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Las Enfermedades Autoinmunes (EAI) hacen parte de las enfermedades crónicas no transmisibles. Las EAI más comunes son la tiroiditis autoinmune (en particular el hipotiroidismo), la artritis reumatoide (que afecta las articulaciones), el lupus eritematoso sistémico (que afecta múltiples órganos, especialmente la piel, las articulaciones y los riñones), la diabetes tipo 1 (que afecta el funcionamiento del páncreas en los niños), el síndrome de Sjögren (que produce resequedad de mucosas) y la esclerosis múltiple (que afecta al sistema nervioso central). En todas, el sistema inmune, que normalmente cuida al organismo, lo ataca generando daño; por eso estas enfermedades se denominan autoinmunes. Este ataque es llevado a cabo principalmente por células del sistema inmune llamadas linfocitos, y es promovido por la interacción entre factores genéticos y medioambientales.
Las características clínicas de las EAI varían en función del órgano afectado. Sin embargo, los factores de riesgo (genéticos y medioambientales) son similares entre ellas, como lo son también los mecanismos mediante los cuales el sistema inmune genera daño al propio organismo.
Las EAI son frecuentes, afectan alrededor del 5% de la población (prevalencia), y el número de casos nuevos por año oscila entre 1 a 20 por 100.000 habitantes (incidencia). En general, las mujeres son más afectadas que los hombres.
Estas enfermedades tienen un costo muy alto debido a su cronicidad y al impacto adverso en la calidad de vida del paciente y su entorno. Por ejemplo, el costo promedio anual del tratamiento de un paciente con artritis reumatoide es de $15.000.000. Es preocupante que, en la mayoría de los casos, el diagnóstico no sea oportuno. Los médicos generales no reciben formación en autoinmunidad.
Cerca del 35% de los pacientes con EAI puede presentar una segunda y hasta una tercera EAI; fenómeno conocido como “poliautoinmunidad”, que quiere decir que varias EAI pueden presentarse en un mismo paciente. Así mismo, estas enfermedades tienden a agruparse en familias. Por ejemplo, una paciente con hipotiroidismo puede tener una hija con artritis reumatoide y su hermano sufrir de esclerosis múltiple. Este fenómeno se conoce como “autoinmunidad familiar”.
Dado que los factores genéticos y medioambientales varían de una población a otra, el riesgo y la forma de presentación de estas enfermedades, tales como la edad de aparición, los síntomas clínicos, la severidad y la respuesta a los tratamientos, varía en función de cada población. Colombia no es la excepción, más aún dada la gran diversidad ancestral indígena, europea y africana entre las personas. Por lo tanto, no es extraño observar que los estudios muestren diferencias de un país a otro y aún de una región a otra en el mismo país.
La difusión del conocimiento de las EAI permitirá la pronta identificación y el tratamiento adecuado del número cada vez mayor de pacientes, y facilitará el estudio de un tema que, por su importancia, ha adquirido una atención considerable. Se espera que la actualización de los currículos y la creación y fortalecimiento de centros de investigación permitan lograr este objetivo.
*MD, PhD. Profesor e investigador U. del Rosario.