Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En agosto de este año salió a la luz un informe del Instituto de Evaluación Tecnológica de Salud (IETS) financiado por el Ministerio de Salud, en el cual se revisó la evidencia científica sobre los cigarrillos electrónicos. En él, se demostró que “vapear” no reduce los efectos nocivos de la nicotina. (Lea: Nuevos estudios dicen que los cigarrillos electrónicos traen riesgos para la salud) .
Por esta razón, el Ministerio de Salud quiere regular el uso de estos dispositivos. Así lo aseguró en diálogo con Blu Radio José Fernando Valderrama, encargado de Enfermedades No Transmisibles de esa cartera. La idea, según dijo, es que se adopten medidas similares a las que tienen los cigarrillos convencionales. Por ejemplo, prohibir su venta a menores de edad y evitar que esta población esté expuesta a la publicidad que los induce a vapear.
Además, el Minsalud busca evitar que esta clase de artículos sean usados en espacios libre de tabaco, como actualmente sucede con los cigarrillos convencionales. "Tenemos que minimizar los potenciales riesgos que existen para la salud con sustancias como el propilenglicol, presente en estos dispositivos. Hay que avertir sobre esos potenciales efectos nocivos", aseguró Valderrama. En el caso del propilenglicol, dijo, puede ser cancerígeno. De hecho, la Organizaición Mundial de Salud reitera en su página web, que "las soluciones y emisiones de estos artículos contienen otros productos químicos, algunos de ellos considerados tóxicos".
A la industria, sin embargo, la idea del Minsalud parece no gustarle. Tal y como lo dio a conocer en un comunicado, para ellos existe un "riesgo reducido" a la hora de usar estso dispositivos electrónicos si se compara con los otros cigarrillos. Su principal argumento es un estudio desarrollado por la British American Tobacco en el que, afirman, realizaron pruebas científicas que confirman una "reducción sustancial del riesgo para la salud de los cigarrillos electrónicos, comparado con los cigarrillos tradiciones".
Pero otra cosa sugiere el estudio hecho el IETS y que estuvo a cargo de la bacterióloga Carolina Sandoval y el médico Carlos Pinzón. El análisis, que pretendía responder la pregunta “¿cuál era la efectividad y seguridad de los sistemas electrónicos con o sin administración de nicotina, comparado con otras medidas para la cesación del consumo de tabaco?”, fue contundente. Entre los ensayos clínicos y los estudios epidemiológicos no existía una “diferencia significativa entre el consumo de los sistemas de electrónicos de dispensación de nicotina y los que no contienen nicotina”. Es decir, aquellos en los que se vapea líquidos como propilenglicol o alcoholes como gliceros representan un daño parecido al que genera la nicotina.
Incluso, estas alternativas no eran reseñadas como una terapia de reemplazo de nicotina. Ni mucho menos un método para disminuir o dejar el hábito de fumar. El lío es que, según un estudio de la marca de cigarrillos Vype, el 45% de los colombianos tienen un amigo que ha optado por el método de vapear.
Los riesgos apuntan a que el Gobierno deberá tomar medidas como lo hizo el Reino Unido, Australia, Brasil, Chile, España y Venezuela. Países que decidieron regular la venta y el uso de los cigarrillos eléctricos dentro de sus mercados.