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El lunes 24 de agosto se reportó por primera vez un caso confirmado de reinfección por el virus SARS-CoV-2, que genera el COVID-19. Investigadores de la Universidad de Hong Kong, por medio de un comunicado, explicaron que “un paciente joven y aparentemente sano tuvo un segundo evento de infección por COVID-19 que fue diagnosticado casi cinco meses después del primer episodio”. Según los investigadores, el hombre de 33 años solo tuvo síntomas leves en su primer diagnóstico, pero en su segundo episodio resultó ser asintomático. (Lea: El destino del coronavirus podría ser una simple gripita)
La reinfección se descubrió cuando regresó de un viaje de trabajo desde España. El virus coincidió con la cepa que circulaba en Europa entre julio y agosto. “Los resultados demuestran que su segunda infección fue causada por una nueva variante del virus que adquirió en lugar de una permanencia viral prolongada”, dijo Kelvin Kai-Wang To, microbiólogo clínico de esa universidad. Los investigadores secuenciaron el genoma viral en ambas ocasiones y encontraron diferencias significativas entre los dos virus adquiridos por el paciente. Era claro que se había infectado por segunda vez.
En Colombia, quizás uno de los casos de reinfección más sonados fue el del velocista Fernando Gaviria. En octubre, mientras competía en la edición 2020 del Giro de Italia, el pedalista antioqueño volvió a dar positivo para coronavirus y aunque se aseguró que era la segunda vez en el año que contrajo el virus, la reinfección no se pudo demostrar porque no se tenía información del genotipo de la primera cepa de contagio para ser comparado con el genotipo de la segunda.
El 1° de enero Estados Unidos confirmó su primer caso de reinfección. The Lancet publicó que un hombre de 25 años, en Nevada, sufrió unos síntomas más severos la segunda vez, un patrón que se supone el sistema inmunológico debía prevenir. El caso de Hong Kong, el de Fernando Gaviria y el de este estadounidense han sido noticia precisamente porque son raros. Según los científicos de esta nueva investigación, “más de 38 millones de personas en el mundo han sido infectadas con el coronavirus, de los cuales solo se han confirmado menos de cinco reinfecciones”.
Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, explicó a The Lancet que aunque estos “casos de reinfección sean raros, indican que la reinfección es posible (…) Es importante tener en cuenta que hay personas que se reinfectan y, en algunos de esos casos, la enfermedad empeora. Aún deben seguir usando máscaras y practicar el distanciamiento social, incluso si se han recuperado una vez de esta infección”. (Puede leer: Las personas asintomáticas transmiten el coronavirus en el 59 % de los casos)
Pero el primer paso para entender este fenómeno es comprender cómo funciona el proceso de reinfección. Como explica Javier Jaimes, virólogo, Ph.D. en microbiología y quien trabaja en la Universidad de Cornell, lo primero que sucede es que el virus infecta a un huésped, invade sus células y se replica. Durante esta primera infección el sistema inmunológico establece una respuesta de defensa específica para protegerse ante futuras infecciones. Una vez el virus llega por segunda ocasión al organismo, el sistema inmunológico trata de eliminarlo antes de que infecte la célula; lo hace por medio de los linfocitos B, unas células encargadas de producir los anticuerpos que reconocen los patógenos invasores y se unen a ellos. Los anticuerpos tienen como objetivo neutralizar o destruir el virus para que no pueda infectar la célula huésped. Estos linfocitos, además, son los encargados de establecer la memoria que le permite “recordar” a ese patógeno en el futuro.
En algunos casos, como sucede al infectarse con el virus del sarampión, las personas tienen inmunidad de por vida. Pero, dice Jaimes, otros virus, como el de la gripe estacional, mutan y pueden afectar a un paciente más de una vez. “En esa segunda vez que el patógeno llega al cuerpo la respuesta inmune debe desarrollarse de forma más rápida. El virus tiene que ser capaz al menos de ingresar al organismo y empezar a replicarse. Desde ese punto de vista las reinfecciones siempre son posibles porque el patógeno tiene que ingresar al organismo de nuevo y causar algún daño, así sea leve, para estimular la respuesta inmune”.
Las reinfecciones pueden ocurrir por varias razones. Julián Villabona-Arenas, virólogo y doctor en microbiologia vinculado al Centro de Modelado Matemático de Enfermedades Infecciosas, aclara que se puede presentar porque “la primera infección fue demasiado leve para producir una respuesta inmune o quizá porque el sistema inmunológico se vio comprometido por otras condiciones de salud (pueden ser las comorbilidades). En algunas ocasiones, el paciente pudo haber estado expuesto a una gran cantidad de virus que provocó una infección antes de que se generará la respuesta inmune a este patógeno”.
