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Mientras gran parte del mundo de la salud en Colombia estaba pendiente de lo que sucedía en la Cámara de Representantes con la reforma a la salud, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, hizo un anuncio que venía cocinándose desde hace meses. A través de su cuenta en X confirmó que ya están cerrados los términos de negociación con la compañía china Sinovac para hacer BogotáBIO, la fábrica de vacunas que quiere levantar el Distrito.
El objetivo, anotó López, es recuperar la “soberanía sanitaria de la ciudad y del país” y estar “mejor preparados para los desafíos de la salud pública y las pandemias del futuro”. La firma oficial del contrato, dijo, se realizará en Bogotá en la semana del 18 de diciembre.
Hemos cerrado los términos de la negociación con Sinovac para hacer BogotáBIO, nuestra fábrica de vacunas y farmacéuticos para que recuperemos la soberanía sanitaria de la ciudad y del país, y estemos mejor preparados para los desafíos de la salud pública y las pandemias del… pic.twitter.com/70fyiV9gnC
— Claudia López Hernández (@ClaudiaLopez) December 6, 2023
Como ya habíamos contado en El Espectador hace varias semanas, BogotáBio es la empresa creada por el Distrito, y de la que la multinacional china Sinovac aceptó ser parte.
“Para Sinovac es uno de los proyectos más importantes del mundo. Estamos convencidos de que va a prosperar. Estamos metidos de cabeza”, le había dicho a este diario Diana Calderón, la vicepresidenta de Asuntos Públicos y líder de país de la multinacional china.
El propósito, en principio, es que la empresa fabrique cuatro vacunas (polio, hepatitis A, covid-19 y varicela), pero es clave que el Gobierno confirme que será su comprador. Como había conocido este periódico, la idea era darle un mejor precio que el que hoy Colombia paga a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entidad que nos vende gran parte de las vacunas del Plan Ampliado de Inmunización y que se aplican en todo el país. El descuento sería mayor si aceptaba hacer una compra a largo plazo.
Por ejemplo, podría venderle cada dosis de varicela a US$15,52 si firmaba un contrato a 10 años o a US$16,82 si lo firmaba por tres. Hoy Colombia compra cada dosis a la OPS a US$18,48. Todas, añadían, cuentan con precalificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si todo marcha como está previsto, la idea es que al cabo de tres años y medio esté construida la planta que les permitiría participar en la última etapa del largo proceso de producción: el envasado, el etiquetado y el llenado, o fill and finish, como lo llaman en el mundo farmacéutico. Sin embargo, hará falta la certificación del Invima, un proceso que, esperan, tarde otros dos años.
El propósito es que la compañía asiática haga una “transferencia de tecnología” a la naciente empresa bogotana. En términos castizos, eso quiere decir que les enseñen con detalle a los empleados la “receta” para producir vacunas. “Como ellos son socios y van a ganar dividendos, eso garantiza que esa transferencia, que es uno de los objetivos claves de este convenio, sea exitosa”, le había asegurado semanas atrás a El Espectador Carolina Gómez, gerente de BogotáBIO.
Al cabo de unos 10 años esperan que en la fábrica se desarrollen vacunas desde el proceso inicial. La capacidad esperada es que se produzcan seis millones por año para el mercado colombiano, aunque la capacidad máxima de producción que han calculado es de 180 millones de dosis en presentación de multidosis.
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