Filas de docentes que esperan ser atendidos, por el nuevo modelo de salud para ellos.
Foto: Óscar Pérez
Empecemos con un ejemplo que puede ayudar a comprender un poco mejor el tema de central de este artículo. Imagine que un conocido suyo tiene un accidente en una moto. Sufre varias fracturas. También laceraciones en su cuerpo. Tiene la fortuna de que una ambulancia lo lleva a un hospital, donde le hacen los procedimientos que requiere. En el centro de salud saben que podrían ganar unos pesos de más si le hace otro par de radiografías y una resonancia. Bueno, y aunque el paciente no lo requiera, otro examen de sangre. Después de todo, si hay...
Por Sergio Silva Numa
Editor de las secciones de ciencia, salud y ambiente de El Espectador. Hizo una maestría en Estudios Latinoamericanos. También tiene una maestría en Salud Pública de la Universidad de los Andes. Fue ganador del Premio de periodismo Simón Bolívar.@SergioSilva03ssilva@elespectador.com