Si esta semana el Senado no agenda la “ley de la comida chatarra” para debatirla, se hundirá
Esta ley, que busca poner un etiquetado más claro a los alimentos ultra procesados y así evitar su consumo, puede hundirse en su recta final. Organizaciones que la impulsan piden a Arturo Char, presidente del Senado, que no aplace su discusión.
A pesar de que la llamada “Ley de comida chatarra” logró llegar a la recta final en el Congreso, está a punto de hundirse. Este proyecto, que busca que los alimentos ultra procesados tengan un etiquetado más claro, no ha sido agendado para discutir en la plenaria del Senado. Si no se discute antes del 20 de junio será archivado por falta de trámite.
“Ojo, acaban de publicar el orden del día de la plenaria del Senado de mañana (este martes) y adivinen: no agendaron el proyecto de ley de etiquetado. Se agotan los tiempos y quieren que se hunda. ¿Por qué no dejan que se debata?”, escribió en su cuenta de Twitter el senador Juan Luis Castro Córdoba, uno de sus promotores. (Lea Sellos octagonales, efectivos para evitar comprar comida chatarra)
De hecho, RedPapaz, una de las organizaciones que ha promovido ese proyecto de ley, también está impulsando la firma de una carta al presidente del Senado, Arturo Char, para que incluya en su agenda el debate.
“El Proyecto de Ley 347 de 2020 - #LeyComidaChatarra busca establecer que las bebidas y comestibles ultraprocesados tengan sellos frontales de advertencia que nos informen si el producto contiene edulcorantes o exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas. Esta propuesta es una medida que protege el derecho a la salud y a la información de todos y todas, privilegiando los derechos de niñas, niños y adolescentes. Así mismo, incide en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles asociadas al consumo de estos productos, como la diabetes tipo 2 o la hipertensión”, señalan en la misiva.
“En sus manos”, le escriben a Char, “está un paso muy importante que le falta a este proyecto para convertirse en Ley de la República”.
“Ya salió la citación de plenaria de Senado (…) y no está incluido nuestro proyecto de Ley de Comida Chatarra”, apuntó, por su parte, el representante Mauricio Toro, de la Alianza Verde, al tiempo que invitó a Char a agendar en el orden del día el debate de la iniciativa, pues, es él quien tiene el poder para decidir, de manera autónoma, a qué se le da prioridad en la plenaria para la discusión.
El Espectador trató de comunicarse con Arturo Char para conocer las razones por las cuales aún no agenda el proyecto, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
¿Qué busca el proyecto de ley?
La idea de ese proyecto de ley, como ya lo ha contado este diario, es que esos alimentos cuenten con sellos que especifiquen de manera clara si tienen exceso de azúcares, de sodio, de grasas saturadas o de edulcorantes.
Entre otras cosas, busca “implementar un etiquetado frontal donde se incorpore un sello de advertencia, que deberá ser de alto impacto preventivo, claro, visible, legible, de fácil identificación y comprensión para los consumidores, con mensajes inequívocos que adviertan al consumidor de los contenidos excesivos de nutrientes críticos”.
El propósito, en el fondo, es reducir el consumo de estos productos, cuyo consumo está relacionado con graves enfermedades como la obesidad. De hecho, en Colombia, el 21,5% de los hogares consume alimentos ultraprocesados. Como asegura la Organización Panamericana de la Salud, en América el 44% de las muertes son causadas por enfermedades relacionadas con dietas poco saludables.
Para este organismo, “las advertencias nutricionales en el frente de los envases de los alimentos que advierten del contenido excesivo en grasas, azúcares y sal son la mejor manera de ayudar a las personas a evitar compras no saludables (...). Las tasas de sobrepeso y obesidad han explotado en las Américas”.
Inclusive, como le dijo a este diario hace unas semanas Fernando Ruiz, ministro de Salud, tener un etiquetado más claro es indispensable en Colombia. “Lo que la sociedad colombiana merece es un etiquetado claro, concreto, que muestre efectivamente los riesgos y las características de los productos. Lo más conveniente es un etiquetado claro que explique claramente a las personas y a las familias los contenidos y que, evidentemente, en una situación de obesidad en niños, es fundamental que haya transparencia y claridad en eso. Esto contribuye a las familias, a la industria y a veces hay un debate inane sobre un tema que no debería generar tanta controversia sino tener la generosidad de proteger a nuestra población infantil”, aseguró.
