¿Qué es lo que está pasando con la variante ómicron?

Es día de El Espectador le explica. Antes de comenzar, como muy bien ha insistido desde marzo de 2020 el equipo de la sección de Salud de El Espectador, hay que pedir prudencia. Sí, prudencia. Con la velocidad que viaja la información, con la cantidad de mentiras que toman cuerpo en las redes sociales, con la docena de mensajes que nos envían en cadenas de WhatsApp especulando de todas las formas posibles, con la infodemia que empezamos a vivir el año pasado, es necesario volver a recordar que con prudencia y sobre los hechos conocidos y publicados por la ciencia es que debemos informar a nuestra audiencia. Con esa claridad le pedimos a nuestros colegas de las secciones de Salud e Internacional que nos enviaran todos los artículos publicados en www.elespectador.com sobre ómicron y con ellos como base, escribimos este boletín de noticias. Recuerden entrar a todos los links que dejaremos a continuación para poder ahondar en cada uno de los temas expuestos. Comencemos.

Es día de El Espectador le explica. Antes de comenzar, como muy bien ha insistido desde marzo de 2020 el equipo de la sección de Salud de El Espectador, hay que pedir prudencia. Sí, prudencia. Con la velocidad que viaja la información, con la cantidad de mentiras que toman cuerpo en las redes sociales, con la docena de mensajes que nos envían en cadenas de WhatsApp especulando de todas las formas posibles, con la infodemia que empezamos a vivir el año pasado, es necesario volver a recordar que con prudencia y sobre los hechos conocidos y publicados por la ciencia es que debemos informar a nuestra audiencia. Con esa claridad le pedimos a nuestros colegas de las secciones de Salud e Internacional que nos enviaran todos los artículos publicados en www.elespectador.com sobre ómicron y con ellos como base, escribimos este boletín de noticias. Recuerden entrar a todos los links que dejaremos a continuación para poder ahondar en cada uno de los temas expuestos. Comencemos.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha explicado que tiene dos clasificaciones para las variantes del SARS-CoV-2, más conocido como el nuevo coronavirus (Covid-19), que requieren una atención especial en medio de la pandemia: las variantes de interés (VOI) y las variantes de preocupación (VOC). Con esto claro, el 26 de noviembre el grupo de Asesoría Técnica sobre la Evolución del coronavirus le informó a la OMS que la nueva variante, identificada como B.1.1.529 gracias al trabajo del sistema de vigilancia genómica de Sudáfrica, debía “designarse como una variante de preocupación” y el nombre que recibiría sería ómicron, no sin antes recordar que esta es la quinta variante de este tipo identificada desde que comenzó la pandemia, después de Alfa, Beta, Gamma y Delta. En otras palabras, ¿qué significa esto? Que esta variación tiene una gran cantidad de mutaciones que merecen que se les estudie de cerca. O, para decirlo de otra forma, que para ese momento “la evidencia preliminar sugiere que esta variante podría tener un mayor riesgo de reinfección”. Sudáfrica había hecho pruebas el 14 de noviembre y once días después, el 25, los científicos de ese país dieron a conocer oficialmente la B 1.1.529.

La zozobra, como ha sucedido desde que el mundo entendió la gravedad de este virus, empezó a tomar fuerza. Por eso para el 28 de noviembre el Grupo Asesor de Expertos en la Evolución de Virus insistió en que “comprender el nivel de gravedad de la variante ómicron podrá tardar varios días o semanas”. La OMS fue clara y advirtió que aún no se tenían indicios de que ómicron genere “más casos graves de Covid-19″.

“Aplicar restricciones de viaje para África es un ataque a la solidaridad global”: Matshidiso Moeti,directora regional de la OMS.

