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Con el decreto 1409 de 2024, el Ministerio de Salud revivió la figura del promotor de salud en Colombia, incluyéndolo como personal auxiliar en las áreas de la salud del país. “Los auxiliares promotores de salud tendrán un papel central en la articulación de la comunidad con los actores del sistema de salud, contribuyendo así al cuidado de la vida, la salud, la promoción de la salud, el bienestar integral de las poblaciones y al logro de los resultados en salud”, define esa cartera en un comunicado.
La ocupación del auxiliar promotor(a) de salud tendrá como sujetos de atención a las personas, las familias y la comunidad de un territorio, de acuerdo con la diversidad étnica, sociodemográfica, sanitaria, ambiental y cultural de este. Este profesional articula a la comunidad y los actores del sistema de salud, contribuyendo así al cuidado de la vida, salud, promoción de la salud, bienestar integral de las poblaciones y al logro de los resultados en salud. El Minsalud regulará los aspectos inherentes al ejercicio, desempeño y acciones, “en función de la anterior definición, de las necesidades del sistema de salud y de la gestión y planeación del talento humano en salud en el territorio con enfoque diferencial e intercultural”.
La formación y certificación de los promotores de salud estará a cargo del SENA y otras instituciones de educación superior debidamente reconocidas por la autoridad competente y tendrá una duración de entre 1.000 a 1.200 horas, con formación teórica y práctica, con un enfoque intercultural y diferencial.
Esa formación deberá “responder a la adecuación intercultural y al enfoque diferencial de los grupos étnicos y comunidades campesinas”, se puede leer en el decreto. Esto implica, se especifica en el documento, que se hagan las adecuaciones etnoculturales de los programas a las cosmovisiones, saberes y prácticas etnoculturales propias. La figura del promotor de salud no es nueva en Colombia.
¿Qué tan necesaria es?
La intención de revivir esta figura fue revelada por el Ministerio de Salud en abril pasado como parte de los decretos para transformar el sistema de salud, sin necesidad de una reforma aprobada por el Congreso.
Como explicamos en esta nota, a finales del siglo pasado, en departamentos como el Vaupés, esas personas eran la “mano derecha” de los médicos que trataban de atender pacientes. Pablo Montoya, director de Sinergias, una ONG que ha trabajado por mejorar la salud de las comunidades indígenas en ese territorio, contaba que los “promotores” eran uno de los eslabones fundamentales del sistema.
Luego de ser elegidos al interior de las diferentes comunidades, recibían una formación y mantenían contacto directo con quienes estaban en el hospital, recuerda. En la misma línea opinaba entonces el médico y antropólogo Pablo Martínez Silva, que también ha trabajado por años con comunidades de la Amazonia, y para quien la figura del “promotor es necesaria y esencial en más del 90% del país, donde los usuarios solo acceden al sistema a través de una ‘Empresa Social del Estado’ —como un hospital público—. Pero ese hospital no puede funcionar esperando que la gente llegue enferma hasta el municipio”.
Todos opinaban en su momento que el Gobierno debía garantizar un programa de formación, algo indispensable para que esas personas sean acompañadas, capacitadas y asesoradas de manera continua. “Si esa figura no está encadenada a un aparato donde hay seguimiento, asistencia técnica y participación de profesionales que ayudan a generar capacidades, un programa de esos, corre el riesgo de caerse”, señala Martínez. “Es una propuesta que debe ir de la mano de lo que quiere cada territorio, pues estamos en un país con condiciones muy diversas”.
Proyecto para reglamentar su operación
El Ministerio de Salud publicó este 9 de diciembre un proyecto de resolución para comentarios donde, precisamente, reglamenta el ejercicio, desempeño y funciones de las/os promotoras/es de salud. En el documento se señala, entre otras cosas, los requisitos que deberán cumplir estas personas.
Por ejemplo, deberán residir en el territorio donde se va a desempeñar como auxiliar promotor(a) de salud por un tiempo igual o mayor a dos (2) años. Haber obtenido un certificado del programa de formación de auxiliar promotor(a) de Salud en el marco de la educación para el trabajo y el desarrollo humano a través del Subsistema de Formación para el Trabajo. Hablar español y la lengua nativa del grupo étnico cuando aplique. Además, y algo muy importante, en el caso de grupos étnicos debe contar con el reconocimiento y aval de las autoridades ancestrales y tradicionales reconocidas y/o formas organizativas propias del territorio.
El auxiliar promotor(a) de salud puede ejercer sus funciones para la atención en salud en el marco de la estrategia de Atención Primaria en Salud (APS). Las personas se integrarán progresivamente a esa estrategia que, según el proyecto de resolución, cuenta con fuentes de financiación definidas, lo que otorga sostenibilidad financiera para su contratación.
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