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A nivel mundial, más de 30 millones de personas tienen alzhéimer, la expresión más común de demencia. Sin embargo, el diagnóstico, especialmente en las etapas tempranas de la enfermedad, aún sigue siendo un desafío. Las directrices actuales, establecidas en 2011, recomiendan detectar tres marcadores distintos que están asociados con la enfermedad: las acumulaciones anormales de las proteínas amiloide y tau, y la pérdida progresiva de células neuronales en regiones específicas del cerebro (neurodegeneración).
Pero hacer esta detección conlleva procesos que pueden resultar caros, poco accesibles o, en algunos casos, dolorosos, como es el caso de la punción lumbar, para extraer una muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) de la parte baja de la espalda.
“En la actualidad, para diagnosticar la enfermedad del alzhéimer es necesario realizar pruebas de neuroimagen”, explicó Thomas Karikari, autor principal de un nuevo estudio publicado en la revista Brain y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pittsburgh. “Esas pruebas son caras y se tarda mucho en programarlas, y muchos pacientes, incluso en Estados Unidos, no tienen acceso a escáneres de resonancia magnética y PET. La accesibilidad es un problema importante”. (También puede leer: Lecanemab, el prometedor fármaco para tratar el alzhéimer sobre el que aún hay dudas)
Por esta razón, Karikari y su equipo se enfocaron en desarrollar una prueba para detectar un nuevo biomarcador de la neurodegeneración asociada con el alzhéimer en una muestra de sangre. Los biomarcadores, explica la Agencia Europea de Medicina, son moléculas biológicas que están en la sangre, otros fluidos corporales o tejidos, y que pueden usarse para seguir procesos corporales y enfermedades en humanos y animales.
En este caso, los investigadores desarrollaron un análisis de sangre basado en anticuerpos que detectara un biomarcador llamado “tau derivado del cerebro” o BD-tau. Este es una forma concreta de la proteína tau, específica al alzhéimer.
Aunque ya existen análisis de sangre para detectar con precisión anomalías en las proteínas amiloide y tau, el desafío ha sido hallar marcadores de la neurodegeneración específicos del cerebro y relacionados con alzhéimer. (Le puede interesar: Los varamientos masivos de delfines podrían estar asociados a signos de Alzheimer)
Hay algunos marcadores de neurodegeneración, explicó la Universidad de Pittsburgh en un comunicado, que están influidos por contaminantes “potencialmente engañosos producidos en otras partes del organismo”. Por ejemplo, indica, los niveles del marcador de neurofilamentos ligeros se elevan en la sangre en el alzhéimer, el Parkinson y otras demencias.
Detectar este marcador, entonces, no es útil para diferenciar el alzhéimer de otras enfermedades. El biomarcador que se logró detectar aisladamente en más de 600 muestras de pacientes diagnosticados con la enfermedad o con síntomas del alzhéimer en fase inicial, es específico de esta enfermedad y “se correlaciona bien con los biomarcadores de neurodegeneración del alzhéimer en el líquido cefalorraquídeo”. Esta es una de las pruebas de detección que se utiliza hoy en día.
“Para desarrollar mejores fármacos, los ensayos deben inscribir a personas de orígenes variados y no sólo a quienes viven cerca de centros médicos académicos. Un análisis de sangre es más barato, seguro y fácil de administrar, y puede mejorar la confianza clínica a la hora de diagnosticar el alzhéimer y seleccionar a los participantes en ensayos clínicos y en el seguimiento de la enfermedad”, indicó Karikari.
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