Ómicron: no todo son malas noticias. Hay resultados alentadores con las células T
Un nuevo estudio logró determinar que las células T, que son las encargadas de la protección frente a la enfermedad grave, apenas resultaron “afectadas” por las mutaciones de la variante ómicron en personas inmunizadas. Los resultados fueron publicados en la plataforma de preprint, MedRxiv.
Un nuevo estudio, realizado por investigadores de Estados Unidos y de Países Bajos, arroja resultados alentadores sobre la respuesta de las células T ante la variante del coronavirus ómicron. Los resultados fueron publicados en la plataforma de preprint, MedRxiv, y esperan la revisión por pares. (Lea: Elementos para entender, entre la incertidumbre, el “cuarto pico” en Colombia)
La investigación consiguió demostrar la resistencia que presentaban los anticuerpos inducidos por las vacunas basadas en vectores de adenovirus o ARN mensajero ante ómicron, como la de Janssen (con una o dos dosis) y las dos dosis de Pfizer. Para ello, los expertos describieron las respuestas de las células T a esta nueva variante comparándolas con el virus SARS-CoV-2 original.
Además, estudiaron a algunos pacientes infectados con ómicron y compararon sus células T con los pacientes hospitalizados en las olas de contagio anteriores. El objetivo, dicen los investigadores, era “comprobar si otras partes del sistema inmunológico, como las células T, todavía reconocen ómicron pese a que tiene más de 30 mutaciones en su proteína de Spike, una característica que hace que elimine muchos de los lugares de unión de anticuerpos neutralizantes”.
Los expertos encontraron que la fuerza de la mutación de las proteínas de Spike se redujo en hasta 30 veces y que las células T, que son las encargadas de la protección frente a la enfermedad grave, apenas resultaron “afectadas” por las mutaciones en personas inmunizadas. “En comparación con los anticuerpos, que se unen en puntos clave, las células T pueden apuntar a toda la proteína de Spike”. (Le puede interesar: Yo estuve en la evaluación de las vacunas contra el Covid-19)
“Se conservan entre el 70 y el 80% de las respuestas de las células T. Esto significa que la mayoría de las personas que fueron vacunadas con una o dos dosis de Janssen, las dos de Pfizer o que tuvieron covid-19 hace uno hasta seis meses todavía tienen células T que pueden reconocer ómicron”, aseguran los expertos.
Esto confirma que las personas vacunadas conservan la inmunidad de las células T al infectarse con esta variante encontrando un punto de equilibrio entre la falta de anticuerpos para prevenir o limitar la enfermedad crónica.
Estos resultados, aunque son preliminares, son alentadores porque mientras los anticuerpos bloquean la infección, las células T entran y matan las células infectadas evitando que el virus crezca y se propague más y cause una enfermedad grave. “No se puede evitar la infección, pero se pueden minimizar el daño que se produce después”, apuntan los expertos.
Ahora, los investigadores buscan determinar cuánto tiempo dura la inmunidad de las células T, pero, añaden, después del SARS todavía eran detectable después de 17 años.
¿Qué son las células T?
Las células T o linfocitos T son células del sistema inmune que atacan a las células infectadas con el virus, podrían ser como una infantería que ataca cuerpo a cuerpo. El gran problema es que medirlos es difícil y costoso. A diferencia de los anticuerpos, con los que basta una muestra de sangre que se puede analizar un par de semanas después, los linfocitos T, por ejemplo, “requieren técnicas más complejas que deben realizarse de manera inmediata”, dice John Mario González, inmunólogo y profesor de la Universidad de los Andes.
Como las células T pueden mantenerse en la sangre por varios años tras una infección, contribuyen a la “memoria de largo plazo” del sistema inmune y permiten organizar una respuesta más rápida y más efectiva cuando queda expuesta a virus que circulaban anteriormente. (Puede leer: ¿Quiere saber si con la vacuna desarrolló inmunidad? No busque una prueba de anticuerpos)
Un nuevo estudio, realizado por investigadores de Estados Unidos y de Países Bajos, arroja resultados alentadores sobre la respuesta de las células T ante la variante del coronavirus ómicron. Los resultados fueron publicados en la plataforma de preprint, MedRxiv, y esperan la revisión por pares. (Lea: Elementos para entender, entre la incertidumbre, el “cuarto pico” en Colombia)
La investigación consiguió demostrar la resistencia que presentaban los anticuerpos inducidos por las vacunas basadas en vectores de adenovirus o ARN mensajero ante ómicron, como la de Janssen (con una o dos dosis) y las dos dosis de Pfizer. Para ello, los expertos describieron las respuestas de las células T a esta nueva variante comparándolas con el virus SARS-CoV-2 original.
Además, estudiaron a algunos pacientes infectados con ómicron y compararon sus células T con los pacientes hospitalizados en las olas de contagio anteriores. El objetivo, dicen los investigadores, era “comprobar si otras partes del sistema inmunológico, como las células T, todavía reconocen ómicron pese a que tiene más de 30 mutaciones en su proteína de Spike, una característica que hace que elimine muchos de los lugares de unión de anticuerpos neutralizantes”.
Los expertos encontraron que la fuerza de la mutación de las proteínas de Spike se redujo en hasta 30 veces y que las células T, que son las encargadas de la protección frente a la enfermedad grave, apenas resultaron “afectadas” por las mutaciones en personas inmunizadas. “En comparación con los anticuerpos, que se unen en puntos clave, las células T pueden apuntar a toda la proteína de Spike”. (Le puede interesar: Yo estuve en la evaluación de las vacunas contra el Covid-19)
“Se conservan entre el 70 y el 80% de las respuestas de las células T. Esto significa que la mayoría de las personas que fueron vacunadas con una o dos dosis de Janssen, las dos de Pfizer o que tuvieron covid-19 hace uno hasta seis meses todavía tienen células T que pueden reconocer ómicron”, aseguran los expertos.
Esto confirma que las personas vacunadas conservan la inmunidad de las células T al infectarse con esta variante encontrando un punto de equilibrio entre la falta de anticuerpos para prevenir o limitar la enfermedad crónica.
Estos resultados, aunque son preliminares, son alentadores porque mientras los anticuerpos bloquean la infección, las células T entran y matan las células infectadas evitando que el virus crezca y se propague más y cause una enfermedad grave. “No se puede evitar la infección, pero se pueden minimizar el daño que se produce después”, apuntan los expertos.
Ahora, los investigadores buscan determinar cuánto tiempo dura la inmunidad de las células T, pero, añaden, después del SARS todavía eran detectable después de 17 años.
¿Qué son las células T?
Las células T o linfocitos T son células del sistema inmune que atacan a las células infectadas con el virus, podrían ser como una infantería que ataca cuerpo a cuerpo. El gran problema es que medirlos es difícil y costoso. A diferencia de los anticuerpos, con los que basta una muestra de sangre que se puede analizar un par de semanas después, los linfocitos T, por ejemplo, “requieren técnicas más complejas que deben realizarse de manera inmediata”, dice John Mario González, inmunólogo y profesor de la Universidad de los Andes.
Como las células T pueden mantenerse en la sangre por varios años tras una infección, contribuyen a la “memoria de largo plazo” del sistema inmune y permiten organizar una respuesta más rápida y más efectiva cuando queda expuesta a virus que circulaban anteriormente. (Puede leer: ¿Quiere saber si con la vacuna desarrolló inmunidad? No busque una prueba de anticuerpos)