Muchas dudas empezaron a surgir, por eso el equipo periodístico de la redacción de Salud escribió este abecé en donde respondieron preguntas como ¿por qué razón ha inquietado a tantos países? O si ¿servirán las vacunas contra ómicron? O ¿cuánto tiempo debemos esperar para tener más resultados? Incluso: ¿Es necesario cerrar fronteras para evitar que ingrese a un país la nueva variante? Es más, una que va más allá de la coyuntura: ¿Cómo evitar que surjan nuevas variantes? En términos generales el mismo director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo ha dicho muchas veces: “Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo”. Eso se traduce, nos decían nuestros colegas, en que es necesario “lograr que haya una mayor solidaridad global respecto a la administración de vacunas. Mientras muchos países ya están aplicando dosis a menores de edad y aprobando terceras dosis para población que, en principio, no era prioritaria, en África aún muchos habitantes no han podido acceder a un biológico”.

Para el 29 de noviembre ya registramos noticias sobre Perú, Chile, Guatemala, Cuba y Brasil porque eran algunos de los países que habían establecido restricciones a los viajeros procedentes de algunos países africanos (Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia, Malawi y Esuatini). Lo hicieron después de que mandatarios de Europa y Norteamérica tomaron la misma decisión. También en Indonesia, Arabia Saudita, Kuwait, Israel. El pánico estaba generando alarma, a pesar de que la OMS aseguró que era falso, por ese momento, afirmar que tal linaje estaba provocando más casos graves de covid-19:

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La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tocó dos temas fundamentales y por eso fue enfática: “Sabemos que estamos en una carrera contra el tiempo” y, en la misma declaración, explicó que los fabricantes de vacunas necesitan dos a tres semanas “para tener un cuadro completo de la cualidad de las mutaciones”.

Y aunque el nivel de alarma ha sido, tal vez, uno de los más intensos desde que la humanidad confío la lucha contra la pandemia en las vacunas, para finales de noviembre la ciencia misma reclamaba y exigía más tiempo para poder sacar conclusiones. Mientras tanto el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, le lanzaba un mensaje al mundo con una carga elevada de reflexión para atender: “La gente de África no puede ser culpada por el inmoralmente bajo nivel de vacunación disponible en África, y no deben ser penalizados por identificar y compartir con el mundo información científica y sanitaria crucial”. La realidad es que el proceso de vacunación por medio del mecanismo Covax no ha cumplido con sus propias expectativas pues de las 1.300 millones de vacunas que se planean aplicar en países desfavorecidos, tan solo han sido enviadas 365 millones.

Desde China, ante la evidente situación, llegaron noticias positivas: “Para contribuir a la consecución del objetivo fijado por la Unión Africana de vacunar al 60 % de la población africana contra el covid-19 para 2022, aquí anuncio que China proporcionará a África mil millones de dosis de vacunas adicionales”, dijo el presidente chino, Xi Jinping, en el discurso de apertura de la octava conferencia ministerial del Foro de Cooperación China-África. En números directos: menos del 7 % de la población africana ha recibido una pauta completa de vacunación y por eso la urgencia. Y la deuda no solo de los países ricos sino del mundo entero con ese continente.

Para el 30 de noviembre ya se tenía una lista de países por donde circulaba ómicron: Transmisión local en Botsuana y Sudáfrica. Y detectada en viajeros en Canadá, Portugal, España, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Suecia, Escocia, Israel, Hong Kong, Francia, Japón, Australia y La Reunión (isla africana).

Comenzamos diciembre y la comunidad científica sigue indagando si ómicron es más transmisible, sí es más letal o si es más resistente a las vacunas que ya están aprobadas contra el coronavirus. Lo que sí está claro es que, para la OMS, las prohibiciones de viajar impuestas por los países “no impedirán la propagación de la nueva variante del coronavirus, que ya se detectó por primera vez en América Latina, con dos casos en Brasil”. Entonces recomendó que las personas que son más vulnerables al virus (como los mayores de 60 años o aquellos que tienen una enfermedad de base) eviten viajar a aquellos países con transmisión comunitaria. Se hizo el balance de los países africanos y sus niveles de vacunación, de cómo el mundo le sigue dando la espalda a ese continente y lo que estaban haciendo otros países para tratar de contener el viaje de esta variante por toda la Tierra:

