Sura quiere producir vacunas en Colombia. Así es como piensa hacerlo
Ayer el Grupo Sura anunció la creación de VaxThera, una empresa que le apostará al desarrollo de biológicos. Invertirá US$54 millones para crear una planta que le permita empezar a involucrarse en ese negocio que Colombia abandonó hace dos décadas.
Sergio Silva Numa
@SergioSilva03
Desde que fue declarada la pandemia y fueron anunciados varios proyectos de vacunas, uno de los puntos que quedó en evidencia fue la inexistente capacidad de Colombia para producir biológicos para humanos. Aunque alguna vez lo hizo, a través del Instituto Nacional de Salud, hace ya dos décadas que depende de la producción extranjera. Cómo reactivar esa capacidad ha sido uno de los interrogantes que más se discuten en los últimos meses. (Lea: Seguros Sura presenta VaxThera, una empresa que desarrollará vacunas en Colombia)
Pese a que la Alcaldía de Bogotá y Vecol, una compañía que hoy produce vacunas veterinarias, han anunciado su interés en empezar a participar en ese mercado, el Grupo Sura se adelantó e hizo ayer un anuncio que cogió por sorpresa a muchos: la creación de VaxThera, una empresa de biotecnología que espera involucrarse en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19.
Su presidente, Juan David Escobar, dijo que invertirán, inicialmente, US$54 millones para construir una planta de 35.000 m2. Allí esperan empezar con el proceso de fill and finish (envasado y llenado) y, poco a poco, involucrarse en el desarrollo de otros biológicos. Ya tienen algunas enfermedades en la mira, como el dengue o el zika, pero aún falta mucho camino por recorrer.
Al frente del proceso está Jorge Emilio Osorio Benítez, veterinario de la U. de Antioquia y PhD de la U. de Wisconsin, donde es profesor del Departamento de Ciencias Patobiológicas. Ha trabajado en varias compañías, como Inviragen o Takeda, que han tratado de desarrollar vacunas. Ahora será el presidente de VaxThera.
¿Cómo llega usted a ese cargo? ¿Cuándo empiezan las conversaciones para comenzar este proyecto?
Soy profesor de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos. He trabajado en el desarrollo de vacunas por varias décadas. Cuando inició la pandemia sabíamos que iba a ser un problema a largo plazo y que necesitábamos una vacuna que fuera universal, que nos protegiera contra las diferentes variantes del coronavirus. Tenía un proyecto de diseño de vacuna y, a través de contactos, tuve acercamientos con Sura. Ellos estaban interesados en financiar el proyecto y pusieron a disposición un gran grupo de trabajo. En octubre de 2020, Juan David Escobar (presidente de Sura), me sugirió que montáramos algo más grande, porque el país tiene una necesidad enorme en términos de biológicos. Entonces hicimos un plan que incluiría varias áreas de trabajo. Una, por ejemplo, enfocada en el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 y otra centrada en mirar las necesidades de biológicos en países extranjeros. También analizamos la necesidad de formación científica para poder empezar un proyecto de biotecnología. Hemos trabajado de manera silenciosa por más de ocho meses y hemos tenido apoyo de diferentes frentes: estudios de mercadeo, producción, logística, talento humano, parte legal y parte financiera. Lo que presentamos es el fruto de todo eso. Con el Ministerio de Salud empezamos a hablar en febrero. Uno de los puntos en los que nos centramos fue en la búsqueda de seguridad sanitaria.
Ustedes dicen que están desarrollando una vacuna contra el COVID-19. ¿En qué etapa está, específicamente?
Está en fase preclínica, que es donde se hacen estudios en laboratorio y otras especies para demostrar que la vacuna protege y que es segura. Ayer tuvimos una noticia muy alentadora: protege contra este coronavirus y podría proteger contra otras variantes. Con eso podemos ir preparándonos para comenzar el proceso regulatorio: preparar documentos ante el Invima y la FDA para obtener los permisos para llevar a cabo un ensayo clínico. Si todo sale bien, esperamos tener una vacuna para 2023. La idea es que sea una vacuna de refuerzo, porque probablemente vamos a necesitarlo.
¿En qué tecnología se basa esa vacuna?
