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¿Por qué unas personas recuerdan sus sueños y otras no? Esta pregunta motivó a científicos italianos a realizar un estudio durante 4 años para intentar obtener una respuesta. Algunos elementos claves, al parecer, tendrían que ver con la capacidad cognitiva y de concentración.
Valentina Elce, doctora en Neurociencia de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca, en Italia, le explicó al diario español El País que el estudio se llevó a cabo con 217 hombres y mujeres entre los 18 y 70 años. Cada uno de ellos realizó pruebas cognitivas y psicométricas, que miden los rasgos de la personalidad, sus aptitudes y comportamientos. También, se llevaron a cabo evaluaciones electroencefalográficas, que analizan la actividad eléctrica del cerebro, y, además, se monitorearon los patrones de sueño de cada uno de los participantes. Los resultados fueron publicados en la revista Communications Psychology.
En palabras de Elce, los mecanismos que el cerebro utiliza para generar las experiencias oníricas siguen siendo desconocidos, lo que hace que el estudio de los sueños y la conciencia sea uno de los campos más interesantes de la neurociencia. Por ello, y a pesar de los vacíos que todavía permanecen, el nuevo estudio, liderado por Elce, aporta algunos datos nuevos y reveladores.
El factor principal está relacionado con la capacidad de concentración, que influye en la facilidad para recordar los sueños con claridad. Además, quienes son más reflexivos y tienen un interés previo en su significado podrían compartir esta habilidad. Francisco Segarra, psicólogo de la Sociedad Española del Sueño, explicó a El País que las personas más atentas a sus sueños suelen tener un perfil reflexivo, lo que podría justificar su mayor capacidad para recordarlos.
Investigaciones anteriores han demostrado que las imágenes oníricas se recuerdan con mayor facilidad durante la fase REM, cuando la actividad cerebral es intensa. No obstante, hoy se sabe que los sueños ocurren en distintas etapas del descanso. Factores como el sueño profundo, la edad y la distracción al despertar pueden influir en su olvido.
Por ahora, todavía hay muchas preguntas sin resolver sobre el por qué soñamos en primer lugar, e, incluso, si estamos diseñados para recordar nuestros sueños. En palabras de Elce, sí se ha demostrado que recordar lo que se soñó la noche anterior podría ayudar al procesamiento de los emociones, la memoria y la resolución de problemas que enfrenten las personas. Los sueños, dice ella, son muchas veces el reflejo de nuestros propios miedos y ansiedades.
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