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Comenzaron los cambios en el Congreso al articulado de la segunda ponencia de la reforma tributaria. Durante esta semana una de las determinaciones que más críticas había recibido era la posibilidad de que los productos panaderos (como el pan) fueran gravados en el marco de los impuestos a los ultraprocesados. Este martes la bancada del Partido Verde propuso eliminar esa posibilidad, algo que, señalaron, fue aceptado por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.
El acuerdo, anunciado por la congresista verde Katherine Miranda, tendrá que ser votado hacia el final del día (como todo el articulado), pero todo apunta a que será una realidad. Ya existe un acuerdo político sobre el tema en las plenarias del Congreso. Siendo así, la partida arancelaria 19.05 que define lo que son “productos de panadería, pastelería o galletería” se eliminará de la lista de productos y/o alimentos ultraprocesados que comenzarán a ser gravados con un impuesto del 10% en 2023, un 15% en 2024 y un 20% en 2025, en el marco de los llamados impuestos saludables.
Puede ver: Los puntos que debe tener en cuenta sobre el impuesto al pan
A pesar de que todo indica que ya no pasará en Colombia, gravar algunos tipos de panadería no es una idea nueva en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando desde 2015 que el consumo de alimentos y productos ultraprocesados (entre los que el organismo incluye las galletas, el pan blanco o las bebidas azucaradas) se asocia con el aumento de peso en los adultos.
“Estos alimentos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales”, alertó entonces la entidad en un informe titulado “Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas”.
En Colombia el impuesto a los productos de panadería no establecía gravar a todo tipo de pan. La reforma señalaba que solo pagarían impuestos los productos que indicaran en su tabla nutricional 300 miligramos (mg) o más de sodio por cada 100 gramos. También se incluían a los alimentos cuyo 10 % o más de su energía proviniera de azúcares libres o de grasas saturadas. Tampoco era del todo cierto que todas las panaderías tendrían que pagar esto, pues el proyecto señalaba que solo estarían sujetos a él aquellos establecimientos que tuvieran ventas por alrededor de $380 millones.
Por todas estas razones, el ministro Ocampo señalaba que el impuesto apuntaba a los productos industriales y no tanto a la panadería de barrio. La segunda ponencia de la reforma se sigue discutiendo en el Congreso y el resto de los productos y de impuestos, por ejemplo, a las bebidas azucaras, siguen su curso. Se espera que este martes en las horas de la noche termine la votación.