Es de vector viral. Es bastante segura. Ya hay vacunas comerciales que se basan en esa misma tecnología y son bastante buenas. (Puede leer: Vacunas anticovid para empresas: esto costaría vacunar a cada trabajador)
Ustedes también aseguran que están adelantando el desarrollo de vacunas contra el dengue, chikungunya, fiebre amarilla, influenza y zika. ¿Hay algún estudio clínico en marcha?
Hemos publicado información sobre el desarrollo de vacunas en fase preclínica. Una vez empecemos a montar la estructura de la empresa, podremos iniciar el proceso de desarrollo. La diferencia con la del COVID-19 es que, como estamos en medio de una emergencia, la aprobación de la del coronavirus es más rápida. Una para el zika, por el contrario, requiere todos los estudios clínicos y es un proceso que toma mucho más tiempo. Ya participé en la del dengue que está probando Takeda y que está en fase 3.
Piensan construir una planta de 35.000 metros cuadrados para llevar a cabo esos propósitos. ¿Qué detalles nos puede adelantar?
Una planta para la producción de vacunas tiene muchos más detalles que otras para producir medicamentos. En este caso, estamos siendo asesorados por expertos de India que han diseñado plantas tanto en su país como para otras empresas. Llevamos 5 o 6 meses trabajando con ellos. La planta va a tener diferentes unidades. Vamos a tener el fill and finish, donde esperamos producir 100 millones de viales. Estamos trabajando con otras compañías que ya tienen equipos de alta calidad para poder traerlos a Colombia. También, claro, vamos a tener una unidad de control de calidad, de prueba de potencia, espacios de bodega y almacenamiento, y a medida que avancemos tendremos las unidades de producción de vacunas.
¿Qué tipo de tecnología piensan desarrollar?
Cultivos celulares, vacunas antivirales, de tipo celular. La vamos a hacer por fases. Inicialmente vamos a tener área de envasado donde, inicialmente, vamos a traer materia prima aprobada en el mercado mundial para envasarla en Colombia. Luego entraremos en la fase de producción.
¿Quién o qué empresa se va a encargar de hacer la transferencia de tecnología?
Hay varias compañías que han visto una gran oportunidad en América Latina. Es un mercado enorme de 650 millones de habitantes, donde solo hay dos plantas de producción: Brasil y Argentina. Hay muchas necesidades de vacunas en la región. Queremos trabajar para tener impacto y para que Colombia sea independiente en la producción de vacunas. (Lea también: Premios Princesa de Asturias para los investigadores de las vacunas del COVID-19)
Parte de las vacunas que hoy compra Colombia las negocia a través del fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ofrece muy buenos precios. En estas condiciones, ¿es un mercado rentable? ¿Cómo hacerlo sostenible?
Claro que puede ser rentable. Es cierto que muchos de nuestros países compran a través de la OPS y sus precios son bajos. Pero podemos llegar a ese mercado competitivo. Ahora, no solo hay que mirar el precio de las vacunas, sino su valor: ¿Cuántas vidas podemos salvar con ese biológico? Lo que buscamos es que más población tenga acceso a vacunas.
Ustedes ya hablaron con el Gobierno colombiano. ¿Será, entonces, uno de sus posibles compradores?
Existe la posibilidad de que VaxThera produzca las vacunas del Plan Ampliado de Inmunización (PAI). Desde febrero hablamos con ellos y ya tenemos el listado de las vacunas que más le interesan al Ministerio de Salud. La idea es que el Gobierno sea aliado nuestro. Es importante. Nosotros le apuntamos a un mercado público y privado. Varias empresas y entidades han manifestado su interés en participar en la producción de biológicos.
Ustedes, ahora, ya mostraron sus cartas. Pero, ¿han conversado con esos otros actores?
He estado en varios paneles de discusión con ellos. Siempre ha habido interés de trabajar con otras entidades e instituciones interesadas en esto. Es un problema nacional y regional. Claro que estamos dispuestos a hablar con ellos. Pero hay que aclarar que para empezar una empresa de producción de este tipo se requiere una inversión muy grande. Nosotros, en la primera fase, vamos a invertir US$54 millones. Una planta puede valer mucho más que eso.
