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El Instituto Nacional de Salud y otros once laboratorios asociados publicaron el primer estudio de vigilancia genómica en donde determinaron cuáles son las variantes del Covid-19 que circulan en el país.
Un estudio de este tipo (y en general la vigilancia genómica) es útil para monitorear por qué municipios y departamentos cursan las variantes del Sars-Cov-2, identificar por dónde entran y se esparcen, si hay nuevas mutaciones y si estas son más severas, se transmiten con mayor o menor facilidad, si las personas completamente vacunadas pueden infectarse o si hay lugar a reinfecciones. (Esto es lo que sabemos (hasta ahora) del nuevo linaje del virus)
Las personas investigadoras del INS y de otros once laboratorios asociados tuvieron en cuenta 1.852 muestras recolectadas en 58 laboratorios distribuidas en todos los departamentos (a excepción de Vichada, Casanare, Vaupés, Guaviare, Chocó y San Andrés no se incluyeron en el primer muestreo probabilístico por no disponer de suficientes muestras RT-PCR en el tiempo en que se llevó a cabo el estudio).
La recolección de muestras se hizo entre el 15 de abril y el 15 de junio de este año y, del total de muestras secuenciadas (1.274), se consideran exitosas para ser publicadas en GISAID aquellas que tienen una cobertura mayor al 70% para asignación de linaje obteniendo así un total final de 1.101 secuencias.
El linaje más frecuentemente encontrado fue B.1.621 con un 52,7% (580/1101), seguido por los linajes que representan la variante Gamma P.1, P.1.1 y P.1.2 con un 23,3% (257/1101), la B.1.625 en un 8.6%, Alpha en un 5.6% y Lambda en un 3.0%.
Fuente: Dirección de Investigación - Vigilancia Genómica
La variante B.1.621, fue identificada por primera vez en enero de 2021 en el país. Desde entonces, se ha extendido a otros 19 países de América y Europa, según el sitio web Pango Lineages (que reúne los resultados de distintos estudios sobre vigilancia genómica del mundo). De acuerdo con la BBC, actualmente, la B.1.621 forma parte de una “lista de alerta” de la Organización Mundial de la Salud junto con otras versiones virales que necesitan ser monitoreadas y estudiadas.
El virólogo Fernando Spilki, profesor de la Universidad Feevale de Rio Grande do Sul, señaló a la BBC que, por ahora, no hay razón para entrar en pánico con la variante B.1.621. “Está claro que hay que monitorearla, pero los datos de Colombia y otros países no indican mayor agresividad, a pesar del aumento de casos en algunas regiones. Tampoco tenemos datos sobre una posible resistencia de esta nueva variante a las vacunas ya disponibles”. (¿Qué se sabe de la variante de COVID-19 identificada en Manaos?)
Aunque la Organización Panamericana de la Salud insiste en que la variante B.1.621 no debería ser llamada la “variante colombiana”, algunos medios (especialmente españoles) comenzaron a bautizarla de este modo en junio de este año, cuando se identificó por primera vez su presencia en ese país. “Esta no es la primera vez que se relacionan las variantes del virus con el origen geográfico donde se identificaron, ha sido así desde el principio de la pandemia.
“Esto resulta delicado, ya que además de generar información confusa sobre el origen del virus y el riesgo potencial que representa cada una de las variantes, propicia la discriminación y la estigmatización de países o territorios. De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya resuelto esta semana establecer nuevos nombres para las variantes de la COVID-19 utilizando para su nomenclatura las letras griegas”, indicó el virólogo Jairo Méndez, Asesor regional en enfermedades virales de la OPS.
“Tenemos una capacidad actual de 380 genomas cada diez días y Colombia tiene una capacidad ya evaluada por el INS de contar con 12 laboratorios que realizan estudios genómicos. Sumando toda esa capacidad, podríamos hacer mil secuencias cada diez días. Es decir que la capacidad real de Colombia sería más o menos el 1% de las pruebas positivas que se procesan”, explicó Marta Ospina, directora del INS, en enero cuando explicó la capacidad de vigilancia genómica del país en el programa del presidente Iván Duque, Prevención y Acción.
Actualmente existen 21 linajes colombianos identificados y uno netamente colombiano que es el B.1.111 secuenciado por el INS y reportado a las bases de datos públicas mundiales. Además del INS, en el estudio participaron Corpogen, la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá y sede Medellín, Corporación de Ciencias Biológicas, la Universidad del Rosario, el Laboratorio de Salud Pública de Antioquia, la Universidad de los Andes y la Universidad del Magdalena.