Los números de Sura, un gigante de la salud que se retira del sistema de salud
La EPS solicitó ante la Supersalud su retiro voluntario y progresivo del sistema de salud.
El anuncio de Sura de retirarse de manera “progresiva” del sistema de salud impactará a 5,349,436 afiliados que tiene, según la misma EPS, con corte a diciembre de 2023, siendo la tercera EPS más grande del país, solo superada por Nueva EPS y Sanitas (hoy intervenidas). Según reposa en uno de sus últimos informes de rendición de cuenta (con cierre al 2023), el 51.7% de los afiliados eran cotizantes, el 33.8% eran beneficiarios y el 14.5% del régimen subsidiado. Una mayoría de sus afiliados (el 61%) tiene ingresos inferiores a 2 salarios mínimos legales vigentes.
Sura EPS es especialmente importante en Antioquia, departamento en el que tiene más de tres millones afiliados. En Bogotá la EPS (de origen antioqueño) tiene poco más de 480.000 afiliados. En términos financieros, es imposible no recordar la carta que esta EPS envió al Ministerio de Salud el pasado 27 de julio de 2023 (que firma, además, junto a Sanitas y Compensar) en el que alerta al Gobierno sobre el panorama del sistema de salud.
En ese documento, Sura señala que tuvo unas pérdidas de $138.000 millones en 2022 y proyectaba que perdería en 2023 $181.000 millones. Para aquel entonces, Sura señalaba que su índice de siniestralidad respecto a la UPC era del 102%, es decir, que gastaba 102 pesos de cada 100 que recibía para garantizar los servicios de salud de sus afiliados. Entre las razones para explicar esos números, Sura señalaba dificultades en cómo se estaba ajustando anualmente los aumentos de la UPC y, por ende, en su insuficiencia.
Con corte al 31 de diciembre de 2023, según le contestó la EPS al Congreso de la República en una comunicación oficial, Sura era de las pocas aseguradoras que cumplía con el indicador de Inversión de las Reservas Técnicas, que ha sido uno de los parámetros de incumplimiento que ha usado el Gobierno para dictar medidas de intervención contra EPS como Sanitas. Sura, según sus indicadores, lo cumplía permanentemente desde 2021.
Entrando al detalle, la EPS decía que cumplía al 104% con las reservas técnicas, con corte a enero de 2024. La EPS también cumplió, durante 2021 y 2022, con otros indicadores de habilitación financiera como patrimonio adecuado y patrimonio técnico, pero dejó de cumplirlos con corte a septiembre de 2023. En la comunicación que Sura le enviaba a los congresistas, señalaba que ese incumplimiento era “el resultado de las pérdidas acumuladas que han consumido el patrimonio de la compañía y cuya situación se ha expuesto en diferentes espacios y comunicaciones al Ministerio de Salud”.
De hecho, la EPS contaba que había visto mermar su patrimonio, pasando de $391,707 millones en diciembre de 2021, a $4,200 millones en diciembre de 2023. Su situación financiera, sin embargo, no afectó los pagos a proveedores y prestadores. “Siempre fue impecable en sus pagos”, nos dijeron desde una alta presidencia de un importante gestor farmacéutico. La EPS señala que pagaba a todas las IPS en un promedio de 36 días. Sin embargo, Sura advertía que el monto de la cuenta por cobrar por el concepto de presupuestos máximos con corte a 31 de enero de 2024 equivalía a $396.000 millones.
En esas cuentas sobre presupuesto máximo (aquello que se paga por fuera del plan de beneficios en salud), Sura llamaba la atención sobre varias cosas. Por ejemplo, decía que la cantidad de personas con al menos una enfermedad costosa en la población cubierta por EPS SURA aumentó rápidamente entre 2020 y 2023. En 2020, había 246 personas con estas enfermedades por cada 1000, y en 2023, la cifra subió a 262 personas por cada 1000.
