Los cambios que le esperarían a Nueva EPS con la reforma, analizados por su presidente
La EPS con más afiliados del país es parte esencial de la reforma a la salud. Fernando Cardona Uribe, su cabeza, evalúa los cambios que propone el gobierno. Dice que no se pueden hacer de un día para otro.
Sergio Silva Numa
Cuando se publicó el primer borrador de la reforma a la salud, cuando aun Carolina Corcho era ministra, presidente de Nueva EPS, Fernando Cardona Uribe, prefirió guardar silencio. Aunque muchos medios lo buscaron para conocer su postura ante el rol protagónico que quería darle el Gobierno, optó por no pronunciarse y esperar para ver la evolución de la reforma. (Lea “Reprogramando” el cerebro de las víctimas con estrés postraumático)
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Cuando se publicó el primer borrador de la reforma a la salud, cuando aun Carolina Corcho era ministra, presidente de Nueva EPS, Fernando Cardona Uribe, prefirió guardar silencio. Aunque muchos medios lo buscaron para conocer su postura ante el rol protagónico que quería darle el Gobierno, optó por no pronunciarse y esperar para ver la evolución de la reforma. (Lea “Reprogramando” el cerebro de las víctimas con estrés postraumático)
Después de que hubiese una intensa discusión frente a las tareas que le asignarían a Nueva EPS, Cardona conversó con El Espectador. ¿Estaría preparada la EPS con más afiliados del país (10,5 millones) para recibir los casi 11 millones que proponía trasladarle el Ministerio de Salud? ¿Cómo evitar un colapso y que los usuarios continuaran recibiendo atención?
Cardona prefiere esperar a que se definan las reglas, pero cree que para hacer cambios el Gobierno debe reconocer las “capacidades institucionales que se han constituido, como capacidad para hacer gestión del riesgo en salud”. (Lea Otra falsa y peligrosa promesa del dióxido de cloro: “tratar” el autismo)
¿En qué quedaron las conversaciones del Gobierno para que Nueva EPS asuma los usuarios de otras EPS que no queden habilitadas, en caso de que prospere la reforma?
Es un tema que va atado al proyecto de reforma. En el texto inicial se establecía que, de alguna manera, Nueva EPS asumiría la población de las EPS que se fueran liquidando o que dejaran de trabajar. Ahora bien, ese proceso de reforma está en discusión. Lo que es claro es que hoy hay unas instituciones con un número muy importante de afiliados: Asmed Salud, con dos millones; Emssanar, con un millón novecientos; Savia Salud, con un millón seiscientos. Son alrededor de cinco millones ochocientos mil afiliados. Entonces, si se aplica la norma de ahora, todas las EPS que estamos habilitadas y cumpliendo las condiciones de habilitación financiera (Sura, Sanitas, Salud Total y Nueva EPS), deberíamos recibirlos. En ese caso, se aplicaría una fórmula que hay en la norma actual.
Ahora bien, respecto a la reforma, cabe esa posibilidad; así lo planteó el gobierno. Nosotros lo que hemos planteado es que ese proceso requiere un orden que permita preparar y organizar algunos asuntos. Y sobre el tema de capitalización, tendríamos que revisar las exigencias patrimoniales que tendrían que colocar las cajas de compensación familiar. Nosotros estamos expectantes y tratando de entender y acompañar lo que haya que acompañar.
¿Pero siguen en conversación con el Ministerio de Salud? ¿Están dialogando respecto a ese proyecto de ley?
Hemos tenido es un trabajo con el Ministerio de Salud para analizar lo que significan esos procesos como habilitación de atención primaria o mejoramiento de atención de ciertos territorios, especialmente los dispersos como La Guajira y Guaviare. Dado que, por ahora, no hay una posibilidad normativa de la recepción de esos usuarios, pues no hay nada diferente a lo que se había trabajado.
Según ese nuevo proyecto de ley, que ha sufrido diversas mutaciones, ¿qué rol esperarían que tenga la nueva EPS en el supuesto nuevo modelo de salud?
Hay tres asuntos que son importantes en el proyecto. Uno tiene que ver con el concepto de regionalización, que hace que las EPS, en caso de transformarse, se concentren en los territorios donde tienen población. Nosotros somos la única tiene población en todo el territorio nacional, o sea, estaríamos en todas las regiones. Uno de cada cinco colombianos está afiliado a Nueva EPS.
El segundo tema tiene que ver con la posibilidad de que se liquiden instituciones. Nueva EPS, evidentemente, por estar en todo el territorio nacional, tiene una responsabilidad de recibir población bajo la premisa de que otras también puedan recibir. Pero eso tendrá que hacerse de manera ordenada. El tercer punto clave tiene que ver con los ajustes al modelo de atención en zonas dispersas y todo lo que tiene que ver con atención primaria. Todos tendremos que entrar a analizar cómo lograrlo.
El proyecto de reforma quiere fortalecer patrimonialmente a Nueva EPS. ¿Ya hay, más o menos, un camino claro de cómo se hará? ¿Qué esperan ustedes?
