Se estima que alrededor de 1.250 millones de personas en el mundo consumen tabaco. De ellas, al menos 750 millones desean dejar de fumar, pero la gran mayoría carecen de acceso a servicios que los ayuden a hacerlo. “Debemos valorar profundamente la fuerza que se necesita y el sufrimiento que soportan las personas y sus seres queridos para superar esta adicción”, dijo Rüdiger Krech, director de Promoción de la Salud de la Organización Mundial de la Salud. (Puede ver: El talco es “probablemente cancerígeno”)
La agencia de la ONU acaba de publicar las primeras pautas diseñadas para ayudar a las comunidades y a los gobiernos a brindar el mejor apoyo y asistencia posibles a quienes atraviesan este camino. En sus directrices, la OMS propone la combinación de farmacoterapia e intervenciones conductuales que pueden aumentar significativamente las tasas de éxito en el abandono del hábito. Respecto a los tratamientos, incluyen medicamentos como vareniclina, terapia de reemplazo de nicotina (TRN), bupropión y citisina. En 2013, la organización puso en marcha un proceso de precalificación de medicamentos contra los trastornos causados por el consumo de tabaco para mejorar el acceso mundial a las terapias recomendadas.
En abril de 2024, y después de un proceso de evaluación, precalificó los dos primeros medicamentos para la terapia de sustitución con nicotina: el chicle y el parche de nicotina de la empresa Kenvue.
En cuanto a las intervenciones conductuales, la OMS recomienda el asesoramiento breve (de 30 segundos a 3 minutos) por profesionales de la salud como recurso que se ofrezca sistemáticamente en los establecimientos de salud, junto con el apoyo más personalizado para el cambio de comportamiento a quienes estén interesados, mediante asesoramiento individual o en grupo, e incluso por teléfono.
“Ello se puede complementar con el envío al teléfono de mensajes de texto y con otros recursos que implican la participación activa del paciente, como las aplicaciones para teléfonos inteligentes y los programas de internet”, explica la OMS. (Vea: Los mecanismos cerebrales detrás de la migraña).
“Estas directrices marcan un hito fundamental en la lucha que libramos en todo el mundo contra estos productos nocivos, porque dota a los países de las herramientas básicas para ayudar eficazmente a las personas a dejar de consumir tabaco y aliviar así la carga de morbilidad relacionada con esta sustancia”, celebró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS. La organización alentó a los países a ofrecer estos tratamientos gratuitamente o a un costo reducido para mejorar su accesibilidad.
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