Seis de cada siete personas en el mundo sienten angustia, advierte la ONU
Según un informe publicado hoy por el PNUD, la humanidad se enfrenta a una paradoja del desarrollo. A pesar de que la expectativa de vida, la riqueza y la salud han aumentado, las personas se sienten inseguras. Una situación agudizada por la pandemia del covid-19.
Esta mañana el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó el informe Las nuevas amenazas para la seguridad humana en el Antropoceno exigen una mayor solidaridad, un documento en el que se resaltan los principales retos y riesgos a los que nos enfrentamos los humanos, un panorama que la pandemia por coronavirus agravó en todos los países.
Sin embargo, el informe destaca lo paradójico de esta situación. Resalta que, antes de que la pandemia comenzara, el mundo gozaba de los más altos niveles de Índice de Desarrollo Humano (IDH), y la humanidad gozaba de mejor calidad y esperanza de vida, así como de mayor riqueza y salud. “Sin embargo, bajo la superficie, comenzaba a tomar forma una sensación de inseguridad”, dice el documento. (Puede leer: Sudáfrica fabrica una vacuna para el covid-19 usando la secuencia de Moderna)
Y es que seis de cada siete personas en el mundo se sentían inseguras, con datos recolectados antes de que iniciara la pandemia, un fenómeno que seguramente profundizó la sensación, afirma el documento. Si bien en los países con IDH bajo y mediano la cantidad de personas que manifestaban sentirse inseguras era mayor que en los países con IDH alto y muy alto, el PNUD afirma que la incertidumbre generalizada ya se percibe en todos los países del mundo.
Pero la emergencia sanitaria provocada por el covid-19 tuvo otra serie de impactos considerables en el mundo. Además de una caída en la esperanza de vida al nacer, el IDH tuvo un descenso sin precedentes en las décadas recientes: perdió unos cinco años de progreso, según modelos de simulación utilizados por la ONU.
Las principales amenazas a las que se enfrenta la humanidad están relacionadas con la inseguridad alimentaria, el cambio climático, el desplazamiento forzado, la violencia contra las mujeres y las niñas, los riesgos de las tecnologías digitales, los conflictos armados, la intolerancia a la diversidad sexual y de género y la inequidad en la acceso a la salud. (Le puede interesar: Covid-19: Chile comienza la vacunación con cuarta dosis en mayores de 55 años)
Algunas de las estimaciones presentadas en el informe aseguran que, mientras en el 2020 unas 800 millones de personas padecían hambre, actualmente podrían ser 2.400 millones las personas que sufren inseguridad alimentaria. La crisis climática podría causarle la muerte a 40 millones de personas, principalmente en países en desarrollo, de aquí a finales del siglo. El cambio climático también podría tener un impacto sobre el desplazamiento forzado, el cual se duplicó en la última década y alcanzó el año pasado una cifra récord de 82,4 millones de personas desplazadas.
Respecto a las mujeres y las niñas, el documento entrega cifras alarmantes: cada 11 minutos una mujer es víctima de feminicidio, de los cuales se reportaron 47.000 en el 2020. Los conflictos armados también preocupan pues 1200 millones de personas viven en zonas afectadas por estos y poco más de la mitad residen en entornos frágiles. El informe también hace un llamado sobre la comunidad LGBTI: “en el 87 % de los 193 países miembros de la ONU estas personas no tienen derecho al reconocimiento de su identidad ni a la plena ciudadanía”. (También puede leer: Población migrante recibirá tratamientos para VIH)
Solidaridad para hacerle frente a las amenazas
Ante el desolador y preocupante panorama que presentan las estimaciones de la ONU, la organización “aboga por ampliar el marco de seguridad humana frente a una nueva generación de amenazas interconectadas que están surgiendo en el nuevo contexto del Antropoceno”. En concreto, proponen añadir la solidaridad a las estrategias de seguridad humana.
Según la ONU, la solidaridad reconoce “que la seguridad humana en el Antropoceno debe ir más allá de proteger a las personas y sus comunidades, de forma que las instituciones y las políticas consideren sistemáticamente la interdependencia entre todas las personas y entre estas y el planeta”. (Puede interesarle: ¿Quiere cambiarse de EPS? Paso a paso del Minsalud para hacerlo)
El informe concluye que “para que toda persona viva sin temor, sin miseria, sin ansiedad y con dignidad” se deben desplegar el empoderamiento, la protección y la solidaridad.
