Durante los últimos años los medios y la ciencia han hecho hincapié en lo nocivo que puede ser escuchar música con auriculares y cascos. Ya se ha reconocido que son fuentes de niveles sonoros potencialmente peligrosos, pero, ¿qué tanto se ha investigado los efectos de los videojuegos en la pérdida de audición?
Jugar videojuegos puede ser un factor de riesgo para la pérdida permanente de audición y/o tinnitus, porque son comunes en todo el mundo y porque las personas suelen jugarlos con niveles de sonido de alta intensidad y durante varias horas. Esa es la principal conclusión de una nueva investigación publicada en la revista BMJ Public Health y recogida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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“Los hallazgos sugieren que puede ser necesario priorizar intervenciones, como iniciativas centradas en la educación y la concientización sobre los riesgos potenciales de los juegos, que puedan ayudar a promover una escucha segura entre los jugadores”, se puede leer en la investigación. Una estimación recogida por la OMS indica que había más de 3.000 millones de jugadores en todo el mundo en 2022.
En detalle, para la revisión recién publicada se incluyeron unos 14 estudios procedentes de nueve países de Norteamérica, Europa, Asia y Oceanía. Once eran estudios epidemiológicos de observación, seis de los cuales analizaban la relación entre la audición y los juegos de ordenador o videojuegos; cuatro se centraban en centros de juego o salas de ordenadores, muy populares en Asia; y uno se centraba en dispositivos móviles.
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Los niveles sonoros notificados fluctuaron entre 43,2 decibelios (dB) en dispositivos móviles y 80-89 dB en centros de juego. Para la OMS, que establece directrices para proteger la salud auditiva y prevenir la pérdida de audición inducida por el ruido, 80-89 decibelios (dB) ya se encuentran en el rango de lo que se considera como potencialmente perjudicial para la audición, especialmente si la exposición es prolongada.
La investigación sugiere que los chicos jugaron a videojuegos con más frecuencia que las chicas, durante periodos de tiempo más largos y con niveles de intensidad sonora más altos. Hasta donde saben los autores, este es el primer artículo que revisa exhaustivamente si los juegos pueden ser una fuente de escucha insegura. (Puede ver: Dragones domésticos y su conexión con una rara cepa de Salmonella en EE. UU.)