Eso quiere decir que, por el momento, el grupo está compuesto por Sura…
Sí, es Sura, porque tiene el factor financiero y toda la infraestructura para llevarlo a cabo. Es una empresa de mucha trayectoria, con presencia en 11 países de la región. (Podría leer: Esto es lo que se sabe, hasta el momento, sobre las vacunas de refuerzo contra el coronavirus)
Desde que fue declarada la pandemia y fueron anunciados varios proyectos de vacunas, uno de los puntos que quedó en evidencia fue la inexistente capacidad de Colombia para producir biológicos para humanos. Aunque alguna vez lo hizo, a través del Instituto Nacional de Salud, hace ya dos décadas que depende de la producción extranjera. Cómo reactivar esa capacidad ha sido uno de los interrogantes que más se discuten en los últimos meses. (Lea: Seguros Sura presenta VaxThera, una empresa que desarrollará vacunas en Colombia)
Pese a que la Alcaldía de Bogotá y Vecol, una compañía que hoy produce vacunas veterinarias, han anunciado su interés en empezar a participar en ese mercado, el Grupo Sura se adelantó e hizo ayer un anuncio que cogió por sorpresa a muchos: la creación de VaxThera, una empresa de biotecnología que espera involucrarse en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19.
Su presidente, Juan David Escobar, dijo que invertirán, inicialmente, US$54 millones para construir una planta de 35.000 m2. Allí esperan empezar con el proceso de fill and finish (envasado y llenado) y, poco a poco, involucrarse en el desarrollo de otros biológicos. Ya tienen algunas enfermedades en la mira, como el dengue o el zika, pero aún falta mucho camino por recorrer.
Al frente del proceso está Jorge Emilio Osorio Benítez, veterinario de la U. de Antioquia y PhD de la U. de Wisconsin, donde es profesor del Departamento de Ciencias Patobiológicas. Ha trabajado en varias compañías, como Inviragen o Takeda, que han tratado de desarrollar vacunas. Ahora será el presidente de VaxThera.
¿Cómo llega usted a ese cargo? ¿Cuándo empiezan las conversaciones para comenzar este proyecto?
Soy profesor de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos. He trabajado en el desarrollo de vacunas por varias décadas. Cuando inició la pandemia sabíamos que iba a ser un problema a largo plazo y que necesitábamos una vacuna que fuera universal, que nos protegiera contra las diferentes variantes del coronavirus. Tenía un proyecto de diseño de vacuna y, a través de contactos, tuve acercamientos con Sura. Ellos estaban interesados en financiar el proyecto y pusieron a disposición un gran grupo de trabajo. En octubre de 2020, Juan David Escobar (presidente de Sura), me sugirió que montáramos algo más grande, porque el país tiene una necesidad enorme en términos de biológicos. Entonces hicimos un plan que incluiría varias áreas de trabajo. Una, por ejemplo, enfocada en el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 y otra centrada en mirar las necesidades de biológicos en países extranjeros. También analizamos la necesidad de formación científica para poder empezar un proyecto de biotecnología. Hemos trabajado de manera silenciosa por más de ocho meses y hemos tenido apoyo de diferentes frentes: estudios de mercadeo, producción, logística, talento humano, parte legal y parte financiera. Lo que presentamos es el fruto de todo eso. Con el Ministerio de Salud empezamos a hablar en febrero. Uno de los puntos en los que nos centramos fue en la búsqueda de seguridad sanitaria.
Ustedes dicen que están desarrollando una vacuna contra el COVID-19. ¿En qué etapa está, específicamente?
Está en fase preclínica, que es donde se hacen estudios en laboratorio y otras especies para demostrar que la vacuna protege y que es segura. Ayer tuvimos una noticia muy alentadora: protege contra este coronavirus y podría proteger contra otras variantes. Con eso podemos ir preparándonos para comenzar el proceso regulatorio: preparar documentos ante el Invima y la FDA para obtener los permisos para llevar a cabo un ensayo clínico. Si todo sale bien, esperamos tener una vacuna para 2023. La idea es que sea una vacuna de refuerzo, porque probablemente vamos a necesitarlo.
¿En qué tecnología se basa esa vacuna?
Es de vector viral. Es bastante segura. Ya hay vacunas comerciales que se basan en esa misma tecnología y son bastante buenas. (Puede leer: Vacunas anticovid para empresas: esto costaría vacunar a cada trabajador)
Ustedes también aseguran que están adelantando el desarrollo de vacunas contra el dengue, chikungunya, fiebre amarilla, influenza y zika. ¿Hay algún estudio clínico en marcha?
