Lo que debe saber sobre la variante ómicron antes de dejarse llevar por el pánico
Con la detección de esta variante han surgido muchas inquietudes. Le explicamos en detalle para que no sea presa del terror.
El pasado jueves el mundo conoció de la existencia de otra variante del SARS-CoV-2: la B.1.1.529, detectada por primera vez en Sudáfrica. Ómicron, como la llamó al día siguiente la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha puesto en alerta a varios países. Algunos, pese a la insistencia de las autoridades de no hacerlo, han cerrado sus fronteras. (Lea La OMS se saltó las letras Nu y Xi para designar a la nueva variante. ¿Por qué?)
Estas decisiones han generado muchos interrogantes y un largo listado de titulares alarmantes. ¿Hay motivos para asustarse? ¿Qué se sabe hasta el momento sobre este linaje? ¿Funcionan las vacunas? En El Espectador le contamos qué se sabe y qué no sobre esta variante:
¿Qué es ómicron?
Ómicron es el nombre que la OMS decidió ponerle a la nueva variante del coronavirus que fue identificada, por investigadores del Laboratorio de Referencia Botsuana-Harvard para Estudios del VIH en Gaborone. Al mismo tiempo científicos de Sudáfrica detectaron varios casos en la provincia de Gauteng. “Probabilidad de que la variante ómicron se extienda por el mundo es elevada”: OMS
Su nombre original es B.1.1.529, pero, justamente, para evitar que estos nuevos linajes fueran asociados al país donde fueron detectados, la OMS decidió utilizar las letras del alfabeto griego. Así, a la variante B.1.621, cuyas primeras muestras fueron secuenciadas por investigadores colombianos, decidió llamarlo Mu.
¿Por qué razón ha inquietado a tantos países?
En este momento, esa es una pregunta difícil de resolver. Como ha sucedido en varias ocasiones durante la pandemia, la ciencia nos ha mostrado que lo mejor es tener cautela y paciencia antes de sacar conclusiones apresuradas. Eso quiere decir que, por ahora, hay más preguntas que certezas sobre qué implica la aparición de ómicron.
Sin embargo, como dice Julián Fernández Niño, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, hay un hecho que, al menos, genera inquietud: las más de 30 mutaciones en la espiga (spike, en inglés) del coronavirus. Esta proteína se encuentra en la superficie del virus y ha sido el punto que atacan los anticuerpos que genera el sistema inmune (por infección natural o por la vacuna) para evitar un COVID-19 grave. Por eso, la gran pregunta es si las vacunas seguirán funcionando ante ómicron.
¿Servirán las vacunas contra ómicron?
Es imposible responder esta pregunta en este momento. Tanto la OMS como investigadores de diferentes países han pedido paciencia antes de sacar conclusiones apresuradas. Aunque es posible que las mutaciones en la espiga conlleven a pensar que algunas vacunas no tendrán la misma eficacia, lo cierto es que no hay datos que permitan decir eso con certeza.
Sin embargo, en este punto hay algo importante para tener en cuenta: como le dijo a The New York Times Theodora Hatziioannou, viróloga de la Universidad Rockefeller en Nueva York, “se espera que las vacunas ofrezcan cierta protección contra la ómicron porque estimulan la producción no solo de anticuerpos, sino también de células inmunitarias que pueden atacar a las células infectadas”.
¿La nueva variante es más transmisible o causa COVID-19 más severo?
Nadie lo sabe, por ahora. Pese a que el aumento de la transmisión en una de las provincias de Sudáfrica sugiere mayor transmisibilidad, explicó Fernández Niño, no hay resultados concluyentes. Para poder tener conclusiones certeras es necesario tener muchos más datos.
“Creo que es demasiado pronto para determinar con exactitud de ómicron se está propagando con mayor rapidez por Sudáfrica”, dijo a The New York Times William Hanage, investigador en salud pública de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard.
Y aunque algunos titulares han empezado a generar alarmas sobre los “primeros casos con ómicron en hospitales”, no hay que dejarse llevar por el frenetismo de los medios de comunicación. Lo mejor en este caso es esperar a que surja mejor evidencia científica.
¿Cuánto tiempo debemos esperar para tener más resultados?
