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¿Qué es la lengua azul, la enfermedad que está afectando al ganado en Europa?

Este año la enfermedad se ha propagado rápidamente, especialmente en ovejas y vacas, en seis países europeos.

21 de agosto de 2024 - 07:33 p. m.
Las ovejas son las más vulnerables a esta enfermedad.
Las ovejas son las más vulnerables a esta enfermedad.
Foto: Pixabay

La lengua azul, una enfermedad transmitida principalmente por vectores que afecta a rumiantes domésticos y salvajes, como ovejas, cabras, bovinos, búfalos, ciervos y a la mayoría de los antílopes africanos y de camélidos, se está extendiendo rápidamente por el noroeste de Europa después de haber reaparecido en los Países Bajos el año pasado.

Una forma altamente virulenta de la enfermedad, que se transmite por picaduras de insectos, se propagó primero en las granjas holandesas y desde entonces ha causado brotes en Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Dinamarca.

(Lea: ‘Enfermedades transmitidas por mosquitos han aumentado drásticamente’: OMS)

En la temporada de transmisión 2023-2024, que incluye datos del 1 de abril de 2023 al 31 de marzo de 2024, fueron notificados 48 focos de Lengua azul: tres en Alemania, uno en Bélgica, doce en España y 32 en Países Bajos. Para esta nueva temporada, que inició el 1 de abril de este año, ya se han notificado cuatro focos: uno en Alemania, uno en España y dos en Países Bajos.

En Aragón, España, por ejemplo, la enfermedad, también conocida como fiebre catarral, reapareció cuatro años después de que se registrara el último foco. La Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación informó el martes, 20 de agosto, que se detectó al menos un caso en la localidad oscense de Montanuy, en la comarca de Ribagorza, donde hay cerca de 600 individuos ovinos.

¿Qué provoca la enfermedad de la lengua azul?

La lengua azul es transmitida por la picadura de ciertas especies de mosquito del género Culicoides donde la gravedad de la enfermedad varía según la especie y serotipo. Esta enfermedad se describió por primera vez en ovejas de Sudáfrica en el siglo XVIII. Aunque el virus no infecta a los humanos, sí enferma a muchas especies de ganado rumiante, siendo las ovejas las más vulnerables.

Los signos clínicos de la enfermedad en ovejas son de gravedad muy variable, y están influidos por el tipo o cepa del virus infectante. En los casos graves, hay fiebre aguda caracterizada por la inflamación y congestión, que conduce a un edema de la cara, párpados y orejas, y a la aparición de hemorragias. La lengua puede presentar una hiperemia intensa (incremento en la cantidad de sangre) y sobresalir de la boca y, en los casos graves, volverse azul o gris.

(Lea: La OMS hace un llamado a la calma: “El mpox no es un nuevo covid-19″)

A la fecha se han identificado más de 29 cepas del virus en todo el mundo. La que actualmente preocupa a los países europeos especialmente es la cepa BTV-3, que ha generado pérdidas económicas que podrían ascender a cientos de millones de euros, desde su aparición en septiembre de 2023.

La vacunación es el método preferido de control de la lengua azul en las regiones endémicas. Este método se ha utilizado con éxito para reducir las pérdidas directas, minimizar la circulación del virus, erradicarlo y permitir desplazamientos seguros de los animales.

Estas generan inmunidad protectora tras una única inoculación y se ha comprobado que son efectivas para prevenir la enfermedad clínica en las zonas en las que se han utilizado. En Sudáfrica, se han usado durante más de 50 años las vacunas vivas atenuadas y se sabe que inducen una inmunidad eficaz y duradera.

Sin embargo, las vacunas vivas atenuadas dan lugar a ciertos resultados adversos documentados o potenciales, como una disminución de la producción de leche, aborto/muerte embrionaria, teratogénesis (alteraciones durante el embarazo) y defectos congénitos.

Boehringer Ingelheim, una de las empresas que produce la vacuna, dice que la compañía no ha recibido “ningún caso confirmado de falta de eficacia” y que su vacuna “ofrece lo que se esperaba: previene los signos clínicos y la mortalidad” si los animales sanos son vacunados al menos 3 semanas antes de la exposición, según señaló la revista Science.

En Francia, por ejemplo, este mes se autorizó el uso de dos de las vacunas mes, después de que el 30 de julio se detectara el virus BTV-3 en una granja cerca de Bélgica. El gobierno ha comprado 6,4 millones de dosis, principalmente para el ganado, y las autoridades designaron una zona de 150 kilómetros dentro de la cual los animales deben ser examinados antes del transporte.

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