Mosquito del dengue supera la barrera de los 2.300 metros
Por primera vez se identificaron especímenes del “Aedes aegypti”, transmisor del zika y del chikunguña, a esta altura. Es el punto máximo en el que se ha registrado en el país y en Suramérica.
Redacción Vivir
El doctor Freddy Ruiz se ha dedicado a estudiar desde hace más de 15 años el comportamiento del mosquito que transmite el dengue, el chikunguña y el zika. Desde el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia (Pecet), del que es investigador asociado, él y sus colegas han tratado de comprender el comportamiento de ese vector y su distribución en el país. Pero en ese intento, este grupo se llevó hace poco una sorpresa que ahora los desvela: el Aedes aegypti ahora puede encontrarse, como nunca antes se había encontrado, en alturas superiores a los 2.300 metros sobre el nivel del mar. Es decir, un poco más que la altura a la que está Manizales.
Su hallazgo lo publicaron en la revista Biomédica, acaso la más importante en temas de salud en el país. Y en palabras de Ruiz, doctorado entomología médica del Museo de Historia Natural de Londres, es preocupante porque muestra que ese mosquito se está adaptando a alturas impensables. “Se está desplazando y está logrando sobrevivir en condiciones en las que nunca antes había sobrevivido”, dice.
A lo que se refiere Ruiz es al estudio piloto que hicieron en Bello y San Pedro de los Milagros, dos municipios periféricos al Valle de Aburrá, en Antioquia. Allí, en alturas entre 1.882 y 2.659 m.s.n.m., instalaron 21 trampas para observar si había rastros del Aedes Aegypti. Lo que se encontraron los dejó asombrados: de los 367 adultos que recolectaron, siete estaban a una altura de 2.302 m.sn.m.; otros doce, positivos para dengue serotipo 2, estaban ubicados a 1.984 m.s.n.m.
Y eso, como explica Ruiz, es preocupante porque es la primera vez que se registra el vector a esa altura en Colombia. Hasta el momento el punto máximo había sido de 2.200 metros en Málaga, Santander. Pero este hallazgo, dice Ruiz, es incluso la máxima altura en la que se ha identificado en Suramérica. En Bolivia hay noticias que indican que este insecto apareció en los 2.600 m.s.n.m., pero son solo noticias y no una publicación científica.
“Ya sabemos que el vector está allí, pero ahora la tarea es investigar si se han presentado casos. El siguiente paso es monitorear con más juicio y hacer un control más detallado en períodos más largos. Hasta ahora no tenemos conocimiento de ningún paciente”, explica.
Pero los resultados del estudio, escriben en el artículo de Biomédica, “podrían considerarse como una alerta sobre la presencia del vector en límites superiores a los conocidos y deberían evaluarse en términos de riesgo potencial de transmisión (...) en áreas que se consideraban a salvo de transmisión, pues su altitud y temperatura actúan como barreras”.
Aunque no es fácil establecer con precisión los motivos por los que este mosquito se está adaptando a esas alturas, lo que sospechan los investigadores de Pecet es que el cambio climático puede ser una de las causas directas. Sin embargo, se lee en la publicación, “el cambio climático y su relación con la transmisión de arbovirus en Colombia se han estudiado poco”.
Otra de las posibles causas, cuenta Ruiz, puede ser el trazado de nuevas carreteras y las constantes migraciones, donde el mosquito pudo haber encontrado un nuevo nicho. Y eso también es una muestra, como le dijo hace unos meses a ese diario Fernando de la Hoz, exdirector del Instituto Nacional de Salud (INS), del crecimiento desordenado al que se ha acostumbrado Colombia y de la mala planeación municipal.
Por ahora, Colombia deberá abrir un nuevo capítulo en la batalla contra ese vector, transmisor de tres virus que han disparado las alarmas de las autoridades de salud. En el caso del dengue, como se lee en el último boletín epidemiológico del INS, en 2016 se han presentado más de 72 mil casos. Y es probable que aumente si se tiene en cuenta el hallazgo que hizo el doctor Feddy Ruiz hace una semana: “por primera vez identificamos el Aedes aegypti en Puerto Nariño, Amazonas”.
