“No existe ninguna cepa colombiana”, INS ante declaraciones en España
El Instituto Nacional de Salud fue enfático en asegurar que no existe ninguna “cepa colombiana”, luego de unas polémicas declaraciones del viceconsejero de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero. El descubrimiento y reporte de este linaje es, por el contrario, una muestra de los esfuerzos de vigilancia genómica que se han hecho para hacer frente a la pandemia.
Este viernes, en medio de una rueda de prensa, el viceconsejero de Salud Pública de la Comunidad de Madrid aseguró que en las últimas semanas se había presentado un “aumento progresivo de la variante colombiana” en la capital española. Además, insistió sin mucha rigurosidad que esta variante “podría generar algún problema en relación con las vacunas”.
La noticia se volvió viral en medios españoles, que informaban -citando a Zapatero- de un aumento de la “preocupación”, “alarma” y “alerta” por la presencia de la “variante colombiana”.
Ante las declaraciones, el Instituto Nacional de Salud de Colombia informó que, en primer lugar, no existe ninguna cepa colombiana. Y que el linaje B1.621, incluido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro del grupo de interés de vigilancia especial, circula también en países como Estados Unidos, Curasao, México, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, España, Colombia “y, seguramente, en más países”. (Le recomendamos: Hay variantes del coronavirus de interés en Colombia. ¿Qué sabemos sobre ellas?)
Asimismo, aseguraron que Colombia lo detectó desde enero, lo caracterizó y lo reportó. Por lo que “no se trata entonces de ningún ‘Linaje colombiano’, sino de una investigación colombiana”, ya que el país, y en especial el grupo de genómica del INS, ha hecho el esfuerzo por descubrir, estudiar y vigilar las variantes que están circulando en Colombia a raíz de la pandemia.
“Que lleguen colombianos con B.1.621 a España sí es posible. Así como de Estados Unidos, Alemania, México, etc. De la misma manera es posible que a Colombia lleguen o hayan llegado españoles con ese linaje”, insistió el Instituto, quien además aclaró que con ninguna de las variantes que circulan en el mundo se ha demostrado que “no les sirve la vacuna”.
A principios de esta semana la Organización Mundial de la Salud informó que, desde ahora, se cambiaría el nombre común de las variantes por las letras del alfabeto griego. ¿El motivo? Precisamente, evitar la estigmatización de los países. (En contexto: OMS usará el alfabeto griego para nombrar variantes del coronavirus, ¿por qué?)
La opinión pública no solía identificar estas variantes por sus nombres científicos (difíciles de retener y diferenciar), sino por el lugar donde fueron inicialmente detectadas, llamando así a la B.1.17 “variante británica”, a la B.1.351 “variante sudafricana, a la P.1 “variante brasileña, y a la B.1.617.2 “variante india”, lo que ha generado estigma y discriminación contra los países involucrados, así como cierto grado de desinformación. (Le puede interesar: El grupo de investigación que quiere evitar próximas pandemias)
“Para evitar esto y simplificar las comunicaciones al público, la OMS invita a las autoridades nacionales, a los medios de prensa y otras entidades a adoptar estos nuevos nombres”, indicó la Organización. En consecuencia, se decidió denominar al B.1.17 (británica) como variante Alfa, a la B.1.351 (sudafricana), variante Beta, a la P.1 (brasileña) variante Gamma y a la B.1.617.2 (india) variante Delta.
Este viernes, en medio de una rueda de prensa, el viceconsejero de Salud Pública de la Comunidad de Madrid aseguró que en las últimas semanas se había presentado un “aumento progresivo de la variante colombiana” en la capital española. Además, insistió sin mucha rigurosidad que esta variante “podría generar algún problema en relación con las vacunas”.
La noticia se volvió viral en medios españoles, que informaban -citando a Zapatero- de un aumento de la “preocupación”, “alarma” y “alerta” por la presencia de la “variante colombiana”.
Ante las declaraciones, el Instituto Nacional de Salud de Colombia informó que, en primer lugar, no existe ninguna cepa colombiana. Y que el linaje B1.621, incluido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro del grupo de interés de vigilancia especial, circula también en países como Estados Unidos, Curasao, México, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, España, Colombia “y, seguramente, en más países”. (Le recomendamos: Hay variantes del coronavirus de interés en Colombia. ¿Qué sabemos sobre ellas?)
Asimismo, aseguraron que Colombia lo detectó desde enero, lo caracterizó y lo reportó. Por lo que “no se trata entonces de ningún ‘Linaje colombiano’, sino de una investigación colombiana”, ya que el país, y en especial el grupo de genómica del INS, ha hecho el esfuerzo por descubrir, estudiar y vigilar las variantes que están circulando en Colombia a raíz de la pandemia.
“Que lleguen colombianos con B.1.621 a España sí es posible. Así como de Estados Unidos, Alemania, México, etc. De la misma manera es posible que a Colombia lleguen o hayan llegado españoles con ese linaje”, insistió el Instituto, quien además aclaró que con ninguna de las variantes que circulan en el mundo se ha demostrado que “no les sirve la vacuna”.
A principios de esta semana la Organización Mundial de la Salud informó que, desde ahora, se cambiaría el nombre común de las variantes por las letras del alfabeto griego. ¿El motivo? Precisamente, evitar la estigmatización de los países. (En contexto: OMS usará el alfabeto griego para nombrar variantes del coronavirus, ¿por qué?)
La opinión pública no solía identificar estas variantes por sus nombres científicos (difíciles de retener y diferenciar), sino por el lugar donde fueron inicialmente detectadas, llamando así a la B.1.17 “variante británica”, a la B.1.351 “variante sudafricana, a la P.1 “variante brasileña, y a la B.1.617.2 “variante india”, lo que ha generado estigma y discriminación contra los países involucrados, así como cierto grado de desinformación. (Le puede interesar: El grupo de investigación que quiere evitar próximas pandemias)
“Para evitar esto y simplificar las comunicaciones al público, la OMS invita a las autoridades nacionales, a los medios de prensa y otras entidades a adoptar estos nuevos nombres”, indicó la Organización. En consecuencia, se decidió denominar al B.1.17 (británica) como variante Alfa, a la B.1.351 (sudafricana), variante Beta, a la P.1 (brasileña) variante Gamma y a la B.1.617.2 (india) variante Delta.