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Peter Ben Embarek, el científico que dirigió una delegación de alto nivel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar los orígenes de la pandemia de coronavirus en China hace dos años, fue despedido debido a denuncias de conducta sexual inapropiada (Lea también: Muestras del mercado de Wuhan despublicadas vincularían origen del covid-19 con animales).
Embarek, un reconocido científico danés, ya había sido destituido de su cargo el año pasado tras hallazgos de presunta violencia sexual. “Los descubrimientos hacen referencia a acusaciones en 2015 y 2017 recibidas por primera vez por el equipo investigador de la OMS en 2018″, declaró Maria Poole, vocera de la OMS, en un comunicado (Le podría interesar: OMS anuncia el fin de la emergencia sanitaria mundial por covid-19).
Según un artículo de la AFP, algunas presuntas víctimas no quisieron hacer parte del proceso de investigación.
A principios de 2021, Ben Embarek lideró un equipo internacional elegido por la OMS que viajó al mercado de Huanan en Wuhan, China, donde se detectaron los primeros casos de Covid-19 en seres humanos. Allí, el investigador trabajó por comprender cómo el virus había logrado infectar personas.
El equipo emitió un informe en marzo de ese mismo año que señalaba como opción más probable que el Covid-19 hubiera pasado de los murciélagos a los humanos a través de otro animal, y tachaba de “extremadamente improbable” la idea de una fuga de laboratorio. Sin embargo, otros funcionarios, como el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijeron que esa opción no podría descartarse completamente. Hoy en día, un equipo diferente analiza el origen del coronavirus.
Por su parte, la OMS dice que ha hecho un esfuerzo por eliminar el acoso, la explotación y los abusos sexuales en la organización desde que aparecieron las primeras noticias en 2020 sobre el abuso sistemático de docenas de mujeres durante la gestión de la agencia de un brote de ébola en República Democrática del Congo.
Más de 80 trabajadores a las órdenes de la OMS y sus colaboradores fueron acusados de violar a mujeres y niñas, exigir sexo a cambio de empleos y obligar a algunas víctimas a abortar, en el mayor escándalo de agresiones sexuales conocido en la historia de la agencia de salud de Naciones Unidas.