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Han pasado dos años desde que la Corte Suprema de Estados Unidos tomó una decisión en el sonado caso conocido como Dobbs vs Jackson. El fallo fue histórico porque revocó otros casos en los que se había dicho que era inconstitucional tener normas que impidieran o criminalizara el aborto.
A partir de esa sentencia, los estados de ese país pudieron establecer regulaciones, ya sea para legalizar el procedimiento o para penalizarlo. Desde entonces, hay 14 estados en los que está prohibido totalmente, seis en los que está severamente restringido y otros ocho en los que presenta algunas restricciones, de acuerdo con el portal Planned Parenthood.
Un estudio, publicado recientemente en la revista Science, analizó las respuestas de más de 1.400.000 personas a la Encuesta de Pulso de Hogares (HPS, por su sigla en inglés) que se aplica en los Estados Unidos. Allí, encontraron que desde 2022, cuando se institucionalizaron las restricciones o penalizaciones, se han presentado afectaciones en la salud mental autopercibida.
En general, los autores de la investigación encontraron que hay una mayor cantidad de personas que aseguran sentirse ansiosas o preocupadas frente a la prohibición del aborto en los estados en los que se reporta algún tipo de restricción. Además, indican los científicos, estos efectos son aún mayores en personas de menores ingresos y con menos acceso a educación.
Un punto sorpresivo que reportan los resultados es que no hay diferencias entre las afectaciones que se presentan en mujeres en edad fértil y el resto de la población. Los autores aseguran que puede deberse a que las personas se preocupan por miembros de su círculo cercano que se vean afectadas por las restricciones.
En cuanto a las afectaciones que se dan en las personas de menores ingresos, los autores plantean como hipótesis que se deba a los mayores costos que implica movilizarse a un estado en el que sí se pueda acceder al aborto, y las preocupaciones que implica la maternidad en contextos de vulnerabilidad económica.
Los autores destacan que estos hallazgos son un llamado a hacer investigaciones más profundas sobre los efectos que tiene la restricción en el acceso al aborto en la salud mental de las personas y a que los profesionales de la salud tengan en cuenta esto a la hora de atender a sus pacientes.
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