Todo lo que tiene que saber del linaje JN.1 de covid-19 en Colombia
La evolución constante del SARS-CoV-2, responsable del coronavirus, sigue siendo observada atentamente por los científicos, describiendo nuevos linajes como JN.1, derivado de la variante ómicron. A pesar de su mejor capacidad de transmisión, los expertos aseguran que no ha alterado la gravedad de la enfermedad.
Juan Diego Quiceno
“Estamos viendo la evolución de un virus en vivo”. Así comienza la conversación el inmunólogo John Mario González, coordinador del Laboratorio de Ciencias Básicas Médicas de la U. de los Andes. El SARS-CoV-2 (el virus que produce el coronavirus) ha estado mutando desde su aparición, hace un par de años en China. En ocasiones anteriores hemos explicado en estas páginas la mecánica de esos cambios: cuando se replican, los virus hacen copias de sí mismos. A veces, las nuevas copias presentan pequeños cambios. Cuanto más circulan los virus, entonces, más susceptibles son de modificarse.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
“Estamos viendo la evolución de un virus en vivo”. Así comienza la conversación el inmunólogo John Mario González, coordinador del Laboratorio de Ciencias Básicas Médicas de la U. de los Andes. El SARS-CoV-2 (el virus que produce el coronavirus) ha estado mutando desde su aparición, hace un par de años en China. En ocasiones anteriores hemos explicado en estas páginas la mecánica de esos cambios: cuando se replican, los virus hacen copias de sí mismos. A veces, las nuevas copias presentan pequeños cambios. Cuanto más circulan los virus, entonces, más susceptibles son de modificarse.
Esas modificaciones pueden dar lugar a variantes del virus, es decir, a cambios lo suficientemente importantes como para que el virus se adapte mejor y tenga alteraciones en la transmisión (por ejemplo, puede propagarse más fácilmente) o en la gravedad (por ejemplo, puede provocar una enfermedad más grave). Algunos virus mutan rápidamente y otros lo hacen más despacio.
El virus SARS-CoV-2, que provoca covid-19, tiende a mutar más lentamente que otros, como por ejemplo el VIH o los virus gripales. Sin embargo, y desde que comenzó a hacerlo, la OMS ha estado atenta a esos cambios. De ahí viene la identificación reciente de JN.1 como un nuevo linaje.
Puede ver: No hay saturación de camas UCI por covid-19 en Colombia. No caiga en pánico
¿Por qué es linaje y no variante? Esto es un poco difícil de entender, pero es importante: JN.1 es descendiente de la subvariante BA.2.86 que, a su vez, es “hija” (por decirlo de algún modo) de la variante ómicron. No se complique mucho con los términos, lo que esto quiere decir es que el virus mutó a finales de 2021 en una variante que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó “ómicron” y, que, desde entonces, ha tenido otros cambios, aunque menores, que son los que provocaron la aparición de JN.1. “¿Qué es clave saber? Que este linaje ha demostrado, nuevamente, una mejor capacidad de transmitirse, pero sin cambios en la gravedad de la enfermedad”, detalla Carlos Arturo Álvarez, médico infectólogo y epidemiólogo que ha seguido y estudiado de cerca la evolución del SARS-CoV-2.
La variante ómicron es la dominante en todo el mundo, incluido Colombia. Pero lo es a través de varios de sus linajes o subvarientes. JN.1 es la última, pero antes hubo algunas más. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), la entidad que hace el seguimiento del comportamiento genómico del SARS-CoV-2, en nuestro país la subvariante de ómicron XBB.1.5 sigue siendo la mayoritaria, seguida de EG.5.x y, por último, de JN.1.
En Colombia, y pese a lo que se publicó en diversos medios de comunicación, no hay evidencia de que la aparición de JN.1 está asociada a un aumento de casos graves de covid-19. De lo que sí hay certeza es de un contexto epidemiológico que debe ser visto con cuidado y que no solo se reduce al covid-19.
Pico respiratorio
Todos los años, entre diciembre y enero, el país vive lo que el INS llama un “pico respiratorio”. Lo que quiere decir esto es que durante estos meses circulan en el país varios virus respiratorios estacionales como lo son el sincitial respiratorio, el enterovirus, el rinovirus, adenovirus o influenza. Esto se da, según la entidad, por tres condiciones: mayor interacción social durante las fiestas, los fenómenos climáticos que estamos viviendo (como El Niño), y la afluencia de viajeros procedentes de Europa y Estados Unidos. Esto ha sido usual durante años anteriores y por eso por estos días es “usual” sentir que estamos rodeados de gente con gripa.
Puede ver: Invima cumple 17 meses sin director en propiedad: una ausencia que genera preocupación
Ese aumento de casos de enfermedades respiratorias también incluye al covid-19: en comparación con las cifras del 5 de noviembre al 2 de diciembre, cuando se registraron 1.066 casos de covid-19, para una incidencia del 2,36 por cada 100 mil habitantes, se ha evidenciado un incremento en el número de casos y en la incidencia de casos de esa enfermedad entre el 3 de diciembre al 30 de diciembre, con 1.647 casos notificados y una incidencia del 3,64% por cada 100 mil habitantes. “Este incremento, sin embargo, es un crecimiento estimado o esperado para esta época del año”, insisten desde el INS.
