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Sally Davies, la Directora Médica de Inglaterra, dijo que la amenaza que representa la resistencia a los antibióticos es igual de grave al cambio climático, informó el diario inglés The Guardian.
La exasesora científica del Departamento de Salud de ese país hizo las declaraciones en el marco de protestas simbólicas que se han tomado Francia, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Noruega, Italia, Países Bajos y Reino Unido.
En esas protestas, que han ocurrido en museos, estaciones de trenes y hasta centros comerciales, los manifestantes se tiran al piso, para simbolizar la inminente extinción de la especie humana si no reduce las emisiones de carbono a la atmósfera en los próximos 12 años.
"Sería bueno si los activistas reconocieran la importancia de esto", dijo Davies. "Esto sucede lentamente y la gente se adapta a donde estamos, pero este es un [peligro] equivalente al clima extremo".
No es la única que en días recientes ha llamado la atención sobre el problema. El pasado lunes 29 de mayo, el Grupo de coordinación interinstitucional sobre resistencia a los antimicrobianos (IACG) lanzó un informe en el que recomendaban imponer medidas más drásticas para enfrentar este problema.
Haileyesus Getahun, el director del IACG, clasificó la situación como un “tsunami silencioso”. “Estamos pidiendo que las personas se unan. Aún no vemos los efectos de esto, pero lo que vendrá será una catástrofe”.
Aunque muchos no lo saben, ni Davies ni Getahun exageran: de acuerdo con el reporte de las Naciones Unidas, . si no se toman medidas para frenar la situación, 24 millones de personas caerán en la pobreza extrema en 2030, y para 2050, 10 millones de muertes serán causadas por la resistencia a antibióticos.
Esta no es la primera vez que los organismos internacionales alertan sobre esto. En 2017, las Naciones Unidas señaló que, de no coordinarse los esfuerzos para frenar la resistencia a antibióticos, ésta podría convertirse en la primera causa de muerte en 2050.
“Se trata de una amenaza terrible con grandes implicaciones para la salud humana. Si no la abordamos, el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible se frenará y nos llevará atrás, cuando la gente arriesgaba su vida por una infección en una cirugía menor. Es un problema urgente”, afirmó por ese entonces Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El problema, señaló Davies, es que a diferencia del cambio climático, poco se ha hecho a nivel internacional para afrontar este grave panorama. "No existe el apetito [entre las compañías farmacéuticas] para desarrollar nuevos medicamentos", dijo. “Hay un fallo sistémico. Necesitamos algo similar al Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático".
Y es que el problema de los antibióticos tiene múltiples aristas, pero no se resuelven de manera coordinada. No solo se trata de los medicamentos vencidos que terminan en cuerpos de agua, ni en la automedicación irresponsable por parte de los pacientes. La industria de la carne, desde las granjas de peces hasta los corrales repletos de aves y ganado, también juegan un papel importante en la crisis.
De hecho, Davies atribuye la mayor parte de la responsabilidad a esta industria. Si bien acepta que estos medicamentos se usen en animales cuando se enferman, The Guardian reportó que a la experta le preocupa que los antibióticos sean utilizados en exceso en la agricultura.