Además, decía Sura, la prevalencia de personas con cáncer general invasivo por cada 100,000 afiliados pasó de 1387 en 2022 a 1600 en 2023 (61,6% más que la prevalencia en Colombia, según la cuenta de alto costo a corte 2022 – 2023). Adicionalmente, agregaba la EPS en su comunicación al Congreso, para poblaciones de alto costo como las enfermedades huérfanas, los traslados habían crecido en los últimos años “generando un impacto mayor en el crecimiento de la carga de enfermedad y en el consumo de servicios de alto costo; entre 2020 y 2023 hubo 4,368 traslados de personas con estas condiciones”.
En este mismo sentido, la incidencia reportada al SIVIGILA en 2023 desde EPS SURA para enfermedades huérfanas es 3.3 veces mayor que la del país. “Dado lo anterior, asociado al uso creciente de servicios en salud y mayor adopción de nuevas tecnologías, EPS SURA ha venido observando como cada año la insuficiencia del presupuesto máximo asignado aumenta de manera considerable”, decía Sura en su respuesta a los congresistas.
Durante los últimos meses, sin embargo, Sura se había acercado al Gobierno. El pasado 28 de febrero, por ejemplo, se conoció una carta en la que la EPS declaró que estaría dispuesta a convertirse en Gestora de Vida y Salud, siempre y cuando se “cuente con los atributos necesarios para el óptimo desempeño de dicho rol” en los proyectos de reforma a la salud que se conocían entonces. La EPS dejaba claro, sin embargo, que no veía que esas condiciones se cumplieran en los articulados que se conocían.
Frente a esa posibilidad, la presidenta de Suramericana, Juana Francisca Llano, fue clara en la rueda de prensa de este martes: “Hemos hecho todo lo posible para seguir prestando los servicios, inclusive analizamos las reformas propuestas por el gobierno. Estuvimos dispuestas a asumir una figura de Gestoras, pero no de cualquier forma, por eso nos sentamos a conversar. Sin embargo, las reformas que conocemos no resuelven los problemas estructurales del sistema”
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El anuncio de Sura de retirarse de manera “progresiva” del sistema de salud impactará a 5,349,436 afiliados que tiene, según la misma EPS, con corte a diciembre de 2023, siendo la tercera EPS más grande del país, solo superada por Nueva EPS y Sanitas (hoy intervenidas). Según reposa en uno de sus últimos informes de rendición de cuenta (con cierre al 2023), el 51.7% de los afiliados eran cotizantes, el 33.8% eran beneficiarios y el 14.5% del régimen subsidiado. Una mayoría de sus afiliados (el 61%) tiene ingresos inferiores a 2 salarios mínimos legales vigentes.
Sura EPS es especialmente importante en Antioquia, departamento en el que tiene más de tres millones afiliados. En Bogotá la EPS (de origen antioqueño) tiene poco más de 480.000 afiliados. En términos financieros, es imposible no recordar la carta que esta EPS envió al Ministerio de Salud el pasado 27 de julio de 2023 (que firma, además, junto a Sanitas y Compensar) en el que alerta al Gobierno sobre el panorama del sistema de salud.
En ese documento, Sura señala que tuvo unas pérdidas de $138.000 millones en 2022 y proyectaba que perdería en 2023 $181.000 millones. Para aquel entonces, Sura señalaba que su índice de siniestralidad respecto a la UPC era del 102%, es decir, que gastaba 102 pesos de cada 100 que recibía para garantizar los servicios de salud de sus afiliados. Entre las razones para explicar esos números, Sura señalaba dificultades en cómo se estaba ajustando anualmente los aumentos de la UPC y, por ende, en su insuficiencia.
Con corte al 31 de diciembre de 2023, según le contestó la EPS al Congreso de la República en una comunicación oficial, Sura era de las pocas aseguradoras que cumplía con el indicador de Inversión de las Reservas Técnicas, que ha sido uno de los parámetros de incumplimiento que ha usado el Gobierno para dictar medidas de intervención contra EPS como Sanitas. Sura, según sus indicadores, lo cumplía permanentemente desde 2021.