Según Gustavo Gámez, doctor en biología molecular y profesor de la escuela de microbiología de la Universidad de Antioquia, en este momento, para poder reportar un caso de reinfección, “el consenso científico establece que se debe tener claro el fenotipo, es decir, la manifestación clínica de la enfermedad a causa del coronavirus, determinar que ambas cepas son genéticamente diferentes y que debe existir un período mínimo de tres meses entre ambos eventos. Para lograrlo debemos contar con material biológico de ambos eventos para realizar una secuenciación genómica completa y determinar que pertenecen a cepas o linajes virales distintos”. (Le puede interesar: ¡Recuerde! El autocuidado también aplica para quienes ya superaron el coronavirus)
De acuerdo con Jaimes es normal que, ante una primer caso de infección y mientras el cuerpo esté expuesto a un virus desconocido, se desarrolle algo de inmunidad y luego la respuesta inmune comience a incrementar con cada exposición a dicho virus. “Aquí la pregunta es si se desarrolla enfermedad o no. Va a depender de muchos factores. Uno de ellos es qué tan fuerte es la respuesta inmunitaria que se formó contra el patógeno. Se supone que hay una respuesta inmunitaria que es más rápida y que busca que ese patógeno no genere enfermedad. Entre más agresiva sea la respuesta, menor es la probabilidad de que cause enfermedad”.
Para el COVID-19 la mayoría de casos que se han reportado han sido asintomáticos o leves. Eso podría sugerir que la respuesta inmunitaria de los pacientes no ha sido lo suficientemente fuerte y duradera. También podría indicar un escenario complejo: pese a haber estado en contacto con el patógeno una persona puede ser susceptible a desarrollar la enfermedad de nuevo. “Las publicaciones científicas han reportado que en la mayoría de los casos registrados un segundo ataque con el virus puede producir síntomas más leves o ninguno”, dice Jaimes.
Pero el paciente de Nevada (EE. UU.) no corrió esa misma suerte. Como se lee en The Lancet, la reinfección -presentada 48 días después del primer contagio- resultó ser más grave. Requirió oxígeno y hospitalización. Al igual que este hombre de 25 años, en los Países Bajos una mujer de 89 años, quien estaba en un tratamiento con quimioterapia, murió durante la segunda vez que tuvo COVID-19. En Ecuador, donde se identificó el primer caso de reinfección de Suramérica, el paciente presentó síntomas similares a los del COVID-19 más graves cuatro semanas después del primer evento.
A ese abanico de preguntas que se han abierto con estos nuevos casos hay que sumarle otro factor: la gran mayoría de las personas que tienen una reincidencia o reinfección pueden pasar inadvertidas. De hecho, el primer caso de reinfección (el del hombre de Hong Kong) se conoció por un examen de rutina en el aeropuerto y, pese a ser asintomático y tener reinfección, “su carga viral aún era lo suficientemente alta para transmitir el virus a otras personas”, sostuvo a The New York Times Marion Pepper, inmunóloga de la Universidad de Washington en Seattle.
Un desafío más para Colombia
En agosto pasado, Gámez junto a otros doctores estudiaron el caso de una persona que, según les había comentado, había tenido el virus hacía unos meses y, luego, ese evento se repitió. “Nosotros no pudimos hacer el estudio completo porque no se guardó suficiente material del paciente en el primer evento. No tuvimos cómo demostrar ese episodio de reinfección con la evidencia científica exigida”, aseguró. Como este caso, en el país se está trabajando para establecer cinco posibles reinfecciones. Aún están a la espera de los resultados de la secuenciación.
En Colombia, resaltó Gámez, “los esfuerzos se han centrado en las detecciones de los casos y no se ha guardado el material suficiente para poder secuenciar o aislar el virus y realizar futuras investigaciones. A la mayoría de positivos simplemente les hacemos pruebas diagnósticas, pero no les aislamos el virus ni conocemos la información genética del primer evento. Es poco probable que cuando aparezca un caso de reinfección podamos estudiarlo y documentarlo. Por eso es que la reinfección, desde mi punto de vista, va a estar subestimada, a no ser que sean casos sonoros como pasó con Fernando Gaviria”, explicó Gámez.
Hasta el momento, en el país se han realizado 218 secuencias genómicas del virus y se han logrado identificar cerca de 24 variantes que circulan en el país. Y pese a que se ha realizado un ejercicio constante de vigilancia genómica, los científicos advierten la necesidad de reforzarlo, principalmente ante la posible llegada de la variante B.1.1.7 proveniente del Reino Unido. La Red Ampliada de Diagnóstico para SARS-CoV-2 tiene 154 laboratorios públicos y privados, de los cuales solo 14 pueden realizar secuenciación genómica. (Puede leer: Así va la vigilancia genómica de Colombia con el coronavirus)
La principal razón es por la complejidad del proceso. Además de requerir la tecnología necesaria, se necesita un personal capacitado para comprender los análisis computacionales. En los 14 que se seleccionaron para esta labor ya habían realizado antes de la pandemia una secuenciación genómica. Como parte de sus esfuerzos, el Instituto Nacional de Salud (INS) anunció que se invertirán cerca de $14.000 mil millones para reforzar la labor de estos centros.
Los expertos insisten en que todo lo relacionado con este coronavirus sigue siendo aún muy nuevo. Y aunque, como en la mayoría de los virus, existe la probabilidad de una reinfección, concuerdan en que es muy pronto para determinar con exactitud el tiempo en que se podrá generar o si en un segundo episodio se podrá desarrollar una enfermedad más fuerte. Mientras la ciencia sigue trabajando para resolver estas incógnitas, los investigadores insisten en preservar las medidas básicas de autocuidado.