Reforma a la salud comienza debate este miércoles: con 9 votos en contra se hundiría
La mayoría de los congresistas votaron que la sesión de este miércoles 3 de abril se realice bajo el estatuto de oposición. Lo que esto implica es que la oposición tendrá la potestad de definir el orden del día
La Comisión Séptima del Senado no estaba citada este martes para hablar de la reforma a la salud, pero fue ese proyecto el que terminó concentrando la discusión durante más de cuatro horas. La sesión comenzó pasadas las once de la mañana con la votación del orden del día, que incluía otros proyectos que apenas van para su segundo debate. Poco a poco fueron llegando al recinto los ministros de Interior, Luis Fernando Velasco, y de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, además del director del Departamento de Planeación Nacional, Alexander López, y el director de la Adres (el banco de la salud), Félix León Martínez.
Los intentos del Gobierno Nacional y de los congresistas de su coalición política estaban dirigidos a un objetivo central: que la Comisión aplazara la discusión del debate para lograr más tiempo y encontrar consensos que salvaran el proyecto. Ponentes como Wilson Arias pedían que el proyecto entrara a discusiones el próximo 9 de abril, cuando de hecho se tienen planeadas varias manifestaciones a favor del Gobierno. Por el contrario, el grupo de ocho ponentes que firmaron el archivo del proyecto (más la senadora Ana Paola Agudelo, del partido MIRA) pedían que el proyecto se discutiera el miércoles 3 de abril.
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Para llegar a un consenso, la presidenta de la Comisión, la senadora Martha Peralta, solicitó una reunión informal entre los congresistas y el Gobierno, para lo que pidió que medios de comunicación y asesores salieran del recinto. Durante aproximadamente 15 minutos, el Gobierno y los ponentes se reunieron, mientras el grupo mayoritario contra la reforma se reunía en otro recinto. Finalmente, y aunque todos aceptaron sesionar informalmente, dicha reunión no fue privada, como lo pedía Peralta. En esa sesión informal se pudieron escuchar las voces de los ministros, los ponentes y de los congresistas que piden el archivo.
Hubo, por supuesto, voces de defensa del proyecto. Alexander López defendió, por ejemplo, la viabilidad financiera del proyecto, señalando que tanto el DNP como el Ministerio de Hacienda tienen la voluntad de hacer los ajustes para financiar el proyecto. También le respondió las críticas a organizaciones como la ANIF que dicen que el documento presentado por el Ministerio de Hacienda no es un concepto fiscal.
Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, reconoció, a su vez, que el proyecto de reforma presentado quiso abarcarlo todo. “El Gobierno cree en el proyecto que se presentó en la esencia, lo que no significa que no le podamos hacer críticas. Probablemente, fue un proyecto que, por querer abarcar todo, terminó siendo un tratado, cuando perfectamente lo modificable lo podíamos hacer en un proyecto más sintético, con menos artículos, tocando lo esencial”. Sin embargo, reiteró, al igual que lo hizo en su pronunciamiento el ministro de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que el Gobierno no va a retirar el proyecto, pese a las mayorías en contra.
“No debemos retirar por un tema de coherencia política, tenemos que salir a defender lo que propusimos y lo que llevó, por primera vez en décadas, a un hombre de origen popular progresista a la presidencia”, dijo Velasco, en un punto en el que parecía claro que las mayorías de la Comisión no permitirían más aplazamientos. Hubo momentos de tensión en esa sesión informal, como cuando los congresistas Wilson Arias (de Gobierno) y Miguel Ángel Pinto se enfrentaron por señalamientos que hizo el primero sobre el eventual conflicto de interés que tendrían algunos partidos para discutir la reforma a la salud.
Puede ver: Documento de Minhacienda sobre reforma a la salud “no es un aval fiscal”: ANIF
Arias denunció en días pasados al Centro Democrático, a ASI, al Partido de la U, a los liberales y conservadores por el dinero que les habría dado Keralty (dueño de la EPS Sanitas) y el conglomerado Bolívar en 2022. “Yo no estoy impedido, a mí nadie me dio un peso, ni soy accionista de las EPS, ni tengo procesos en la Corte porque me hayan financiado empresas de Ibagué de dudosa procedencia que usted mismo reconoció en la plenaria del Senado. Quien se tiene que declarar impedido es usted”, le respondió Pinto a Arias. “Se echan mentiras, se las creen y luego empiezan a replicárselas”, agregó el senador liberal.
