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Durante los últimos días el tema de la lactancia materna ha vuelto a aparecer en nuestras conversaciones y en redes sociales. La razón detrás de esto es que la periodista Paola Ochoa se ha pronunciado en varios medios afirmando que los sustitutos de la leche materna son más nutritivos a partir de los tres meses y que “los negocios y pediatras adoctrinan con la idea de que la leche materna es el único alimento permitido durante los 6 primeros meses de vida”.
Buscando evitar mayor desinformación, el Colegio Colombiano de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (COLGAHNP) y la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), emitieron un comunicado afirmando que no existe “evidencia científica que demuestre que los sucedáneos de la leche materna tengan beneficios superiores para la salud infantil comparados con la lactancia materna”. (También puede leer: Banco con leche materna de Bogotá ha recolectado más de 1.100 litros entre 2018 y 2019)
Las sociedades científicas también rechazan los pronunciamientos de Ochoa, ya que “atentan contra la salud pública y van en contravía con las disposiciones de entes nacionales e internacionales como el Ministerio de Salud y Protección Social, la Organización Mundial de la Salud, Unicef, el Consejo Internacional de Lactancia Materna, así como de diversas sociedades científicas a nivel mundial”.
En el 2016 la revista The Lancet, una de las más reconocidas en temas médicos, publicó toda una serie sobre la evidencia que se había encontrado durante las últimas tres décadas sobre los beneficios de la lactancia materna tanto para los bebés como para las madres. “Para las mujeres que amamantan, la lactancia brinda protección contra el cáncer de mama y mejora el espaciamiento de los nacimientos, y también podría proteger contra el cáncer de ovario y la diabetes tipo 2. La ampliación de la lactancia materna a un nivel casi universal podría prevenir 823 000 muertes anuales de niños menores de 5 años y 20 000 muertes anuales por cáncer de mama”, concluye el primer artículo de la serie.
“La comercialización de sucedáneos de la leche materna afecta negativamente a la lactancia materna: las ventas mundiales en 2014 fueron de $ 44.8 mil millones de dólares, lo que muestra el gran reclamo competitivo de la industria sobre la alimentación infantil. No amamantar se asocia con una menor inteligencia y pérdidas económicas de alrededor de $ 302 mil millones de dólares anuales o 0,49% del ingreso nacional bruto mundial”, señala un segundo artículo que explora las implicaciones económicas de no amamantar. (Le puede interesar: Lactancia, un “negocio” que les quieren robar a las madres)
En días anteriores la SCP ya había enviado un primer comunicado enumerando los beneficios de la lactancia materna exclusiva. (Le sugerimos: La lactancia en pandemia ¿Qué deben hacer las madres?
1. Es la primera inmunización de un niño, proporcionando protección contra infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas y otras patologías potencialmente mortales.
2. La lactancia materna exclusiva también tiene un efecto protector contra la obesidad y diabetes tipo I y II.
3. Protege contra la ocurrencia de alergias.
4. Evita la maloclusión.
5. Protege contra la aparición de ciertas enfermedades no transmisibles de aparición tardía.
6. Se ha asociado con un aumento de inteligencia, al incrementar el coeficiente intelectual de los niños que son amamantados de forma exclusiva.
7. Igualmente, brinda beneficios a la salud materna: protege a las madres lactantes contra el cáncer de mama y mejora el espaciamiento entre los nacimientos, y también podría proteger contra el cáncer de ovario y la diabetes tipo II.