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La senadora del partido de La U, Norma Hurtado, denunció este sábado “seguimiento e intimidaciones” que cree se deben a su decisión de firmar la ponencia de archivo de reforma a la salud. “He sido objeto de seguimiento e intimidaciones debido a mi decisión de firmar la ponencia de archivo de reforma a la salud. Es lamentable que las opiniones, preguntas y análisis técnicos que he expresado hayan generado este clima de amenazas y acoso”, indicó Hurtado en un mensaje publicado en la red social X (antes llamada Twitter).
Hurtado fue la última de un grupo de ocho senadores en unirse a la firma de una ponencia de archivo que tiene virtualmente hundida la reforma a la salud en la Comisión Séptima del Senado. Los otros siete congresistas son Lorena Rios Cuellar (Colombia Justa Libres), Honorio Henríquez y Alirio Barrera (Centro Democrático), Nadia Blel Scaff y José Alfredo Marin (Partido Conservador), Miguel Ángel Pinto (Liberal) y Berenice Bedoya (del Partido ASI). (Puede ver: El complejo panorama de los medicamentos psiquiátricos).
“Mi responsabilidad en el Senado es ejercer un estudio cuidadoso de las reformas. Siempre lo he sustentado. Opinar, controvertir e investigar son elementos fundamentales para nuestra labor legislativa y el respeto por la independencia de poderes”, agregó Hurtado en su mensaje. El debate de la reforma a la salud se encuentra a la espera de que la Comisión de Ética del Congreso se reúna para decidir la recusación presentada contra Honorio Miguel Henríquez y Josue Alirio Barrera, ambos del Centro Democrático, quienes, junto a Hurtado, firmaron también el archivo de la reforma. Dicha comisión podría reunirse este lunes.
“Estas intimidaciones hacia mí y hacia mi familia buscan silenciar críticas legítimas y desnaturalizar mi deber legislativo, convirtiéndome en objeto de un delito de opinión, que no podemos tolerar”, señaló Hurtado. Personas como Alejandro Gaviria, exministro de salud y candidato presidencial, reaccionaron a la denuncia de la congresista: “Un abrazo fuerte senadora de solidaridad y aprecio”. También personas del mundo de la salud como Carmen Eugenia Dávila, directora de Gestarsalud, el gremio de las EPS del régimen subsidiado, que dijo: “Senadora nuestra solidaridad. Es inaceptable y todo el país debe rechazar esas amenazas. La actividad legislativa debe poder realizarse con independencia. Debemos defender la democracia”.
Hace unos días reportamos en El Espectador que el Gobierno estaba buscando caminos para salvar su reforma. Entre ellos, buscó al congresista de la Alianza Verde, Fabián Díaz, que plantea presentar una ponencia alternativa. Sin embargo, el senador Díaz le dijo a El Espectador que su proyecto tiene puntos que el Gobierno “seguramente no aceptaría”. Además, después de que se conociera esa posibilidad, diversos partidos políticos y congresistas anunciaron que tampoco apoyaría esa ponencia.
El otro camino que nos planteaban analistas y conocedores del Congreso, era justamente el que apuntaba a una recusación de congresistas o a un aplazamiento del debate. Estas opciones, sin embargo, tienen una dificultad: el tiempo. La reforma a la salud tiene que ser discutida y aprobada en dos debates que le quedan (comisión y plenaria de senado) antes del próximo 20 de junio. Si no lo hace, se hundiría. Mientras los ocho congresistas que firmaron el archivo esperan que el debate se realice pronto, el ministro del interior, Luis Fernando Velasco, ha dejado ver que el Gobierno apuesta porque se discuta después de Semana Santa.
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