Los mecanismos cerebrales detrás de la migraña: ¿qué la provoca?
Una investigación describe cómo la migraña, una forma común y debilitante de cefalea, implica procesos complejos en el cuerpo. Investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Rochester exploraron un fenómeno llamado depresión cortical propagada (CSD), que desempeña un papel crucial.
Una investigación describe cómo la migraña, una forma común y debilitante de cefalea, implica procesos complejos en el cuerpo. Investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Rochester exploraron un fenómeno llamado depresión cortical propagada (CSD), que parece desempeñar un papel crucial.Las cefaleas son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. Quizá nunca ha escuchado esa palabra, pero seguramente sí la ha vivido. Las cefaleas son, en términos muy simples, dolores de cabeza.
Entre ellas, la migraña es una bien conocida. Según la OMS, suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente al grupo entre los 35 y los 45 años de edad. Y pese a que puede estar muy extendida (se estima que la prevalencia mundial de la cefalea, al menos una vez en el último año, en los adultos es de aproximadamente 50%), se desconoce aún mucho de los procesos físicos y biológicos que ocurren dentro de un cuerpo con migraña. (Puede ver: Compensar anuncia cambios en la entrega de medicamentos).
Se sabe que la migraña involucra una compleja interacción entre factores genéticos, neuroquímicos y ambientales que afectan el sistema nervioso central. Entre los mecanismos implicados se encuentran cambios en la excitabilidad neuronal, alteraciones en la regulación del flujo sanguíneo cerebral, y la participación de neurotransmisores muy conocidos como la serotonina. Pero no se sabe en detalle mucho más. Una nueva investigación publicada en Science intenta arrojar algunas luces.
Liderado por investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Rochester, el estudio investiga cómo ocurre la migraña en el cuerpo. Se piensa que un fenómeno llamado depresión cortical propagada (CSD) podría jugar un papel importante. Para entenderlo mejor, imagine una “ola” que reduce la actividad en ciertas partes del cerebro. Los científicos usaron ratones para encontrar que esa ola puede cambiar las proteínas en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, llamado cefalorraquídeo.
Al aumentar ciertas proteínas, estas pueden activar el nervio trigémino, que está relacionado con el dolor de cabeza. Esto podría desencadenar una migraña, especialmente afectando una parte particular del nervio trigémino que antes no se había considerado importante. Ese nervio es uno de los más importantes de la cabeza y el cuello. Es responsable de la sensación en la cara, incluyendo la piel, los músculos de la masticación y algunas partes del oído. Además, controla los músculos que permiten masticar.
Los científicos creen que, cuando el líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal fluye hacia una parte de ese nervio, se establece una comunicación entre el cerebro y estas células nerviosas. En el estudio, encontraron que este líquido puede cambiar y activar las células nerviosas en el nervio trigémino, después de esa “ola” que comentábamos al inicio. Esto podría explicar cómo los problemas neurológicos temporales, como el aura en la migraña, están conectados con los dolores de cabeza.
ESegún los investigadores, esto plantea una nueva vía de comunicación que no se conocía entre el cerebro y el sistema nervioso periférico, lo que podría abrir la puerta a nuevas formas de tratamiento. (Puede ver: ¿A prepararse para una avalancha de seguros privados?)
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Una investigación describe cómo la migraña, una forma común y debilitante de cefalea, implica procesos complejos en el cuerpo. Investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Rochester exploraron un fenómeno llamado depresión cortical propagada (CSD), que parece desempeñar un papel crucial.Las cefaleas son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. Quizá nunca ha escuchado esa palabra, pero seguramente sí la ha vivido. Las cefaleas son, en términos muy simples, dolores de cabeza.
Entre ellas, la migraña es una bien conocida. Según la OMS, suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente al grupo entre los 35 y los 45 años de edad. Y pese a que puede estar muy extendida (se estima que la prevalencia mundial de la cefalea, al menos una vez en el último año, en los adultos es de aproximadamente 50%), se desconoce aún mucho de los procesos físicos y biológicos que ocurren dentro de un cuerpo con migraña. (Puede ver: Compensar anuncia cambios en la entrega de medicamentos).
Se sabe que la migraña involucra una compleja interacción entre factores genéticos, neuroquímicos y ambientales que afectan el sistema nervioso central. Entre los mecanismos implicados se encuentran cambios en la excitabilidad neuronal, alteraciones en la regulación del flujo sanguíneo cerebral, y la participación de neurotransmisores muy conocidos como la serotonina. Pero no se sabe en detalle mucho más. Una nueva investigación publicada en Science intenta arrojar algunas luces.
Liderado por investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Rochester, el estudio investiga cómo ocurre la migraña en el cuerpo. Se piensa que un fenómeno llamado depresión cortical propagada (CSD) podría jugar un papel importante. Para entenderlo mejor, imagine una “ola” que reduce la actividad en ciertas partes del cerebro. Los científicos usaron ratones para encontrar que esa ola puede cambiar las proteínas en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, llamado cefalorraquídeo.
Al aumentar ciertas proteínas, estas pueden activar el nervio trigémino, que está relacionado con el dolor de cabeza. Esto podría desencadenar una migraña, especialmente afectando una parte particular del nervio trigémino que antes no se había considerado importante. Ese nervio es uno de los más importantes de la cabeza y el cuello. Es responsable de la sensación en la cara, incluyendo la piel, los músculos de la masticación y algunas partes del oído. Además, controla los músculos que permiten masticar.
Los científicos creen que, cuando el líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal fluye hacia una parte de ese nervio, se establece una comunicación entre el cerebro y estas células nerviosas. En el estudio, encontraron que este líquido puede cambiar y activar las células nerviosas en el nervio trigémino, después de esa “ola” que comentábamos al inicio. Esto podría explicar cómo los problemas neurológicos temporales, como el aura en la migraña, están conectados con los dolores de cabeza.
ESegún los investigadores, esto plantea una nueva vía de comunicación que no se conocía entre el cerebro y el sistema nervioso periférico, lo que podría abrir la puerta a nuevas formas de tratamiento. (Puede ver: ¿A prepararse para una avalancha de seguros privados?)
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