lo delegué y estoy esperando a ver cómo se desenvuelve ese proceso. Pero, por ahora, no es prudente que me pronuncie. De hecho, esta semana en Nariño hubo una nueva tutela sobre eso, que detuvo ese proceso.
Un tema que nuevamentesalió a la luz con la reforma tributaria fue el de los impuestos a las bebidas azucaradas. ¿Está de acuerdo o no con que se implemente impuesto a las bebidas azucaradas este impuesto?
Yo no estoy tan seguro, y en parte puede ser por mi propia ignorancia, sobre la efectividad que ha habido en los países que han aplicado este impuesto a las bebidas azucaradas. La evidencia muestra unos signos positivos, pero a unos niveles todavía muy pequeños. Tenemos que tener datos más robustos. Ahora, otra cosa es implementar un impuesto como un asunto tributario, pero ese es un tema de discusión del Ministerio de Hacienda. (Le puede interesar: “Con cada aglomeración crece un riesgo para el cual ya no tenemos capacidad”: Fernando Ruiz)
En el Congreso estaban debatiendo otro proyecto de ley para cambiar el etiquetado a los alimentos ultraprocesados; a la comida chatarra. ¿Apoya este cambio o no?
Lo que la sociedad colombiana merece es un etiquetado claro, concreto, que muestre efectivamente los riesgos y las características de los productos. No conozco a profundidad el proyecto de ley que me menciona, pero siempre, como sector salud, pensamos que lo más conveniente es un etiquetado claro que explique claramente a las personas y a las familias los contenidos y que, evidentemente, en una situación de obesidad en niños, es fundamental que haya transparencia y claridad en eso. Esto contribuye a las familias, a la industria y a veces hay un debate inane sobre un tema que no debería generar tanta controversia sino tener la generosidad de proteger a nuestra población infantil.