Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Esta situación se puede dar por la exposición a elementos contaminados como agua de tuberías, polvo o suelo con plomo que puede venir de emisiones industriales, procesos de reciclaje, presencia de plomo en las pinturas (lo que hace que haya plomo en el aire), algunos alimentos y juguetes o cosméticos de baja calidad, entre otros.
Los niños suelen estar más expuestos a este metal, ya que absorben 4 o 5 veces más cantidad de plomo que los adultos, respiran más rápido, toman más agua y alimentos por unidad de peso corporal que los adultos, tienen mayor absorción del aire, el agua o los alimentos, y presentan más alto riesgo de ingestión de suelo contaminado, ya que juegan en exteriores cerca al piso; se estima que en promedio un niño puede ingerir entre 100 y 400 microgramos de suelo al día. (Sibaté: ¿Qué pasó con la comunidad a la que Colombia le debe la decisión de recuperar el río Bogotá?)
“Aunque en Colombia solo se han hecho estimaciones respecto a los casos de plomo en sangre, en algunas zonas como Malambo (Atlántico) se han adelantado estudios donde hemos encontrado niveles mucho más altos que 10 decilitros de plomo en niños que habitan en zonas de alta contaminación ambiental o industriales, lo que debería preocupar y motivar a la acción”.
Así lo advierte el médico David Andrés Combariza Bayona, magíster en Toxicología, especialista en Medicina del Trabajo y Epidemiología, y profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la conferencia “Intoxicación por plomo: ¿por qué es importante y cómo podemos prevenirla?”, del programa #SaludUNALContigo, de la Facultad de Medicina. (Por exceso de plomo en el Lago de Tota la Procuraduría interpone tutela)
Un metal de cuidado
Desde la época del Imperio romano, cuando se empleaba para fabricar tuberías y recipientes, el plomo ha sido un metal muy usado por sus propiedades de maleabilidad, resistencia a la corrosión y a los ácidos, alta conductividad, durabilidad y capacidad de unirse a otros metales.
Según el doctor Combariza, uno de los principales lugares donde se ha encontrado plomo es en las tuberías, baterías de carro, muchos tipos de pinturas, juguetes de mala calidad y en la gasolina, aunque se prohibió hace varios años. También está presente todavía en soldaduras, municiones, algunos utensilios de cocina artesanales (pintura), cosméticos, recubrimiento de cables y basura electrónica, una de las principales vías por las cuales llega al ambiente.
“El plomo ingresa especialmente por ingestión, por ejemplo cuando un niño se come la pintura o toma agua contaminada. Pero también por inhalación, que es el más frecuente en un entorno ocupacional, donde los trabajadores se exponen a vapores o partículas y su ropa puede quedar impregnada. En las construcciones relativamente recientes no utilizan plomo, pero algunas casas antiguas pueden tener materiales que representen riesgo para la salud”, advierte el especialista.
Varios síntomas
Aunque el plomo tiende a afectar el sistema nervioso central, también tiene una afinidad por ubicarse en los huesos, donde puede durar hasta 20 años antes de volver a circular por la sangre, reemplazando el calcio y haciéndolos más propensos a fracturas.
“Con altas exposiciones al plomo la persona puede experimentar diferentes síntomas tanto gastrointestinales (anorexia, náusea, vómito, dolor abdominal) como cardiovasculares que pueden llevar a hipertensión, lesiones al hígado y riñón, y puede haber malestar, sobre todo por inhalación y efectos neurológicos asociados con somnolencia o convulsiones en dosis muy altas”, menciona el especialista.
Pocos diagnósticos de intoxicación
Según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), en 2020 solo se reportaron 43 casos de intoxicación por metales (dentro de los cuales se incluye el plomo). “Lo que ocurre es que diagnosticar intoxicación por metales no es sencillo, se debe tener una alta capacidad de sospecha química y conocer mucho el contexto del paciente para descartarla; no es que no existan casos, es que no se han encontrado o diagnosticado”, advierte el profesor de la UNAL
Agrega que “en lo que va de 2021 se han registrado casi 21.000 intoxicaciones, la mitad de ellas asociadas con intentos de suicidio, algo reportado comúnmente en toxicología, pero de las accidentales son otras 10.000, de las cuales solo 23 han sido diagnosticadas como intoxicación por metales, de manera que aunque el comportamiento sigue siendo igual, no quiere decir que no lo tengamos”.