OMS declara como “variante de interés” a la que fue caracterizada en Colombia
La Organización Mundial de la Salud denominó como Mu - μ (letra del alfabeto griego) a la variante B1.621, que fue identificada, estudiada y descrita por científicos del Instituto Nacional de Salud de Colombia.
En enero de 2020, se identificó por primera vez en Colombia la variante B1.621. Según dijo el Instituto Nacional de Salud en su momento, esta variante está emparentada con el linaje B.1 que circula tradicionalmente en el país desde el inicio de la pandemia. Lo que llamó la atención a los científicos del INS sobre esta variante es que presenta tres mutaciones en la proteína S del virus, que se conoce como proteína Spike, por lo que la B.1.621, ahora Mu, fue siempre objeto de especial seguimiento y observación por el grupo de genómica y microorganismos emergentes del INS.
Ese interés de los expertos y sus hallazgos acaban de ser confirmados nuevamente porque al ser definida por la Organización Mundial de la Salud como variante de interés mundial. Esto significa que su presencia está asociada a características como alta transmisibilidad.
“Hasta ahora su comportamiento ha mostrado que podría tener una capacidad de transmisión más elevada con otras variantes, con las cuales compite”, explicó la directora del INS, Martha Ospina, en agosto de 2021, cuando el Ministerio de Salud publicó un el listado de las variantes del Sars-Cov-2 que circulaban en Colombia. (Encuentre la información científica más actualizada sobre salud y coronavirus en El Espectador)
Julián Villabona-Arenas, investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en Reino Unido, dijo a este diario que hace falta ver si esa transmisibilidad tiene que ver con las propiedades de la variante o con asuntos epidemiológicos como la relajación de medidas en el país.
Aunque en los últimos días algunos titulares han sugerido que es resistente a las vacunas, un informe de la OMS dice que a pesar de que la variante Mu tiene “mutaciones que indican propiedades potenciales de escape inmunológico” y que algunos datos preliminares muestran una reducción en la capacidad de neutralización del virus en personas convalecientes y vacunadas, similar a la observada para la variante Beta, esta información aún necesita ser confirmada por más estudios.
Como contamos aquí, varios países ya la tenían en el radar. El Public Health England (PHE), de Reino Unido, la designó hace un par de semanas como “variante de investigación” por la “aparente propagación en algunos países y por mutaciones preocupantes como las E484K, N501Y y K417N”, que han sido detectadas en otras variantes de interés. Hasta el 4 de agosto, en Inglaterra, se habían detectado 37 casos con la B1.621 en seis diferentes regiones.
Fue hasta el mes de julio, cuando la B.1 comenzó a existir bajo la denominación B.1.621 y es mediante análisis filogenéticos y evolutivos realizados por el INS, que se logra su plena caracterización y se observa su rápida dispersión por los distintos departamentos de país. Tanto así que la B.1621 es, junto con otros factores, la responsable de que el país viviera un tercer pico de la pandemia con una gran número de contagios, muy superior a los anteriores.
El INS inició la vigilancia genómica intensificada del virus SARS-CoV-2 en el país desde el comienzo de la pandemia y trece meses después, en el mes de abril de este año, solicitó a los administradores de la Plataforma Pangolín, la codificación y asignación de un nombre para las secuencias provenientes del linaje B.1 en las que se observaban las mutaciones de interés y que hoy ha pasado a ser la variante de interés Mu (B.1.621).
A principios de este mes el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades optó por declarar la B.1.621 como “variante de interés”, pues hay “evidencia sobre sus propiedades genómicas, evidencia epidemiológica e in vitro” que podría mostrar un impacto significativo en la transmisibilidad o severidad. A esta evidencia es que sumó la OMS el día de hoy.
El sistema de clasificación de los linajes del SARS-CoV-2 conocido como Pangolín, es un algoritmo propuesto por virólogos de mucho reconocimiento mundial y fue diseñado para la asignación filogenética de los distintos linajes detectados en la pandemia. Lo que hace ese sistema es unificar y universalizar un nombre exclusivo. Luego se realiza la clasificación como de interés o preocupación, por las autoridades en salud internacionales, que es precisamente lo que acaba de suceder con Mu. (Le puede interesar: ¿Es necesaria una tercera dosis? Es muy pronto para saberlo)
Para la directora general del INS, Martha Ospina, el anuncio hecho por parte de la Organización Mundial de la Salud, OMS, de clasificar la variante B.1.621 como un linaje de interés para el mundo, confirma la calidad técnica de los análisis de vigilancia genómica hechos por el país.
