Se acerca el final del cuarto pico en Colombia: ¿qué viene después?
Todo parece indicar que Colombia vive las últimas semanas del pico de ómicron. ¿Qué sucederá los meses siguientes? ¿Qué aspectos claves definirán la pandemia? Aunque aún hay un alto grado de incertidumbre, ya hay pistas para despejar las dudas.
Juan Diego Quiceno
El 20 de diciembre de 2021, Colombia identificó los primeros casos de la variante ómicron (B.1.1.529) del SARS-CoV-2. Nueve días después de esa identificación inicial, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunciaba que el país entraba a su cuarto pico de contagios. Todo apunta a que dos meses después, este pico está llegando a su fin.
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El 20 de diciembre de 2021, Colombia identificó los primeros casos de la variante ómicron (B.1.1.529) del SARS-CoV-2. Nueve días después de esa identificación inicial, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunciaba que el país entraba a su cuarto pico de contagios. Todo apunta a que dos meses después, este pico está llegando a su fin.
Así lo señalan todos los consultados para esta nota y el Instituto Nacional de Salud (INS), que estima el fin de la ola hacia la primera semana de marzo, dado que el comportamiento por ciudades es diferente según sus características. La carrera de ómicron en Colombia fue rápida en comparación con los otros picos. A ómicron le bastó menos de dos meses para acaparar por completo el mapa genómico del SARS-CoV-2. Hacia finales de enero era la única variante circulando en el país. (Le puede interesar: Coronavirus: 2.9 millones de niños en Colombia no han recibido su primera dosis)
En enero las cifras de contagios se dispararon. “Como se ha dicho ya, los casos detectados son apenas la punta del iceberg. Es posible que entre 25 y 30 millones de colombianos se hayan contagiado en cuestión de dos meses”, señala Sebastián Londoño, investigador del Observatorio para la Contención del Covid-19 de la Universidad del Rosario. Del 6 al 24 de enero, por ejemplo, el país registró entre 23.000 y 35.000 casos diarios. Las muertes, a su vez, tuvieron otro comportamiento.
El 26 de enero de 2022 el país reportó 282 muertes, el dato más alto de la ola de ómicron y el punto a partir del cual comenzaría a disminuir hasta los 99 decesos registrados el pasado 21 de febrero. “Como sucedió en la mayor del parte del mundo, el pico de muertes de ómicron no alcanzó al de anteriores olas”, refuerza David Bautista, químico farmacéutico, quien ha seguido la ola. En el pico de mediados de 2021 el país alcanzó los 693 fallecidos, el 26 de junio. Una de las grandes diferencias entre ambos momentos fue la vacunación. (Le puede interesar: Colombia llega a acuerdo con farmacéuticas para reponer vacunas perdidas en 2021)
La inmunidad natural y la inducida por las vacunas atenuaron el impacto de ómicron, como lo preveía el Ministerio. El país comenzó 2022 con más de 33 millones de colombianos vacunados con una dosis y más de 23 millones con las dos dosis. La disponibilidad de camas UCI fue estable.
Según registraba el Ministerio el 13 de enero, en pleno tránsito de la ola, Colombia tenía disponibles 4.626 camas UCI de las 10.917 habilitadas. En esa fecha, el 23 % de las camas ocupadas lo estaban por pacientes sospechosos o confirmados de covid. “La situación referente a la ola ómicron pareciera reflejar un aumento de casos importante, que no está acompañado de alta severidad”, dijo entonces Germán Escobar, viceministro de Salud.
Dada la vulnerabilidad de la población mayor de sesenta años, diversos países, incluido Colombia, decidieron aplicar una tercera dosis de refuerzo. No es fácil, nos dijo María Angélica Maya Restrepo, infectóloga y presidenta de la Asociación Colombiana de Infectología, capítulo Antioquia, medir el efecto de una intervención que se ha aplicado a “pocas” personas. Hacia inicios de enero el país había aplicado 3,7 millones de dosis de refuerzo. (Le recomendamos: El nuevo (y costoso) gran dilema del covid-19 en Colombia: los antivirales)
El pico de ómicron está terminando. ¿Qué sigue después?
¿Hacia el fin de la pandemia?
La respuesta rápida es que no lo sabemos. Hay, sin embargo, algunos puntos que, con toda la precaución, pueden dar alguna esperanza. Y el más importante apunta a las características de ómicron.
“El futuro dependerá mucho de las características de las variantes que sigan surgiendo, pero si continuamos con variantes similares a ómicron, de alta trasmisión, pero de efectos leves o incluso asintomáticos, estaríamos frente a un comportamiento típico de coronavirus endémicos: que surgen de manera periódica, provocando pequeñas olas sin que se alteren los sistemas de salud”, afirma la doctora Maya.
“Las infecciones se vuelven menos graves, en promedio, con el tiempo, no solo porque el virus está cambiando, también porque nuestros cuerpos están mejorando para manejarlo”, escribía en el New York Times el doctor Guillermo Hanage, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de Harvard. El sistema inmune brinda una defensa adaptativa: mejora con cada embestida del virus.
También es natural, explica la doctora Maya, que un virus mute a una presentación más leve, dado que el SARS-CoV-2 necesita un huésped vivo para sobrevivir. Esta era la lógica del pronunciamiento que, el pasado 23 de enero, brindó Hans Kluge, director de la OMS para Europa, en el que describió como “plausible” que Europa se esté acercando al final de la pandemia.
Según los cálculos que tenía entonces Kluge, más del 60 % de la población europea se habrá infectado con ómicron hacia marzo de 2022. “En cuanto la ola se calme, habrá durante algunas semanas y meses una inmunidad global”, apuntó.
La discusión sobre qué momento es el apropiado para modificar los lineamientos de bioseguridad tendrá que comenzar. La idea de una convivencia más “normal” con el covid-19 comienza a asentarse en naciones como Reino Unido o Estados Unidos, que ya flexibilizan sus medidas. En Colombia, el Ministerio ha dejado claro que no está en los planes a corto plazo cambiar, por ejemplo, el uso del tapabocas.
El fin de la pandemia no será el fin del SARS-CoV-2. Este coronavirus, como advirtió la ciencia, llegó para quedarse. No está claro, tampoco, que ómicron vaya a ser la última ola, pero todo apunta a que en las siguientes habrá cada vez menos personas que se enfermen de forma grave. Pero, como dice Hanage, “solo los tontos con poca memoria hacen promesas en una pandemia”.