Es difícil contestar esa pregunta, pero Anthony S. Fauci, uno de los principales asesores del presidente de EE.UU. Joe Biden, le dijo a The New York Times que podrían pasar dos semanas o más “antes de que haya información disponible sobre la transmisibilidad de la variante y la gravedad de la enfermedad que genera”.
“Se están realizando rápidamente estudios en Sudáfrica para observar la neutralización de anticuerpos de esta variante, así como las interacciones con las células T, pero estos estudios tardarán varias semanas en completarse”, aseguró al medio estadounidense Sharon Peacock, directora del Consorcio de Genómica del Reino Unido para covid-19.
¿Es necesario cerrar fronteras para evitar que ingrese a un país la nueva variante?
Pese a que algunos países ya han empezado a cerrar sus fronteras, la recomendación de la OMS es que no lo hagan. Su razón es simple: hacerlo se trata de un acto de discriminación. Que un país haya detectado una variante no necesariamente quiere decir que ese sea el lugar (o el lugar exclusivo) donde circula.
“Aplicar restricciones de viaje para África es un ataque a la solidaridad global”, declaró la directora regional de la OMS, Matshidiso Moeti.
“Hemos sido muy transparentes con la información científica. Identificamos, hicimos públicos los datos y dimos la alarma porque las infecciones están aumentando. Hicimos esto para proteger a nuestro país y al mundo a pesar de sufrir una posible discriminación masiva”, señaló Tulio de Oliveira, el director del Centro de Respuesta e Innovación para Epidemias de Sudáfrica (CERI, por sus siglas en inglés). “El mundo debería brindar apoyo a Sudáfrica y África y no discriminarlas ni aislarlas”, insistió.
“Las prohibiciones de viajar no nos están ayudando, solo están haciendo las cosas más difíciles”, dijo el ministro de salud de Sudáfrica, Joe Phaahla, en una rueda de prensa.
¿Cómo evitar que surjan nuevas variantes?
Uno de los caminos para evitar que surjan variantes con más mutaciones lo ha explicado la OMS en repetidas ocasiones: lograr que haya una mayor solidaridad global respecto a la administración de vacunas. Mientras muchos países ya están aplicando dosis a menores de edad y aprobando terceras dosis para población que, en principio, no era prioritaria, en África aún muchos habitantes no han podido acceder a un biológico. “Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo”, ha dicho hasta el cansancio Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
El pasado jueves el mundo conoció de la existencia de otra variante del SARS-CoV-2: la B.1.1.529, detectada por primera vez en Sudáfrica. Ómicron, como la llamó al día siguiente la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha puesto en alerta a varios países. Algunos, pese a la insistencia de las autoridades de no hacerlo, han cerrado sus fronteras. (Lea La OMS se saltó las letras Nu y Xi para designar a la nueva variante. ¿Por qué?)
Estas decisiones han generado muchos interrogantes y un largo listado de titulares alarmantes. ¿Hay motivos para asustarse? ¿Qué se sabe hasta el momento sobre este linaje? ¿Funcionan las vacunas? En El Espectador le contamos qué se sabe y qué no sobre esta variante:
¿Qué es ómicron?
Ómicron es el nombre que la OMS decidió ponerle a la nueva variante del coronavirus que fue identificada, por investigadores del Laboratorio de Referencia Botsuana-Harvard para Estudios del VIH en Gaborone. Al mismo tiempo científicos de Sudáfrica detectaron varios casos en la provincia de Gauteng. “Probabilidad de que la variante ómicron se extienda por el mundo es elevada”: OMS
Su nombre original es B.1.1.529, pero, justamente, para evitar que estos nuevos linajes fueran asociados al país donde fueron detectados, la OMS decidió utilizar las letras del alfabeto griego. Así, a la variante B.1.621, cuyas primeras muestras fueron secuenciadas por investigadores colombianos, decidió llamarlo Mu.
¿Por qué razón ha inquietado a tantos países?
En este momento, esa es una pregunta difícil de resolver. Como ha sucedido en varias ocasiones durante la pandemia, la ciencia nos ha mostrado que lo mejor es tener cautela y paciencia antes de sacar conclusiones apresuradas. Eso quiere decir que, por ahora, hay más preguntas que certezas sobre qué implica la aparición de ómicron.
