¿Le duele la espalda? la mala postura puede ser la razón
La tensión muscular causada por las malas posturas es un problema cada vez más común entre los trabajadores. No prestarle la atención adecuada puede llegar a causar hernias discales. La clave es cambiar de postura en la oficina cada hora.
Redacción Vivir
Se trata de un círculo vicioso. Las empresas requieren empleados cada vez más eficientes y, para dar buenos resultados, los trabajadores extienden sus horarios laborales y se mantienen más tiempo frente al computador. Al llegar a casa aprovechan para enterarse de las noticias a través del televisor y otros dispositivos electrónicos. La rutina nunca para. Tampoco el desgaste físico. El mundo moderno ha llevado a que hoy ocho de cada diez latinos padezcan algún trastorno de columna a causa de las malas posturas, según registra la Organización Mundial de la Salud.
El problema está en que el cuerpo nunca descansa, asegura María Isabel Fuentes, esteticista y biocosmetóloga de Assul Medical Spa. “La tecnología ha llevado a que una persona viva el día a día con el cuello inclinado, lo que genera tensión muscular y produce un dolor permanente en la espalda. A largo plazo eso se traduce en cambio de posturas y en la forma de la columna”. Y aunque muchos lo tratan como un malestar cualquiera, la recomendación es no disfrazar el dolor, pues las consecuencias pueden llegar a ser irremediables.
Así lo explica Laura Jiménez, fisioterapeuta y especialista en salud ocupacional: “Los dolores musculares a causa de las malas posturas son más frecuentes de lo que se cree, y el estrés juega un papel muy importante, pues puede ocasionar desde cefaleas musculares, que son dolores de cabeza agudos y que limitan el movimiento de la persona, hasta hernias discales o lesiones como el síndrome del túnel del carpo”.
Incluso, algunos estudios señalan que la mala postura corporal, asociada a otros factores, como la falta de ejercicio regular y el exceso de peso, son considerados los peores enemigos de la espalda, debido a que no sólo producen fuertes dolores en la región lumbar sino que generan tensión y múltiples lesiones, como lordosis, cifosis y escoliosis, entre otras. Pero ¿por qué llegar a esta etapa cuando se puede prevenir? Las expertas recomiendan algunos ejercicios básicos para empezar a combatir esas molestias musculares.
“Lo ideal es cambiar de postura cada hora u hora y media. También es aconsejable realizar ejercicios cortos durante la jornada laboral, como estiramiento de manos, brazos y piernas, movimiento de cuello y cintura, y rotación de hombros, muñecas y tobillos. En la medida de lo posible evitar el manejo continuo de tabletas o celulares que puedan acumular la tensión muscular”, detalla Jiménez.
Por su parte, Fuentes explica que ese tipo de dolencias no se superan con analgésicos o con un solo masaje, por lo que es importante prestarles la atención que merecen y, en la medida de lo posible, tratarlas con una terapia de bienestar. “Se trata de un proceso personalizado en el que revisamos cuáles son las posturas, las condiciones musculares y los tiempos que permanece sentado el paciente hasta llegar a la causa del dolor”. El tratamiento está acompañado de aceite caliente, piedras volcánicas y, en algunos casos, de corrientes, infrarrojo y ultrasonidos.
Aunque los dolores musculares no diferencian edad ni género, se presentan con más frecuencia en los hombres. La presión y el estrés hacen que dediquen menos tiempo para ellos, explica la esteticista, mientras que las mujeres tienen una ventaja emocional y es que liberan muchas de sus tensiones hablando. Otra razón es que cuando ellos realizan alguna actividad o ejercicio, por lo general tienden a ser más exigentes consigo mismos y buscan atención médica cuando el cuerpo ya está al límite.
Se trata de un círculo vicioso. Las empresas requieren empleados cada vez más eficientes y, para dar buenos resultados, los trabajadores extienden sus horarios laborales y se mantienen más tiempo frente al computador. Al llegar a casa aprovechan para enterarse de las noticias a través del televisor y otros dispositivos electrónicos. La rutina nunca para. Tampoco el desgaste físico. El mundo moderno ha llevado a que hoy ocho de cada diez latinos padezcan algún trastorno de columna a causa de las malas posturas, según registra la Organización Mundial de la Salud.
El problema está en que el cuerpo nunca descansa, asegura María Isabel Fuentes, esteticista y biocosmetóloga de Assul Medical Spa. “La tecnología ha llevado a que una persona viva el día a día con el cuello inclinado, lo que genera tensión muscular y produce un dolor permanente en la espalda. A largo plazo eso se traduce en cambio de posturas y en la forma de la columna”. Y aunque muchos lo tratan como un malestar cualquiera, la recomendación es no disfrazar el dolor, pues las consecuencias pueden llegar a ser irremediables.
Así lo explica Laura Jiménez, fisioterapeuta y especialista en salud ocupacional: “Los dolores musculares a causa de las malas posturas son más frecuentes de lo que se cree, y el estrés juega un papel muy importante, pues puede ocasionar desde cefaleas musculares, que son dolores de cabeza agudos y que limitan el movimiento de la persona, hasta hernias discales o lesiones como el síndrome del túnel del carpo”.
Incluso, algunos estudios señalan que la mala postura corporal, asociada a otros factores, como la falta de ejercicio regular y el exceso de peso, son considerados los peores enemigos de la espalda, debido a que no sólo producen fuertes dolores en la región lumbar sino que generan tensión y múltiples lesiones, como lordosis, cifosis y escoliosis, entre otras. Pero ¿por qué llegar a esta etapa cuando se puede prevenir? Las expertas recomiendan algunos ejercicios básicos para empezar a combatir esas molestias musculares.
“Lo ideal es cambiar de postura cada hora u hora y media. También es aconsejable realizar ejercicios cortos durante la jornada laboral, como estiramiento de manos, brazos y piernas, movimiento de cuello y cintura, y rotación de hombros, muñecas y tobillos. En la medida de lo posible evitar el manejo continuo de tabletas o celulares que puedan acumular la tensión muscular”, detalla Jiménez.
Por su parte, Fuentes explica que ese tipo de dolencias no se superan con analgésicos o con un solo masaje, por lo que es importante prestarles la atención que merecen y, en la medida de lo posible, tratarlas con una terapia de bienestar. “Se trata de un proceso personalizado en el que revisamos cuáles son las posturas, las condiciones musculares y los tiempos que permanece sentado el paciente hasta llegar a la causa del dolor”. El tratamiento está acompañado de aceite caliente, piedras volcánicas y, en algunos casos, de corrientes, infrarrojo y ultrasonidos.
Aunque los dolores musculares no diferencian edad ni género, se presentan con más frecuencia en los hombres. La presión y el estrés hacen que dediquen menos tiempo para ellos, explica la esteticista, mientras que las mujeres tienen una ventaja emocional y es que liberan muchas de sus tensiones hablando. Otra razón es que cuando ellos realizan alguna actividad o ejercicio, por lo general tienden a ser más exigentes consigo mismos y buscan atención médica cuando el cuerpo ya está al límite.