Entrando al detalle, la EPS decía que cumplía al 104% con las reservas técnicas, con corte a enero de 2024. La EPS también cumplió, durante 2021 y 2022, con otros indicadores de habilitación financiera como patrimonio adecuado y patrimonio técnico, pero dejó de cumplirlos con corte a septiembre de 2023. En la comunicación que Sura le enviaba a los congresistas, señalaba que ese incumplimiento era “el resultado de las pérdidas acumuladas que han consumido el patrimonio de la compañía y cuya situación se ha expuesto en diferentes espacios y comunicaciones al Ministerio de Salud”.
De hecho, la EPS contaba que había visto mermar su patrimonio, pasando de $391,707 millones en diciembre de 2021, a $4,200 millones en diciembre de 2023. Su situación financiera, sin embargo, no afectó los pagos a proveedores y prestadores. “Siempre fue impecable en sus pagos”, nos dijeron desde una alta presidencia de un importante gestor farmacéutico. La EPS señala que pagaba a todas las IPS en un promedio de 36 días. Sin embargo, Sura advertía que el monto de la cuenta por cobrar por el concepto de presupuestos máximos con corte a 31 de enero de 2024 equivalía a $396.000 millones.
En esas cuentas sobre presupuesto máximo (aquello que se paga por fuera del plan de beneficios en salud), Sura llamaba la atención sobre varias cosas. Por ejemplo, decía que la cantidad de personas con al menos una enfermedad costosa en la población cubierta por EPS SURA aumentó rápidamente entre 2020 y 2023. En 2020, había 246 personas con estas enfermedades por cada 1000, y en 2023, la cifra subió a 262 personas por cada 1000.
Además, decía Sura, la prevalencia de personas con cáncer general invasivo por cada 100,000 afiliados pasó de 1387 en 2022 a 1600 en 2023 (61,6% más que la prevalencia en Colombia, según la cuenta de alto costo a corte 2022 – 2023). Adicionalmente, agregaba la EPS en su comunicación al Congreso, para poblaciones de alto costo como las enfermedades huérfanas, los traslados habían crecido en los últimos años “generando un impacto mayor en el crecimiento de la carga de enfermedad y en el consumo de servicios de alto costo; entre 2020 y 2023 hubo 4,368 traslados de personas con estas condiciones”.
En este mismo sentido, la incidencia reportada al SIVIGILA en 2023 desde EPS SURA para enfermedades huérfanas es 3.3 veces mayor que la del país. “Dado lo anterior, asociado al uso creciente de servicios en salud y mayor adopción de nuevas tecnologías, EPS SURA ha venido observando como cada año la insuficiencia del presupuesto máximo asignado aumenta de manera considerable”, decía Sura en su respuesta a los congresistas.
Durante los últimos meses, sin embargo, Sura se había acercado al Gobierno. El pasado 28 de febrero, por ejemplo, se conoció una carta en la que la EPS declaró que estaría dispuesta a convertirse en Gestora de Vida y Salud, siempre y cuando se “cuente con los atributos necesarios para el óptimo desempeño de dicho rol” en los proyectos de reforma a la salud que se conocían entonces. La EPS dejaba claro, sin embargo, que no veía que esas condiciones se cumplieran en los articulados que se conocían.
Frente a esa posibilidad, la presidenta de Suramericana, Juana Francisca Llano, fue clara en la rueda de prensa de este martes: “Hemos hecho todo lo posible para seguir prestando los servicios, inclusive analizamos las reformas propuestas por el gobierno. Estuvimos dispuestas a asumir una figura de Gestoras, pero no de cualquier forma, por eso nos sentamos a conversar. Sin embargo, las reformas que conocemos no resuelven los problemas estructurales del sistema”
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