Médicos alertan un sobrediagnóstico de frenillo corto en bebés y niños
La Academia Estadounidense de Pediatría afirma que no hay criterios uniformes sobre el diagnóstico de este trastorno, y que no está claro si su tratamiento mejora la lactancia materna.
Médicos e investigadores de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) expresaron su preocupación por el posible sobrediagnóstico a bebés y niños de anquiloglosia o frenillo corto, una afección presente al nacer que restringe el rango de movimiento de la lengua debido a una banda de tejido corta o apretada, llamada frenillo lingual, que une la parte inferior de la punta de la lengua al piso de la boca.
(Lea: ¿Por qué algunas personas se despiertan a las 3 a.m. o 4 a.m.?)
Según los médicos, tanto el diagnóstico, como la frecuencia de su tratamiento (frenotomía), el cual consiste en cortar el frenillo lingual, han aumentado recientemente en todo el mundo. Esto, en parte, se debe a que no existen criterios de diagnóstico uniformes y aceptados para el diagnóstico de anquiloglosia. “Existe una falta de consenso para el tratamiento de esta afección, lo que lleva a una amplia variación en la práctica en los Estados Unidos y a nivel internacional”, manifiestan.
De acuerdo con la AAP, aún no está claro si este procedimiento mejora la lactancia materna, debido a que muchos de los síntomas de la anquiloglosia se superponen a los de otras dificultades que se presentan en este proceso.
“Los bebés con anquiloglosia y patrones de alimentación normales no necesitan intervención. La frenotomía para otros problemas o para prevenir problemas como la articulación del habla o la apnea obstructiva del sueño en el futuro no está basada en evidencia”, dicen en un artículo publicado en su página web.
(Lea: Minsalud: Residentes médicos no deben tener turnos diarios mayores a 12 horas)
Los investigadores afirman que la anquiloglosia posterior es un término mal definido, que no cuenta con el acuerdo de los expertos y no debe usarse como una razón para realizar una intervención quirúrgica en un bebé. “Los frenillos labiales y bucales son estructuras orales normales que no están relacionadas con la mecánica de la lactancia materna y no requieren intervención quirúrgica para mejorar la lactancia”, agregan.
Los recién nacidos con esta posible afección necesitan una vigilancia estrecha, apoyo a la lactancia materna mientras están en el hospital, seguimiento temprano después del alta y control del aumento de peso. En caso de que haya un diagnóstico certero, quienes realicen la intervención deben ser médicos capacitados. El personal médico debe prestar atención a la prevención de complicaciones quirúrgicas, riesgo de hemorragia, mitigación del dolor y cuidado posquirúrgico basado en evidencia. “Los ejercicios de estiramiento posoperatorio no están basados en evidencia y no se recomiendan”, indica la AAP.
Médicos e investigadores de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) expresaron su preocupación por el posible sobrediagnóstico a bebés y niños de anquiloglosia o frenillo corto, una afección presente al nacer que restringe el rango de movimiento de la lengua debido a una banda de tejido corta o apretada, llamada frenillo lingual, que une la parte inferior de la punta de la lengua al piso de la boca.
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Según los médicos, tanto el diagnóstico, como la frecuencia de su tratamiento (frenotomía), el cual consiste en cortar el frenillo lingual, han aumentado recientemente en todo el mundo. Esto, en parte, se debe a que no existen criterios de diagnóstico uniformes y aceptados para el diagnóstico de anquiloglosia. “Existe una falta de consenso para el tratamiento de esta afección, lo que lleva a una amplia variación en la práctica en los Estados Unidos y a nivel internacional”, manifiestan.
De acuerdo con la AAP, aún no está claro si este procedimiento mejora la lactancia materna, debido a que muchos de los síntomas de la anquiloglosia se superponen a los de otras dificultades que se presentan en este proceso.
“Los bebés con anquiloglosia y patrones de alimentación normales no necesitan intervención. La frenotomía para otros problemas o para prevenir problemas como la articulación del habla o la apnea obstructiva del sueño en el futuro no está basada en evidencia”, dicen en un artículo publicado en su página web.
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Los investigadores afirman que la anquiloglosia posterior es un término mal definido, que no cuenta con el acuerdo de los expertos y no debe usarse como una razón para realizar una intervención quirúrgica en un bebé. “Los frenillos labiales y bucales son estructuras orales normales que no están relacionadas con la mecánica de la lactancia materna y no requieren intervención quirúrgica para mejorar la lactancia”, agregan.
Los recién nacidos con esta posible afección necesitan una vigilancia estrecha, apoyo a la lactancia materna mientras están en el hospital, seguimiento temprano después del alta y control del aumento de peso. En caso de que haya un diagnóstico certero, quienes realicen la intervención deben ser médicos capacitados. El personal médico debe prestar atención a la prevención de complicaciones quirúrgicas, riesgo de hemorragia, mitigación del dolor y cuidado posquirúrgico basado en evidencia. “Los ejercicios de estiramiento posoperatorio no están basados en evidencia y no se recomiendan”, indica la AAP.