Primeras pistas del impacto de la vacunación en Colombia
Luego de cuatro meses de iniciada la administración de dosis en el país, hay una pregunta sin resolver: ¿cómo está impactando la aplicación de vacunas en la mortalidad de los colombianos? Un análisis preliminar da indicios.
Las últimas semanas han traído buenas noticias para el país respecto a la vacunación. Aunque para todos es deseable que un porcentaje mayor de población ya tuviese su esquema completo (hoy lo tienen un poco más de diez millones de personas), el ritmo de aplicación de dosis ha mejorado significativamente. A diferencia de las primeras semanas, cuando se aplicaban menos de 100.000 dosis por día, ahora esa cifra suele ser de 400.000. Si sigue así, ha dicho el ministro de Salud, se podrá cumplir la meta necesaria para lograr la inmunidad de rebaño a finales de este año.
En medio de ese escenario hay unas dudas que aún no han sido resueltas: ¿cuál ha sido el impacto de la vacunación en Colombia? ¿Cuál sería la mortalidad en los diferentes grupos de edad si no se hubiesen administrado vacunas en estos últimos cuatro meses? ¿Cómo ha variado esa cifra?
(Lea: “Autocuídate”, la app del Ministerio de Salud que busca ayudarle a dejar de fumar)
No son interrogantes fáciles de responder. Hasta el momento el Gobierno no ha publicado estimaciones, como sí lo han hecho otros países para dar pistas sobre cuál es la efectividad de los biológicos que han sido administrados en Colombia.
Por eso, lo primero que advierte Isabel Rodríguez es que el trabajo que ha realizado y publicado en las últimas semanas es un análisis preliminar y aún no ha sido revisado formalmente por pares. Ella, epidemióloga e investigadora de la Universidad de California, en San Francisco (EE. UU.), ha tratado de cuantificar el impacto de la vacunación en el país a la espera de poder comparar sus resultados con los que arroje la evaluación del Ministerio de Salud.
Mientras eso sucede, Rodríguez se tomó la tarea de trabajar con la información disponible que, dice, aunque no son los ideales para estimar la efectividad, pues se requieren datos más detallados, pueden dar una idea indirecta del impacto de las vacunas en Colombia.
Saltándonos muchos detalles técnicos, Rodríguez usó los datos del número de fallecidos en un grupo de edad (diez y cuarenta años) para predecir el número de muertes que se habrían presentado en otros grupos en ausencia de las vacunas.
Después de todo, esos datos son un indicador del grado de transmisión del coronavirus y es esperable, apunta, que exista una correlación entre el número de muertes por COVID-19 entre esos grupos. De hecho, esa correlación se ha mantenido desde el inicio de la pandemia, pero ha empezado a cambiar a medida que avanza la vacunación.
(Le puede interesar: No hay vacunas suficientes como para dejar de hacer vacunación por edad: Minsalud)
Su análisis, corrido en R y cuyo código es público para que cualquiera pueda reproducirlo, es una aproximación con varias limitaciones. Una de ellas es que refleja el escenario de todo el país y no está agregado por departamentos o municipios. Otro más es que el método utilizado supone que el riesgo relativo de infección y muerte se ha mantenido constante entre grupos de edad y no ha cambiado desde que inició la vacunación.
Hechas estas salvedades, el modelo muestra, en resumen, que las vacunas han ayudado a disminuir la mortalidad. Desde que empezó su administración, se ha observado una reducción entre los grupos entre los cincuenta y ochenta años. Las gráficas que acompañan este texto ilustran mejor lo que ha sucedido. En otras palabras, las vacunas sirven y están ayudando a evitar muertes.
De hecho, como dijo la semana pasada el Ministerio de Salud, al observar las cifras de los pacientes hospitalizados en las UCI y de los que han perdido la vida, del 70 % al 85 % de las personas tuvieron la opción de recibir la vacuna en su momento y no lo hicieron.
Las últimas semanas han traído buenas noticias para el país respecto a la vacunación. Aunque para todos es deseable que un porcentaje mayor de población ya tuviese su esquema completo (hoy lo tienen un poco más de diez millones de personas), el ritmo de aplicación de dosis ha mejorado significativamente. A diferencia de las primeras semanas, cuando se aplicaban menos de 100.000 dosis por día, ahora esa cifra suele ser de 400.000. Si sigue así, ha dicho el ministro de Salud, se podrá cumplir la meta necesaria para lograr la inmunidad de rebaño a finales de este año.
En medio de ese escenario hay unas dudas que aún no han sido resueltas: ¿cuál ha sido el impacto de la vacunación en Colombia? ¿Cuál sería la mortalidad en los diferentes grupos de edad si no se hubiesen administrado vacunas en estos últimos cuatro meses? ¿Cómo ha variado esa cifra?
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No son interrogantes fáciles de responder. Hasta el momento el Gobierno no ha publicado estimaciones, como sí lo han hecho otros países para dar pistas sobre cuál es la efectividad de los biológicos que han sido administrados en Colombia.
Por eso, lo primero que advierte Isabel Rodríguez es que el trabajo que ha realizado y publicado en las últimas semanas es un análisis preliminar y aún no ha sido revisado formalmente por pares. Ella, epidemióloga e investigadora de la Universidad de California, en San Francisco (EE. UU.), ha tratado de cuantificar el impacto de la vacunación en el país a la espera de poder comparar sus resultados con los que arroje la evaluación del Ministerio de Salud.
Mientras eso sucede, Rodríguez se tomó la tarea de trabajar con la información disponible que, dice, aunque no son los ideales para estimar la efectividad, pues se requieren datos más detallados, pueden dar una idea indirecta del impacto de las vacunas en Colombia.
Saltándonos muchos detalles técnicos, Rodríguez usó los datos del número de fallecidos en un grupo de edad (diez y cuarenta años) para predecir el número de muertes que se habrían presentado en otros grupos en ausencia de las vacunas.
Después de todo, esos datos son un indicador del grado de transmisión del coronavirus y es esperable, apunta, que exista una correlación entre el número de muertes por COVID-19 entre esos grupos. De hecho, esa correlación se ha mantenido desde el inicio de la pandemia, pero ha empezado a cambiar a medida que avanza la vacunación.
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Su análisis, corrido en R y cuyo código es público para que cualquiera pueda reproducirlo, es una aproximación con varias limitaciones. Una de ellas es que refleja el escenario de todo el país y no está agregado por departamentos o municipios. Otro más es que el método utilizado supone que el riesgo relativo de infección y muerte se ha mantenido constante entre grupos de edad y no ha cambiado desde que inició la vacunación.
Hechas estas salvedades, el modelo muestra, en resumen, que las vacunas han ayudado a disminuir la mortalidad. Desde que empezó su administración, se ha observado una reducción entre los grupos entre los cincuenta y ochenta años. Las gráficas que acompañan este texto ilustran mejor lo que ha sucedido. En otras palabras, las vacunas sirven y están ayudando a evitar muertes.
De hecho, como dijo la semana pasada el Ministerio de Salud, al observar las cifras de los pacientes hospitalizados en las UCI y de los que han perdido la vida, del 70 % al 85 % de las personas tuvieron la opción de recibir la vacuna en su momento y no lo hicieron.