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En medio de la discusión sobre la reforma a la salud en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes a mediados de mayo pasado, el ministro de salud de Colombia, Guillermo Alfonso Jaramillo, sorprendió con una declaración que ha dado mucho de qué hablar:
“Aquí montaron un negocio con el covid. Y triplicaron las unidades de cuidado intensivo (UCI). Ahí se hizo. Y nadie dijo nada. Ahí estuvo uno de los más grandes negocios. En nuestro departamento [Tolima] abrieron UCI como si estuvieran abriendo cualquier tipo de droguería. Me gustaría que miráramos, y lo voy a hacer, cuantos salieron vivos de esas UCI. Lo más peligroso es tener una unidad de cuidado intensivo sin tener la gente entrenada y capacitada para poder atender eso. El negocio si se hizo, y en grande, con el covid”, dijo.
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Hoy, menos de un mes después, sus declaraciones producen que la Procuraduría General abra indagación previa para establecer si se presentaron irregularidades en la ampliación de esas UCI. La apertura de la indagación se origina precisamente en las declaraciones de Jaramillo, a quien el ente de control le pedirá rendir testimonio por certificación jurada para ampliar su versión sobre el tema e indicar las entidades o personas que pudieron estar involucradas en esa situación. Con la apertura de la indagación previa, el Ministerio Público busca identificar o individualizar al o los posibles autores de la aparente falta disciplinaria.
En su momento, las declaraciones del ministro despertaron polémica. El país casi triplicó el número de UCI. Según cifras del Ministerio de Salud, Colombia contaba, al inicio de la emergencia sanitaria, con 5.346 camas para atención de UCI, una cifra que alcanzó a subir hasta las 13 mil en los momentos de mayor exigencia.
La expansión de esos servicios fue una estrategia más o menos global. A medida que se propagó el covid-19, los hospitales y clínicas de todo el mundo se vieron obligados a ajustar su capacidad, recursos clínicos y prácticas comerciales. Muchos de ellos redujeron la cantidad de procedimientos electivos, aplazaron los que eran menos urgentes y acortaron la duración promedio de la estadía para pacientes que no tenían covid-19.
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Esto sucedió porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en muchas ocasiones la reconversión de camas en modelo de complejidad progresiva. Para ese fin, la organización sugería utilizar todos los espacios sanitarios posibles al interior de los hospitales.