Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Lo que está sucediendo en varios países europeos es grave. Las altas temperaturas están empezando a causar serios problemas. En España, por ejemplo, los incendios forestales han acabado con unas 25 hectáreas. En Portugal, han arrasado con otras 12 mil ha, y en Francia han obligado a evacuar, al menos, a 16 mil personas en el sector de Landiras, en Gironda. (Lea “Apocalipsis de calor” en Europa: videos, fotos y gráficos para dimensionar la crisis)
Las altas temperaturas, que en algunos casos superan los 40°C, también han empezado a causar problemas de salud en algunos ciudadanos. Varios han fallecido. En España, según Instituto de Salud Carlos III, murieron 510 personas entre el 10 y el 16 de julio. (Lea La crisis ambiental de los humedales de la capital del Amazonas)
Una de las razones de estos decesos son los llamados “golpes de calor”. Se trata, como se lee en la página de Mayo Clinic, de un “trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas (...) Es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más”.
Cuando ocurre, un golpe de calor debe ser tratado con urgencia, pues empieza a afectar los riñones, los músculos, el cerebro y el corazón. De no hacerlo, puede causar serias complicaciones. El ejemplo más claro fue lo que le sucedió a José Antonio González, un barrendero español que falleció en Madrid luego de un golpe de calor que lo dejó inconsciente la semana pasada.
Hay varios síntomas que indican un golpe de calor. Entre ellos, una temperatura corporal de más de 40°C, alteración del estado mental o del comportamiento, náuseas o vómitos, piel enrojecida, ritmo cardíaco acelerado, dolor de cabeza y respiración rápida.
Lo indicado, de acuerdo a la información recopilada por Mayo Clinic, es que cuando una persona sufre un golpe de calor sea atendida lo más rápido posible por personal sanitario. De no poder hacerlo en un tiempo breve, el paciente debe ser llevado a la sombra. Lo ideal es hacer todo lo posible por enfriarlo. Quitar el exceso de ropa, rociarlo con agua, pasarle una toalla húmeda, ponerle compresas frías sobre la cabeza, el cuello y las axilas son algunas de las acciones que recomiendan los médicos.
Lea las últimas noticias sobre salud en El Espectador.