Hemos publicado información sobre el desarrollo de vacunas en fase preclínica. Una vez empecemos a montar la estructura de la empresa, podremos iniciar el proceso de desarrollo. La diferencia con la del COVID-19 es que, como estamos en medio de una emergencia, la aprobación de la del coronavirus es más rápida. Una para el zika, por el contrario, requiere todos los estudios clínicos y es un proceso que toma mucho más tiempo. Ya participé en la del dengue que está probando Takeda y que está en fase 3.
Piensan construir una planta de 35.000 metros cuadrados para llevar a cabo esos propósitos. ¿Qué detalles nos puede adelantar?
Una planta para la producción de vacunas tiene muchos más detalles que otras para producir medicamentos. En este caso, estamos siendo asesorados por expertos de India que han diseñado plantas tanto en su país como para otras empresas. Llevamos 5 o 6 meses trabajando con ellos. La planta va a tener diferentes unidades. Vamos a tener el fill and finish, donde esperamos producir 100 millones de viales. Estamos trabajando con otras compañías que ya tienen equipos de alta calidad para poder traerlos a Colombia. También, claro, vamos a tener una unidad de control de calidad, de prueba de potencia, espacios de bodega y almacenamiento, y a medida que avancemos tendremos las unidades de producción de vacunas.
¿Qué tipo de tecnología piensan desarrollar?
Cultivos celulares, vacunas antivirales, de tipo celular. La vamos a hacer por fases. Inicialmente vamos a tener área de envasado donde, inicialmente, vamos a traer materia prima aprobada en el mercado mundial para envasarla en Colombia. Luego entraremos en la fase de producción.
¿Quién o qué empresa se va a encargar de hacer la transferencia de tecnología?
Hay varias compañías que han visto una gran oportunidad en América Latina. Es un mercado enorme de 650 millones de habitantes, donde solo hay dos plantas de producción: Brasil y Argentina. Hay muchas necesidades de vacunas en la región. Queremos trabajar para tener impacto y para que Colombia sea independiente en la producción de vacunas. (Lea también: Premios Princesa de Asturias para los investigadores de las vacunas del COVID-19)
Parte de las vacunas que hoy compra Colombia las negocia a través del fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ofrece muy buenos precios. En estas condiciones, ¿es un mercado rentable? ¿Cómo hacerlo sostenible?
Claro que puede ser rentable. Es cierto que muchos de nuestros países compran a través de la OPS y sus precios son bajos. Pero podemos llegar a ese mercado competitivo. Ahora, no solo hay que mirar el precio de las vacunas, sino su valor: ¿Cuántas vidas podemos salvar con ese biológico? Lo que buscamos es que más población tenga acceso a vacunas.
Ustedes ya hablaron con el Gobierno colombiano. ¿Será, entonces, uno de sus posibles compradores?
Existe la posibilidad de que VaxThera produzca las vacunas del Plan Ampliado de Inmunización (PAI). Desde febrero hablamos con ellos y ya tenemos el listado de las vacunas que más le interesan al Ministerio de Salud. La idea es que el Gobierno sea aliado nuestro. Es importante. Nosotros le apuntamos a un mercado público y privado. Varias empresas y entidades han manifestado su interés en participar en la producción de biológicos.
Ustedes, ahora, ya mostraron sus cartas. Pero, ¿han conversado con esos otros actores?
He estado en varios paneles de discusión con ellos. Siempre ha habido interés de trabajar con otras entidades e instituciones interesadas en esto. Es un problema nacional y regional. Claro que estamos dispuestos a hablar con ellos. Pero hay que aclarar que para empezar una empresa de producción de este tipo se requiere una inversión muy grande. Nosotros, en la primera fase, vamos a invertir US$54 millones. Una planta puede valer mucho más que eso.
Eso quiere decir que, por el momento, el grupo está compuesto por Sura…
Sí, es Sura, porque tiene el factor financiero y toda la infraestructura para llevarlo a cabo. Es una empresa de mucha trayectoria, con presencia en 11 países de la región. (Podría leer: Esto es lo que se sabe, hasta el momento, sobre las vacunas de refuerzo contra el coronavirus)