“Este aporte científico nos confirma varias cosas, que la estrategia de vigilancia genómica definida por Colombia funciona y que gracias a la rigurosidad de nuestros análisis, el país genera evidencia útil y práctica para tomar decisiones en medio de la pandemia”, concluyó la directora del INS.
En enero de 2020, se identificó por primera vez en Colombia la variante B1.621. Según dijo el Instituto Nacional de Salud en su momento, esta variante está emparentada con el linaje B.1 que circula tradicionalmente en el país desde el inicio de la pandemia. Lo que llamó la atención a los científicos del INS sobre esta variante es que presenta tres mutaciones en la proteína S del virus, que se conoce como proteína Spike, por lo que la B.1.621, ahora Mu, fue siempre objeto de especial seguimiento y observación por el grupo de genómica y microorganismos emergentes del INS.
Ese interés de los expertos y sus hallazgos acaban de ser confirmados nuevamente porque al ser definida por la Organización Mundial de la Salud como variante de interés mundial. Esto significa que su presencia está asociada a características como alta transmisibilidad.
“Hasta ahora su comportamiento ha mostrado que podría tener una capacidad de transmisión más elevada con otras variantes, con las cuales compite”, explicó la directora del INS, Martha Ospina, en agosto de 2021, cuando el Ministerio de Salud publicó un el listado de las variantes del Sars-Cov-2 que circulaban en Colombia. (Encuentre la información científica más actualizada sobre salud y coronavirus en El Espectador)
Julián Villabona-Arenas, investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en Reino Unido, dijo a este diario que hace falta ver si esa transmisibilidad tiene que ver con las propiedades de la variante o con asuntos epidemiológicos como la relajación de medidas en el país.
Aunque en los últimos días algunos titulares han sugerido que es resistente a las vacunas, un informe de la OMS dice que a pesar de que la variante Mu tiene “mutaciones que indican propiedades potenciales de escape inmunológico” y que algunos datos preliminares muestran una reducción en la capacidad de neutralización del virus en personas convalecientes y vacunadas, similar a la observada para la variante Beta, esta información aún necesita ser confirmada por más estudios.
Como contamos aquí, varios países ya la tenían en el radar. El Public Health England (PHE), de Reino Unido, la designó hace un par de semanas como “variante de investigación” por la “aparente propagación en algunos países y por mutaciones preocupantes como las E484K, N501Y y K417N”, que han sido detectadas en otras variantes de interés. Hasta el 4 de agosto, en Inglaterra, se habían detectado 37 casos con la B1.621 en seis diferentes regiones.
Fue hasta el mes de julio, cuando la B.1 comenzó a existir bajo la denominación B.1.621 y es mediante análisis filogenéticos y evolutivos realizados por el INS, que se logra su plena caracterización y se observa su rápida dispersión por los distintos departamentos de país. Tanto así que la B.1621 es, junto con otros factores, la responsable de que el país viviera un tercer pico de la pandemia con una gran número de contagios, muy superior a los anteriores.
El INS inició la vigilancia genómica intensificada del virus SARS-CoV-2 en el país desde el comienzo de la pandemia y trece meses después, en el mes de abril de este año, solicitó a los administradores de la Plataforma Pangolín, la codificación y asignación de un nombre para las secuencias provenientes del linaje B.1 en las que se observaban las mutaciones de interés y que hoy ha pasado a ser la variante de interés Mu (B.1.621).
A principios de este mes el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades optó por declarar la B.1.621 como “variante de interés”, pues hay “evidencia sobre sus propiedades genómicas, evidencia epidemiológica e in vitro” que podría mostrar un impacto significativo en la transmisibilidad o severidad. A esta evidencia es que sumó la OMS el día de hoy.
El sistema de clasificación de los linajes del SARS-CoV-2 conocido como Pangolín, es un algoritmo propuesto por virólogos de mucho reconocimiento mundial y fue diseñado para la asignación filogenética de los distintos linajes detectados en la pandemia. Lo que hace ese sistema es unificar y universalizar un nombre exclusivo. Luego se realiza la clasificación como de interés o preocupación, por las autoridades en salud internacionales, que es precisamente lo que acaba de suceder con Mu. (Le puede interesar: ¿Es necesaria una tercera dosis? Es muy pronto para saberlo)
Para la directora general del INS, Martha Ospina, el anuncio hecho por parte de la Organización Mundial de la Salud, OMS, de clasificar la variante B.1.621 como un linaje de interés para el mundo, confirma la calidad técnica de los análisis de vigilancia genómica hechos por el país.
“Este aporte científico nos confirma varias cosas, que la estrategia de vigilancia genómica definida por Colombia funciona y que gracias a la rigurosidad de nuestros análisis, el país genera evidencia útil y práctica para tomar decisiones en medio de la pandemia”, concluyó la directora del INS.