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En el tránsito de este flujo informativo también registramos, hace cinco días las distintas hipótesis sobre el origen de ómicron. Por ejemplo: dicen algunos investigadores “que pudo surgir en un paciente infectado crónicamente, otros apuntan a los animales e, incluso, una científica señala que puede estar circulando desde mediados de 2020″. En este texto nos cuentan detalles de estas conjeturas. Así que mientras la ciencia hace lo suyo, la Unidad de video de El Espectador hizo lo propio en esta propuesta visual y nos explicó qué son las variantes, por qué es importante hacerle un seguimiento a cada una de las mutaciones y cuáles son las de mayor preocupación de la OMS.

Para el 3 de diciembre reportamos una noticia que nos llegó por medio de la agencia AFP y que distribuyeron a medios de comunicación de todo el mundo: El Instituto holandés de Salud y Medio Ambiente (RIVM) “detectó la variante ómicron en dos test realizados en el país el 19 y el 23 de noviembre”. Eso quiere decir que incluso antes de que Suráfrica la reportara ante el mundo y muchos países les impusieran restricciones de viaje, ya había casos en Europa activos. Estamos hablando de una semana antes.

El 4 de diciembre, mientras muchas capitales del mundo encendían sus alumbrados navideños, un grupo de científicos sudafricanos publicó su primer informe sobre ómicron. El equipo, perteneciente al Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD), aseguró que esta variante puede presentar una mayor tasa de reinfecciones pero que las vacunas aún siguen protegiendo contra enfermedades graves. ¿En qué número? Está causando reinfecciones en tasas tres veces anteriores. Acto seguido, advirtieron: “creemos que una infección previa no brinda protección contra ómicron”. Nos contaban nuestros colegas de la sección salud que “otro de los datos del estudio inicial sugiere que esta variante podría provocar una enfermedad menos grave que las variantes anteriores. Hasta el momento, la mayoría de los casos de ómicron se han detectado en paciente jóvenes, lo que podría explicar por qué aún no se han registrado muertes”.

Los científicos siguen estudiando si es más contagiosa que otras variantes que ya circulan. En Sudáfrica, por ejemplo, en las primeras semanas de noviembre se habían reportado solo 300 casos de covid-19 y, en las últimas semanas del mes el número incrementó a 8.561.

En la edición impresa del pasado domingo María Mónica Monsalve, de la sección de Salud, tocó un tema espinoso con tanto de fondo como de ancho: Sudáfrica, “que alertó al mundo sobre la existencia de la nueva variante, ha liderado una gran batalla global por el acceso a los medicamentos. Con el covid-19 ha encabezado la iniciativa para liberar patentes de las vacunas y, hace 20 años, se enfrentó a las farmacéuticas para que bajaran el precio de los antirretrovirales para el VIH”. Este podría ser un buen resumen ejecutivo del análisis hecho por María Mónica: “Se trata, sin embargo, de una situación cargada de paradojas. Sudáfrica, junto a India, fue el país que propuso en octubre del año pasado suspender temporalmente las patentes relacionadas al covid-19 para garantizar un mayor acceso a las vacunas, petición a la que ya se han unido más de 100 países. Y Suiza, junto a Reino Unido, la Unión Europea, Canadá y Australia son los que han bloqueado la propuesta (y donde están, precisamente, varias de las farmacéuticas que están produciendo vacunas contra el coronavirus)”.

En el texto nos recuerdan que de acuerdo con la información de Médicos Sin Fronteras, solo cinco de los 54 países que hay en África lograrán vacunar al 40% de su población este año. “No es justo que el mundo les dé la espalda porque, además, cuando se dan este tipo de alarmas, son los países de ingresos medios o bajos los más afectados económicamente”, dijo Felipe Carvalho, coordinador regional de la campaña de acceso de Médicos Sin Fronteras (MSF) .

