Por primera vez encuentran un gusano vivo en el cerebro de un ser humano
Se trata del Ophidascaris robertsi, un gusano que generalmente se encuentra en la familia de las serpientes pitones. El caso fue documentado en la revista Emerging Infectious Diseases.
Una mujer de 64 años del sureste de Nueva Gales del Sur (Australia) ingresó al hospital tras tres semanas de diarrea, tos seca, fiebre, sudores y dolor abdominal. Al siguiente año, sus síntomas incluían olvidos y depresión, y una resonancia magnética en su cerebro indicó que debía ingresar al quirófano.
El doctor Hari Priya Bandi, del hospital de Canberra, le extrajo un gusano de 8 cm de largo y tuvo que llamar a otros colegas, como el doctor Sanjaya Senanayake, médico de enfermedades infecciosas, para discutir sobre qué gusano intestinal era y decidir el tratamiento.
Es el primer caso mundial de este tipo de parásitos hallados vivos en el cerebro de un ser humano. Su caso fue documentado en la revista Emerging Infectious Diseases.
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“Los neurocirujanos tratan regularmente infecciones en el cerebro, pero este fue un hallazgo único en su carrera. Nadie esperaba encontrar eso”, señaló Senanayake, citado por The Guardian.
“Simplemente buscamos los libros de texto y buscamos los diferentes tipos de lombrices intestinales que podrían causar invasión y enfermedades neurológicas”, explicó Senanayake. Sin embargo, les tocó apoyarse en expertos de afuera.
Se trataba del Ophidascaris robertsi, un gusano que generalmente se encuentra en la familia de las serpientes pitones.
La paciente vive cerca de una zona de un lago habitado por pitones y aunque no tenía contacto con las serpientes, recolectaba pastos nativos de alrededor del lago para usarlos en la cocina. De modo que los médicos involucrados plantean que una pitón pudo haber arrojado el parásito a la hierba por medio de sus heces y que la mujer se infectó con el parásito al tocar la hierba nativa y transferir los huevos a la comida o a los utensilios de cocina, o después de comer.
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Según los médicos, la paciente necesita ser tratada por otras larvas que es probable que invadieran otras partes de su cuerpo, como el hígado. Sin embargo, también requiere medicamentos para contrarrestar efectos secundarios de los tratamientos, como la inflamación de órganos como el cerebro.
“No querrás ser el primer paciente en el mundo con una lombriz encontrada en pitones y realmente nos quitamos el sombrero ante ella. Ha sido maravillosa”, agregó Senanayake.
Por ahora la paciente continúa recuperándose y los médicos siguen monitoreándola. También están explorando si alguna condición médica preexistente causó que el gusano se estableciera en su cerebro.
(Lea: Invima advierte de otro producto ilegal con ingredientes activos del cannabis)
Senanayake explicó que de las infecciones emergentes a nivel mundial, alrededor del 75% son zoonóticas (que provienen de animales); además, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en las personas provienen de animales.
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Una mujer de 64 años del sureste de Nueva Gales del Sur (Australia) ingresó al hospital tras tres semanas de diarrea, tos seca, fiebre, sudores y dolor abdominal. Al siguiente año, sus síntomas incluían olvidos y depresión, y una resonancia magnética en su cerebro indicó que debía ingresar al quirófano.
El doctor Hari Priya Bandi, del hospital de Canberra, le extrajo un gusano de 8 cm de largo y tuvo que llamar a otros colegas, como el doctor Sanjaya Senanayake, médico de enfermedades infecciosas, para discutir sobre qué gusano intestinal era y decidir el tratamiento.
Es el primer caso mundial de este tipo de parásitos hallados vivos en el cerebro de un ser humano. Su caso fue documentado en la revista Emerging Infectious Diseases.
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“Los neurocirujanos tratan regularmente infecciones en el cerebro, pero este fue un hallazgo único en su carrera. Nadie esperaba encontrar eso”, señaló Senanayake, citado por The Guardian.
“Simplemente buscamos los libros de texto y buscamos los diferentes tipos de lombrices intestinales que podrían causar invasión y enfermedades neurológicas”, explicó Senanayake. Sin embargo, les tocó apoyarse en expertos de afuera.
Se trataba del Ophidascaris robertsi, un gusano que generalmente se encuentra en la familia de las serpientes pitones.
La paciente vive cerca de una zona de un lago habitado por pitones y aunque no tenía contacto con las serpientes, recolectaba pastos nativos de alrededor del lago para usarlos en la cocina. De modo que los médicos involucrados plantean que una pitón pudo haber arrojado el parásito a la hierba por medio de sus heces y que la mujer se infectó con el parásito al tocar la hierba nativa y transferir los huevos a la comida o a los utensilios de cocina, o después de comer.
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Según los médicos, la paciente necesita ser tratada por otras larvas que es probable que invadieran otras partes de su cuerpo, como el hígado. Sin embargo, también requiere medicamentos para contrarrestar efectos secundarios de los tratamientos, como la inflamación de órganos como el cerebro.
“No querrás ser el primer paciente en el mundo con una lombriz encontrada en pitones y realmente nos quitamos el sombrero ante ella. Ha sido maravillosa”, agregó Senanayake.
Por ahora la paciente continúa recuperándose y los médicos siguen monitoreándola. También están explorando si alguna condición médica preexistente causó que el gusano se estableciera en su cerebro.
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Senanayake explicó que de las infecciones emergentes a nivel mundial, alrededor del 75% son zoonóticas (que provienen de animales); además, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en las personas provienen de animales.
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