El doctor Freddy Ruiz se ha dedicado a estudiar desde hace más de 15 años el comportamiento del mosquito que transmite el dengue, el chikunguña y el zika. Desde el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia (Pecet), del que es investigador asociado, él y sus colegas han tratado de comprender el comportamiento de ese vector y su distribución en el país. Pero en ese intento, este grupo se llevó hace poco una sorpresa que ahora los desvela: el Aedes aegypti ahora puede encontrarse, como nunca antes se había encontrado, en alturas superiores a los 2.300 metros sobre el nivel del mar. Es decir, un poco más que la altura a la que está Manizales.
Su hallazgo lo publicaron en la revista Biomédica, acaso la más importante en temas de salud en el país. Y en palabras de Ruiz, doctorado entomología médica del Museo de Historia Natural de Londres, es preocupante porque muestra que ese mosquito se está adaptando a alturas impensables. “Se está desplazando y está logrando sobrevivir en condiciones en las que nunca antes había sobrevivido”, dice.
A lo que se refiere Ruiz es al estudio piloto que hicieron en Bello y San Pedro de los Milagros, dos municipios periféricos al Valle de Aburrá, en Antioquia. Allí, en alturas entre 1.882 y 2.659 m.s.n.m., instalaron 21 trampas para observar si había rastros del Aedes Aegypti. Lo que se encontraron los dejó asombrados: de los 367 adultos que recolectaron, siete estaban a una altura de 2.302 m.sn.m.; otros doce, positivos para dengue serotipo 2, estaban ubicados a 1.984 m.s.n.m.
Y eso, como explica Ruiz, es preocupante porque es la primera vez que se registra el vector a esa altura en Colombia. Hasta el momento el punto máximo había sido de 2.200 metros en Málaga, Santander. Pero este hallazgo, dice Ruiz, es incluso la máxima altura en la que se ha identificado en Suramérica. En Bolivia hay noticias que indican que este insecto apareció en los 2.600 m.s.n.m., pero son solo noticias y no una publicación científica.
“Ya sabemos que el vector está allí, pero ahora la tarea es investigar si se han presentado casos. El siguiente paso es monitorear con más juicio y hacer un control más detallado en períodos más largos. Hasta ahora no tenemos conocimiento de ningún paciente”, explica.
Pero los resultados del estudio, escriben en el artículo de Biomédica, “podrían considerarse como una alerta sobre la presencia del vector en límites superiores a los conocidos y deberían evaluarse en términos de riesgo potencial de transmisión (...) en áreas que se consideraban a salvo de transmisión, pues su altitud y temperatura actúan como barreras”.
Aunque no es fácil establecer con precisión los motivos por los que este mosquito se está adaptando a esas alturas, lo que sospechan los investigadores de Pecet es que el cambio climático puede ser una de las causas directas. Sin embargo, se lee en la publicación, “el cambio climático y su relación con la transmisión de arbovirus en Colombia se han estudiado poco”.
Otra de las posibles causas, cuenta Ruiz, puede ser el trazado de nuevas carreteras y las constantes migraciones, donde el mosquito pudo haber encontrado un nuevo nicho. Y eso también es una muestra, como le dijo hace unos meses a ese diario Fernando de la Hoz, exdirector del Instituto Nacional de Salud (INS), del crecimiento desordenado al que se ha acostumbrado Colombia y de la mala planeación municipal.
Por ahora, Colombia deberá abrir un nuevo capítulo en la batalla contra ese vector, transmisor de tres virus que han disparado las alarmas de las autoridades de salud. En el caso del dengue, como se lee en el último boletín epidemiológico del INS, en 2016 se han presentado más de 72 mil casos. Y es probable que aumente si se tiene en cuenta el hallazgo que hizo el doctor Feddy Ruiz hace una semana: “por primera vez identificamos el Aedes aegypti en Puerto Nariño, Amazonas”.