Sin embargo, como dice Julián Fernández Niño, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, hay un hecho que, al menos, genera inquietud: las más de 30 mutaciones en la espiga (spike, en inglés) del coronavirus. Esta proteína se encuentra en la superficie del virus y ha sido el punto que atacan los anticuerpos que genera el sistema inmune (por infección natural o por la vacuna) para evitar un COVID-19 grave. Por eso, la gran pregunta es si las vacunas seguirán funcionando ante ómicron.
¿Servirán las vacunas contra ómicron?
Es imposible responder esta pregunta en este momento. Tanto la OMS como investigadores de diferentes países han pedido paciencia antes de sacar conclusiones apresuradas. Aunque es posible que las mutaciones en la espiga conlleven a pensar que algunas vacunas no tendrán la misma eficacia, lo cierto es que no hay datos que permitan decir eso con certeza.
Sin embargo, en este punto hay algo importante para tener en cuenta: como le dijo a The New York Times Theodora Hatziioannou, viróloga de la Universidad Rockefeller en Nueva York, “se espera que las vacunas ofrezcan cierta protección contra la ómicron porque estimulan la producción no solo de anticuerpos, sino también de células inmunitarias que pueden atacar a las células infectadas”.
¿La nueva variante es más transmisible o causa COVID-19 más severo?
Nadie lo sabe, por ahora. Pese a que el aumento de la transmisión en una de las provincias de Sudáfrica sugiere mayor transmisibilidad, explicó Fernández Niño, no hay resultados concluyentes. Para poder tener conclusiones certeras es necesario tener muchos más datos.
“Creo que es demasiado pronto para determinar con exactitud de ómicron se está propagando con mayor rapidez por Sudáfrica”, dijo a The New York Times William Hanage, investigador en salud pública de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard.
Y aunque algunos titulares han empezado a generar alarmas sobre los “primeros casos con ómicron en hospitales”, no hay que dejarse llevar por el frenetismo de los medios de comunicación. Lo mejor en este caso es esperar a que surja mejor evidencia científica.
¿Cuánto tiempo debemos esperar para tener más resultados?
Es difícil contestar esa pregunta, pero Anthony S. Fauci, uno de los principales asesores del presidente de EE.UU. Joe Biden, le dijo a The New York Times que podrían pasar dos semanas o más “antes de que haya información disponible sobre la transmisibilidad de la variante y la gravedad de la enfermedad que genera”.
“Se están realizando rápidamente estudios en Sudáfrica para observar la neutralización de anticuerpos de esta variante, así como las interacciones con las células T, pero estos estudios tardarán varias semanas en completarse”, aseguró al medio estadounidense Sharon Peacock, directora del Consorcio de Genómica del Reino Unido para covid-19.
¿Es necesario cerrar fronteras para evitar que ingrese a un país la nueva variante?
Pese a que algunos países ya han empezado a cerrar sus fronteras, la recomendación de la OMS es que no lo hagan. Su razón es simple: hacerlo se trata de un acto de discriminación. Que un país haya detectado una variante no necesariamente quiere decir que ese sea el lugar (o el lugar exclusivo) donde circula.
“Aplicar restricciones de viaje para África es un ataque a la solidaridad global”, declaró la directora regional de la OMS, Matshidiso Moeti.
“Hemos sido muy transparentes con la información científica. Identificamos, hicimos públicos los datos y dimos la alarma porque las infecciones están aumentando. Hicimos esto para proteger a nuestro país y al mundo a pesar de sufrir una posible discriminación masiva”, señaló Tulio de Oliveira, el director del Centro de Respuesta e Innovación para Epidemias de Sudáfrica (CERI, por sus siglas en inglés). “El mundo debería brindar apoyo a Sudáfrica y África y no discriminarlas ni aislarlas”, insistió.
“Las prohibiciones de viajar no nos están ayudando, solo están haciendo las cosas más difíciles”, dijo el ministro de salud de Sudáfrica, Joe Phaahla, en una rueda de prensa.
¿Cómo evitar que surjan nuevas variantes?
Uno de los caminos para evitar que surjan variantes con más mutaciones lo ha explicado la OMS en repetidas ocasiones: lograr que haya una mayor solidaridad global respecto a la administración de vacunas. Mientras muchos países ya están aplicando dosis a menores de edad y aprobando terceras dosis para población que, en principio, no era prioritaria, en África aún muchos habitantes no han podido acceder a un biológico. “Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo”, ha dicho hasta el cansancio Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.