Cuando ya la sesión pasaba de las tres de la tarde, hubo otro momento tensionante cuando la presidenta, Martha Peralta, levantó sesión sin que se votaran una serie de proposiciones que aseguraban que el miércoles se discutiría la reforma. Ante el rechazo de las mayorías, Peralta abandonó el recinto y la presidencia quedó en manos de Lorena Ríos, quien puso a consideración las proposiciones. De esta manera, la mayoría de los congresistas votaron que la sesión de este miércoles 3 de abril se realice bajo el estatuto de oposición.
Lo que esto último implica es que la oposición tendrá la potestad de definir el orden del día, lo que ya adelantaron tendrá como primer punto la discusión de la reforma a la salud. Se comenzaría con la votación de los impedimentos. Hay que recordar que son varias las recusaciones e impedimentos que se presentaron en el trámite de este proyecto, que va para su tercer debate. Por un eventual conflicto de interés, cuatro de los ocho senadores de la Comisión Séptima que radicaron la ponencia de archivo a la reforma a la salud presentaron impedimentos. De hecho, los senadores del Centro Democrático Honorio Henríquez y Josué Alirio Barrera, que presentaron impedimentos, ya fueron recusados junto a Norma Hurtado, de La U.
Además de Henríquez y Barrera, que argumentaron un eventual conflicto de interés por donaciones que recibió el partido de empresas relacionadas con el sector salud, las senadoras Berenice Bedoya (ASI) y Nadia Blel (Partido Conservador) también presentaron impedimentos para votar ciertos artículos del proyecto que propone el gobierno del presidente Gustavo Petro. Queda en el fuero de la Comisión decidir, primero, si acepta dichas recusaciones. Si lo hace, estas tendrán que ir a la Comisión de Ética, pero si no, y el pleno de la comisión las rechaza de plano, la discusión y votación de las ponencias podría darse inmediatamente.
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Recordemos que actualmente hay tres ponencias. Una de Gobierno, una alternativa liderada por Fabián Díaz, y una de archivo, que es la que tiene las mayorías consolidadas. “Esta reforma no puede continuar avanzando. No podemos seguir manteniendo en vilo al país, aplazando y aplazando. Entre otras cosas, este aplazamiento también condena la reforma a morirse por procedimiento”, dijo Pinto, quien en varias ocasiones habló en nombre de los nueve congresistas que firman el archivo. Pinto le recomendó al ejecutivo construir un proyecto “más corto que solucione los problemas neurálgicos del sistema” y que, si así lo decide, lo vuelva a presentar en la siguiente legislatura, algo que el ministro del interior no descartó del todo.
De esta manera, la reforma a la salud del Gobierno, que se volvió su proyecto legislativo más importante, continúa hundida virtualmente y con escasas posibilidades de revivir.
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La Comisión Séptima del Senado no estaba citada este martes para hablar de la reforma a la salud, pero fue ese proyecto el que terminó concentrando la discusión durante más de cuatro horas. La sesión comenzó pasadas las once de la mañana con la votación del orden del día, que incluía otros proyectos que apenas van para su segundo debate. Poco a poco fueron llegando al recinto los ministros de Interior, Luis Fernando Velasco, y de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, además del director del Departamento de Planeación Nacional, Alexander López, y el director de la Adres (el banco de la salud), Félix León Martínez.
Los intentos del Gobierno Nacional y de los congresistas de su coalición política estaban dirigidos a un objetivo central: que la Comisión aplazara la discusión del debate para lograr más tiempo y encontrar consensos que salvaran el proyecto. Ponentes como Wilson Arias pedían que el proyecto entrara a discusiones el próximo 9 de abril, cuando de hecho se tienen planeadas varias manifestaciones a favor del Gobierno. Por el contrario, el grupo de ocho ponentes que firmaron el archivo del proyecto (más la senadora Ana Paola Agudelo, del partido MIRA) pedían que el proyecto se discutiera el miércoles 3 de abril.
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Para llegar a un consenso, la presidenta de la Comisión, la senadora Martha Peralta, solicitó una reunión informal entre los congresistas y el Gobierno, para lo que pidió que medios de comunicación y asesores salieran del recinto. Durante aproximadamente 15 minutos, el Gobierno y los ponentes se reunieron, mientras el grupo mayoritario contra la reforma se reunía en otro recinto. Finalmente, y aunque todos aceptaron sesionar informalmente, dicha reunión no fue privada, como lo pedía Peralta. En esa sesión informal se pudieron escuchar las voces de los ministros, los ponentes y de los congresistas que piden el archivo.
Hubo, por supuesto, voces de defensa del proyecto. Alexander López defendió, por ejemplo, la viabilidad financiera del proyecto, señalando que tanto el DNP como el Ministerio de Hacienda tienen la voluntad de hacer los ajustes para financiar el proyecto. También le respondió las críticas a organizaciones como la ANIF que dicen que el documento presentado por el Ministerio de Hacienda no es un concepto fiscal.
Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, reconoció, a su vez, que el proyecto de reforma presentado quiso abarcarlo todo. “El Gobierno cree en el proyecto que se presentó en la esencia, lo que no significa que no le podamos hacer críticas. Probablemente, fue un proyecto que, por querer abarcar todo, terminó siendo un tratado, cuando perfectamente lo modificable lo podíamos hacer en un proyecto más sintético, con menos artículos, tocando lo esencial”. Sin embargo, reiteró, al igual que lo hizo en su pronunciamiento el ministro de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que el Gobierno no va a retirar el proyecto, pese a las mayorías en contra.
“No debemos retirar por un tema de coherencia política, tenemos que salir a defender lo que propusimos y lo que llevó, por primera vez en décadas, a un hombre de origen popular progresista a la presidencia”, dijo Velasco, en un punto en el que parecía claro que las mayorías de la Comisión no permitirían más aplazamientos. Hubo momentos de tensión en esa sesión informal, como cuando los congresistas Wilson Arias (de Gobierno) y Miguel Ángel Pinto se enfrentaron por señalamientos que hizo el primero sobre el eventual conflicto de interés que tendrían algunos partidos para discutir la reforma a la salud.
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Arias denunció en días pasados al Centro Democrático, a ASI, al Partido de la U, a los liberales y conservadores por el dinero que les habría dado Keralty (dueño de la EPS Sanitas) y el conglomerado Bolívar en 2022. “Yo no estoy impedido, a mí nadie me dio un peso, ni soy accionista de las EPS, ni tengo procesos en la Corte porque me hayan financiado empresas de Ibagué de dudosa procedencia que usted mismo reconoció en la plenaria del Senado. Quien se tiene que declarar impedido es usted”, le respondió Pinto a Arias. “Se echan mentiras, se las creen y luego empiezan a replicárselas”, agregó el senador liberal.
Cuando ya la sesión pasaba de las tres de la tarde, hubo otro momento tensionante cuando la presidenta, Martha Peralta, levantó sesión sin que se votaran una serie de proposiciones que aseguraban que el miércoles se discutiría la reforma. Ante el rechazo de las mayorías, Peralta abandonó el recinto y la presidencia quedó en manos de Lorena Ríos, quien puso a consideración las proposiciones. De esta manera, la mayoría de los congresistas votaron que la sesión de este miércoles 3 de abril se realice bajo el estatuto de oposición.
Lo que esto último implica es que la oposición tendrá la potestad de definir el orden del día, lo que ya adelantaron tendrá como primer punto la discusión de la reforma a la salud. Se comenzaría con la votación de los impedimentos. Hay que recordar que son varias las recusaciones e impedimentos que se presentaron en el trámite de este proyecto, que va para su tercer debate. Por un eventual conflicto de interés, cuatro de los ocho senadores de la Comisión Séptima que radicaron la ponencia de archivo a la reforma a la salud presentaron impedimentos. De hecho, los senadores del Centro Democrático Honorio Henríquez y Josué Alirio Barrera, que presentaron impedimentos, ya fueron recusados junto a Norma Hurtado, de La U.
Además de Henríquez y Barrera, que argumentaron un eventual conflicto de interés por donaciones que recibió el partido de empresas relacionadas con el sector salud, las senadoras Berenice Bedoya (ASI) y Nadia Blel (Partido Conservador) también presentaron impedimentos para votar ciertos artículos del proyecto que propone el gobierno del presidente Gustavo Petro. Queda en el fuero de la Comisión decidir, primero, si acepta dichas recusaciones. Si lo hace, estas tendrán que ir a la Comisión de Ética, pero si no, y el pleno de la comisión las rechaza de plano, la discusión y votación de las ponencias podría darse inmediatamente.
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Recordemos que actualmente hay tres ponencias. Una de Gobierno, una alternativa liderada por Fabián Díaz, y una de archivo, que es la que tiene las mayorías consolidadas. “Esta reforma no puede continuar avanzando. No podemos seguir manteniendo en vilo al país, aplazando y aplazando. Entre otras cosas, este aplazamiento también condena la reforma a morirse por procedimiento”, dijo Pinto, quien en varias ocasiones habló en nombre de los nueve congresistas que firman el archivo. Pinto le recomendó al ejecutivo construir un proyecto “más corto que solucione los problemas neurálgicos del sistema” y que, si así lo decide, lo vuelva a presentar en la siguiente legislatura, algo que el ministro del interior no descartó del todo.
De esta manera, la reforma a la salud del Gobierno, que se volvió su proyecto legislativo más importante, continúa hundida virtualmente y con escasas posibilidades de revivir.
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