El lunes pasado registramos en qué países de América Latina ya estaba confirmada la presencia de ómicron: Brasil, desde el mismo 25 de noviembre, cuando también lo anunció Sudáfrica; México hizo lo propio el 3 de diciembre, al día siguiente fue Chile y el 6 de diciembre era Argentina quien daba la noticia. “Sin embargo, como lo hemos explicado en artículos anteriores, la información sobre ómicron es aún preliminar y no debería causarle pánico”, nos advertía la redacción de Salud de El Espectador. Se sabe que en más de 30 países se han confirmado casos de esta variante.

¿Y de Colombia qué sabemos? Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud (INS), entidad que adelanta la secuenciación genética para Colombia, dijo que “estamos en una situación mucho mejor a la del año 2020. Tenemos vigilancia epidemiológica y genómica y, por supuesto, vacunas para combatir a las nuevas variantes”, pero fue clara en que “de la misma manera, como muchas personas llegaron a Brasil hace ocho días provenientes de distintos países de África, tienen ya confirmado un diagnóstico con ómicron, pues puede suceder lo mismo en Colombia”.

El Ministerio de Salud, por su parte, ya advirtió que los municipios con ocupación de UCI superior al 85% no podrán hacer eventos masivos; el mismo presidente Iván Duque informó que Colombia exigirá carné de vacunación para entrar al país desde el 14 de diciembre, aunque el ministerio de Salud informó que también se aceptará prueba PCR y aunque las normas varían para residentes y para turistas, no se le va a negar la entrada a ningún colombiano residente.

La información más reciente que llegó desde el Viejo Continente corrió por cuenta de Hans Kluge, director de OMS-Europa, quien dijo este martes que la nueva variante ómicron está aumentando y lo correcto es estar “preocupados” y ser “prudentes”, pero que “el problema ahora es delta y cualquier éxito contra delta hoy es una ganancia respecto a ómicron para mañana”. Sobre el capítulo que tiene que ver con los menores de edad, también informó que “la vacunación de los niños más jóvenes no solo reduce su papel en la transmisión de covid-19, sino también los protege de casos severos asociados con covid de larga duración o con síndromes inflamatorios multisistemáticos”.

Volviendo a Colombia, lo que sabemos es que el Instituto Nacional de Salud ha identificado 129 linajes y solo tres variantes de las cinco que la Organización Mundial de la Salud ha denominado como “de preocupación”. Delta predomina y aún no se ha identificado ómicron.

Por ahora y de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, la realidad en Colombia según el reporte del 6 de diciembre a las 3:30 de la tarde es que “si bien el 79% de los casos en el mes de octubre fueron por delta, los avances en la vacunación en todos los grupos poblacionales y los refuerzos o terceras dosis en los mayores de 60 y 50 años de edad son el factor decisivo para disminuir la mortalidad”. Nos contaba la sección de salud que el Gobierno decidió no imponer restricciones de vuelos a ningún país porque ‘es prácticamente imposible evitar la llegada de cualquier nueva variante”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruiz.

También les recomendamos esta entrevista -en video- con Javier Jaimes, PhD en microbiología e investigador del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Cornell, quien nos respondió los principales interrogantes sobre esta nueva variante: ¿Es más contagiosa? ¿Causa una enfermedad más grave? ¿Cómo evitamos la aparición de variantes?

Hay que seguir las recomendaciones básicas que nos han salvado a muchos del contagio: el uso de tapabocas, una buena ventilación, contemplar hacerse test de forma regular y, sobre todo, vacunarnos. Ser prudentes con la información que compartimos, cuidarnos y cuidar a quienes tenemos al lado. Se vienen las fiestas de Navidad y en cada uno de nosotros está la responsabilidad de no relajarnos por el bien general mientras los equipos de científicos y científicas al rededor del mundo logran ganar un poco más de tiempo para poder entender mejor a ómicron con, por ejemplo, qué velocidad de transmisión real tiene, la relación de las vacunas disponibles y, por supuesto, la eficacia de los tratamientos posibles.

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