Nosotros tenemos, con las exigencias de hoy, una ruta de habilitación financiera, que hace que las cajas y el Ministerio de Hacienda tengan que hacer el proceso de capitalización. Pero, si hay crecimientos, el proyecto de ley menciona una capitalización de $2.3 billones. Ese esfuerzo dependerá de cuáles son las condiciones y de las reglas que defina la ley. Esto aún no se ha definido; es un asunto pendiente.
En un principio se hablaba sobre el posible traslado de cerca de 11 millones de usuarios a Nueva EPS, y ustedes hoy tienen 10,5 millones. En el supuesto de que pasara la reforma, ¿qué implicaría tener alrededor de 20 millones de afiliados?
Hay tres elementos en torno a crecer y duplicar la población. Uno es patrimonial: hay exigencias patrimoniales para cumplir con las condiciones financieras. Eso estaría sujeto a la aprobación de la ley. El segundo elemento tiene que ver con la claridad que haya sobre las instituciones que se van a liquidar. Hay que esperar. El tercero es el desarrollo de las capacidades y cómo se hace ese proceso. No se puede hacer de un día para otro. Debe ser estructurado, bien hecho y ordenado. Yo pensaría que, inicialmente, además de nosotros, entrarían otras EPS u otras instituciones que quieran quedarse. De todos modos, lo importante es garantizar que no vayamos a tener ningún traumatismo con los afiliados.
Es decir, ustedes se sienten preparados, al menos administrativamente y logísticamente, para ese desafío…
Para hacer un proceso que, de manera ordenada y estructurada, permita un crecimiento sin afectar a la población y teniendo en cuenta los territorios. Por ejemplo, Nueva EPS está en todos los municipios del Cauca; podemos trabajar ahí porque tenemos capacidades. Pero tenemos claro que no es simplemente duplicar el número de afiliados, sino que se requiere un trabajo ordenado y estructurado. Pero hay problemas complejos; por eso, hasta ahora, es simplemente una hipótesis. Lo que parece una posibilidad es que, con o sin reforma, se tome una decisión los próximos meses sobre Asmet Salud y Epsanar.
¿Cuántos usuarios implica ese traslado?
Esos son 4 millones de usuarios.
¿Cuál es el punto más desafiante para una EPS que recibe tal cantidad de usuarios para que los afiliados no sufran traumatismos en ese traslado como ha sucedido en algunas oportunidades?
El proceso de recepción parte de un adecuado conocimiento de la población a entregar y unas claridades sobre las condiciones de las personas que se reciben. Hay una población que, por razones de su condición de salud, debe continuar su manejo y sus tratamientos de manera inmediata. Las personas con enfermedades crónicas, por ejemplo, requieren un manejo específico. También hay que tener claro las condiciones propias de la red que tenemos y desarrollar todo un plan de acción para la atención de esa población.
¿Hay algo que le preocupe de ese proceso?
Que nos entreguen una población sin saber dónde están los pacientes y quiénes son. Eso sí sería la tragedia más grande.
¿A usted sí le alcanza la plata de la UPC? Ha habido muchas tensiones en los últimos meses…
Esto no es un tema de Colombia, es mundial. No existe ningún sistema de salud del mundo que esté suficiencia financiera. Si usted revisa lo que está pasando en Inglaterra, España o Canadá, nota que hay un problema de financiamiento de los sistemas de salud. Es ocasionado, en parte, por el envejecimiento de la población y la incorporación de nuevas tecnologías. Cada vez se va a destinar más del PIB para financiar la salud.
Ahora bien, en el caso nuestro, tenemos dos componentes. Uno es la financiación de lo que hoy se está cubriendo; el Gobierno Nacional está trabajando para financiar eso: los presupuestos máximos, los recursos para financiar los servicios con Plan de Beneficios y la UPC de este año. Eso hace que tenga que solicitarse recursos adicionales y que el Ministerio de Hacienda tenga que disponer de ellos para financiar lo corriente.
Pero además de eso, hay una carga de enfermedad que ha venido aumentando. Unas condiciones propias que están presionando y que no se logran financiar con la UPC que hoy tenemos. Todos estamos con una presión muy importante. Estamos en una fragilidad del equilibrio para financiar la UPC; todos estamos teniendo pérdidas.
¿Pero le gusta el texto de reforma a la salud?
Me parece que hay buenos propósitos: avanzar en atención primaria, lograr dignificar el talento humano en salud, cerrar las brechas de zonas dispersas, hacer que el fondo de recursos sea más transparente, trabajar para que entendamos la salud más allá de la atención y hablemos de determinantes sociales. Todos esos asuntos son absolutamente claves para evolucionar el sistema de salud. Ahora bien, consideramos que hay unas capacidades institucionales que se han construido. Tiene que ver con la capacidad para hacer gestión del riesgo en salud, para conocer a la población, para definir, segmentar y organizar las redes. Es un tema importante. Entonces, cuando se parte de, como se partió inicialmente, no reconocer esa institucionalidad, a nosotros sí nos queda complicado decir que es por ahí. Pero faltan varios debates en el Congreso.