Esta mañana el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó el informe Las nuevas amenazas para la seguridad humana en el Antropoceno exigen una mayor solidaridad, un documento en el que se resaltan los principales retos y riesgos a los que nos enfrentamos los humanos, un panorama que la pandemia por coronavirus agravó en todos los países.
Sin embargo, el informe destaca lo paradójico de esta situación. Resalta que, antes de que la pandemia comenzara, el mundo gozaba de los más altos niveles de Índice de Desarrollo Humano (IDH), y la humanidad gozaba de mejor calidad y esperanza de vida, así como de mayor riqueza y salud. “Sin embargo, bajo la superficie, comenzaba a tomar forma una sensación de inseguridad”, dice el documento. (Puede leer: Sudáfrica fabrica una vacuna para el covid-19 usando la secuencia de Moderna)
Y es que seis de cada siete personas en el mundo se sentían inseguras, con datos recolectados antes de que iniciara la pandemia, un fenómeno que seguramente profundizó la sensación, afirma el documento. Si bien en los países con IDH bajo y mediano la cantidad de personas que manifestaban sentirse inseguras era mayor que en los países con IDH alto y muy alto, el PNUD afirma que la incertidumbre generalizada ya se percibe en todos los países del mundo.
Pero la emergencia sanitaria provocada por el covid-19 tuvo otra serie de impactos considerables en el mundo. Además de una caída en la esperanza de vida al nacer, el IDH tuvo un descenso sin precedentes en las décadas recientes: perdió unos cinco años de progreso, según modelos de simulación utilizados por la ONU.
Las principales amenazas a las que se enfrenta la humanidad están relacionadas con la inseguridad alimentaria, el cambio climático, el desplazamiento forzado, la violencia contra las mujeres y las niñas, los riesgos de las tecnologías digitales, los conflictos armados, la intolerancia a la diversidad sexual y de género y la inequidad en la acceso a la salud. (Le puede interesar: Covid-19: Chile comienza la vacunación con cuarta dosis en mayores de 55 años)
Algunas de las estimaciones presentadas en el informe aseguran que, mientras en el 2020 unas 800 millones de personas padecían hambre, actualmente podrían ser 2.400 millones las personas que sufren inseguridad alimentaria. La crisis climática podría causarle la muerte a 40 millones de personas, principalmente en países en desarrollo, de aquí a finales del siglo. El cambio climático también podría tener un impacto sobre el desplazamiento forzado, el cual se duplicó en la última década y alcanzó el año pasado una cifra récord de 82,4 millones de personas desplazadas.
Respecto a las mujeres y las niñas, el documento entrega cifras alarmantes: cada 11 minutos una mujer es víctima de feminicidio, de los cuales se reportaron 47.000 en el 2020. Los conflictos armados también preocupan pues 1200 millones de personas viven en zonas afectadas por estos y poco más de la mitad residen en entornos frágiles. El informe también hace un llamado sobre la comunidad LGBTI: “en el 87 % de los 193 países miembros de la ONU estas personas no tienen derecho al reconocimiento de su identidad ni a la plena ciudadanía”. (También puede leer: Población migrante recibirá tratamientos para VIH)
Solidaridad para hacerle frente a las amenazas
Ante el desolador y preocupante panorama que presentan las estimaciones de la ONU, la organización “aboga por ampliar el marco de seguridad humana frente a una nueva generación de amenazas interconectadas que están surgiendo en el nuevo contexto del Antropoceno”. En concreto, proponen añadir la solidaridad a las estrategias de seguridad humana.
Según la ONU, la solidaridad reconoce “que la seguridad humana en el Antropoceno debe ir más allá de proteger a las personas y sus comunidades, de forma que las instituciones y las políticas consideren sistemáticamente la interdependencia entre todas las personas y entre estas y el planeta”. (Puede interesarle: ¿Quiere cambiarse de EPS? Paso a paso del Minsalud para hacerlo)
El informe concluye que “para que toda persona viva sin temor, sin miseria, sin ansiedad y con dignidad” se deben desplegar el empoderamiento, la protección y la solidaridad.