A pesar de que la llamada “Ley de comida chatarra” logró llegar a la recta final en el Congreso, está a punto de hundirse. Este proyecto, que busca que los alimentos ultra procesados tengan un etiquetado más claro, no ha sido agendado para discutir en la plenaria del Senado. Si no se discute antes del 20 de junio será archivado por falta de trámite.
“Ojo, acaban de publicar el orden del día de la plenaria del Senado de mañana (este martes) y adivinen: no agendaron el proyecto de ley de etiquetado. Se agotan los tiempos y quieren que se hunda. ¿Por qué no dejan que se debata?”, escribió en su cuenta de Twitter el senador Juan Luis Castro Córdoba, uno de sus promotores. (Lea Sellos octagonales, efectivos para evitar comprar comida chatarra)
De hecho, RedPapaz, una de las organizaciones que ha promovido ese proyecto de ley, también está impulsando la firma de una carta al presidente del Senado, Arturo Char, para que incluya en su agenda el debate.
“El Proyecto de Ley 347 de 2020 - #LeyComidaChatarra busca establecer que las bebidas y comestibles ultraprocesados tengan sellos frontales de advertencia que nos informen si el producto contiene edulcorantes o exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas. Esta propuesta es una medida que protege el derecho a la salud y a la información de todos y todas, privilegiando los derechos de niñas, niños y adolescentes. Así mismo, incide en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles asociadas al consumo de estos productos, como la diabetes tipo 2 o la hipertensión”, señalan en la misiva.
“En sus manos”, le escriben a Char, “está un paso muy importante que le falta a este proyecto para convertirse en Ley de la República”.
“Ya salió la citación de plenaria de Senado (…) y no está incluido nuestro proyecto de Ley de Comida Chatarra”, apuntó, por su parte, el representante Mauricio Toro, de la Alianza Verde, al tiempo que invitó a Char a agendar en el orden del día el debate de la iniciativa, pues, es él quien tiene el poder para decidir, de manera autónoma, a qué se le da prioridad en la plenaria para la discusión.
El Espectador trató de comunicarse con Arturo Char para conocer las razones por las cuales aún no agenda el proyecto, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
¿Qué busca el proyecto de ley?
La idea de ese proyecto de ley, como ya lo ha contado este diario, es que esos alimentos cuenten con sellos que especifiquen de manera clara si tienen exceso de azúcares, de sodio, de grasas saturadas o de edulcorantes.
Entre otras cosas, busca “implementar un etiquetado frontal donde se incorpore un sello de advertencia, que deberá ser de alto impacto preventivo, claro, visible, legible, de fácil identificación y comprensión para los consumidores, con mensajes inequívocos que adviertan al consumidor de los contenidos excesivos de nutrientes críticos”.
El propósito, en el fondo, es reducir el consumo de estos productos, cuyo consumo está relacionado con graves enfermedades como la obesidad. De hecho, en Colombia, el 21,5% de los hogares consume alimentos ultraprocesados. Como asegura la Organización Panamericana de la Salud, en América el 44% de las muertes son causadas por enfermedades relacionadas con dietas poco saludables.
Para este organismo, “las advertencias nutricionales en el frente de los envases de los alimentos que advierten del contenido excesivo en grasas, azúcares y sal son la mejor manera de ayudar a las personas a evitar compras no saludables (...). Las tasas de sobrepeso y obesidad han explotado en las Américas”.
Inclusive, como le dijo a este diario hace unas semanas Fernando Ruiz, ministro de Salud, tener un etiquetado más claro es indispensable en Colombia. “Lo que la sociedad colombiana merece es un etiquetado claro, concreto, que muestre efectivamente los riesgos y las características de los productos. Lo más conveniente es un etiquetado claro que explique claramente a las personas y a las familias los contenidos y que, evidentemente, en una situación de obesidad en niños, es fundamental que haya transparencia y claridad en eso. Esto contribuye a las familias, a la industria y a veces hay un debate inane sobre un tema que no debería generar tanta controversia sino tener la generosidad de proteger a nuestra población infantil”, aseguró.