En Estados Unidos y en Europa están teniendo una situación similar, si bien con algunas diferencias clave. Tanto en el país norteamericano como en Europa están atravesando la temporada de invierno, caracterizada por bajas temperaturas, lluvias e incluso nieve, según la zona de estos territorios. Durante esas condiciones, sumado a las fiestas de fin de año y el turismo internacional, es común el aumento de infecciones respiratorias. Al contrario que en nuestro país, en Estados Unidos el linaje JN.1 es el de mayor circulación, representando (con corte al 5 de enero pasado) el 62 % de todas las variantes del virus circulando en ese país. Las autoridades allí señalan que es posible que sea responsable del aumento de los casos en ese país.
Sin embargo, la cantidad de hospitalizaciones por covid-19 en EE. UU. son un 22 % menos que las observadas el año pasado, y el porcentaje total de muertes asociadas a esa enfermedad es un 38 % más bajo, confirmando lo ya dicho: JN.1 se transmite más rápido, pero no es más grave que otras subvariantes.
En Colombia, contrario a la información que se difundió en diversos medios de comunicación, la ocupación de las camas UCI permanece sin grandes alteraciones durante las últimas semanas. El Ministerio de Salud reportó que, con corte al 8 de enero, hay una ocupación de un 65,4% de camas UCI pediátrica (587 camas de las 896 UCI disponibles) y de estas, la ocupación por covid-19 es de18 casos (9 confirmados y 9 sospechosos) que corresponde al 3,06%. Es decir, los casos por coronavirus son el 3,06% de todos los casos pediátricos que hoy están internados en una UCI.
En cuanto a las camas UCI de adultos, 7.510 camas disponibles. El 67% se encuentran ocupadas, pero de ellas, solo el 0,52% corresponden a casos por covid-19 (26 casos, 18 confirmados y 8 sospechosos). Pese a todo esto, y a que la situación no debe llevar al pánico, “sí resulta muy complejo el comportamiento que están teniendo las personas y la falta de proactividad que se nota en el Ministerio de Salud”, dice González.
Puede ver: El INS aclara que no hay un incremento inesperado en virus respiratorios
Percepción de riesgo
Durante la pandemia, los expertos hablaban de algo que llamaban “percepción del riesgo”. Se refiere a cómo las personas evalúan y comprenden los riesgos relacionados con situaciones, comportamientos o enfermedades que podrían afectar su bienestar físico, mental o emocional. Si una persona siente que algo lo puede afectar, toma medidas para evitar ese impacto negativo. Si no siente ese riesgo, tiende a no hacer nada. “Lo que está pasando es que las personas han reducido su percepción de riesgo frente al covid-19, creen que ya no existe, y eso lo que puede estar provocando es un aumento de infecciones”, dice Álvarez.
Se refiere a cosas tan sencillas como el uso de tapabocas. En Colombia su uso dejó de ser obligatorio hace mucho tiempo en espacios públicos, y recientemente el Gobierno expidió la resolución 2121 de finales de 2023, en donde también ordena que ya no sea obligatorio en centros de salud y geriátricos.
Dicha resolución establece que cada que cada institución podrá establecer las medidas que considere pertinentes. “Pero esta acción de autocuidado no debería estar mediada por una orden. Todo aquel que sienta que tiene síntomas de cualquier virus respiratorio, debería sentirse en la obligación de usar tapabocas y de los mínimos de cuidado con él y con los otros”, dice González.
Esto no solo por el covid-19, sino por la otra cantidad de virus respiratorios que están circulando. “Mantener los espacios ventilados, evitar las aglomeraciones en espacios cerrados o poco ventilados y acudir a los puntos de vacunación dispuestos por las secretarías de salud e IPS en todo el país, especialmente por parte de la población con mayor riesgo, es decir adultos mayores, niños menores de cinco años, personas con condiciones de salud especiales, personal de salud y gestantes”, agrega también el director general del INS, Giovanny Rubiano García. En este panorama de prevención, el papel del Ministerio de Salud es determinante.
Puede ver: El linaje JN.1 de covid-19 ya está en Colombia, pero no hay por qué alarmarse
“Creo que han faltado acciones. Deberíamos ser más agresivos con la campaña de prevención, comunicación y vacunación”, agrega el docente de la U. de los Andes. La Sociedad Colombiana de Pediatría, por ejemplo, le solicitó al Minsalud en una carta, entre otras cosas, implementar campañas informativas dirigidas a padres, educadores y estudiantes, además de “agilizar la consecución y distribución de vacunas monovalentes actualizadas contra el covid-19 que incluyan protección contra las variantes más recientes (…). Es vital que estas vacunas estén disponibles de manera oportuna para su administración antes del inicio de clases”.
En este punto es importante señalar algo: todas las vacunas disponibles en el país contra el covid-19, y aquellas que la mayoría de los colombianos ya nos aplicamos, siguen funcionando y siguen protegiendo del virus. Sin embargo, y como el virus ha evolucionado, los científicos también han hecho cambios en las vacunas. Como nos explicaba Manuel Tiberio Ayala Ávila, epidemiólogo y magíster en salud pública de la U. Javeriana, las primeras vacunas que se utilizaron estaban diseñadas contra el virus original. “Monovalentes” es como las llaman y significa que se hicieron a partir de la primera variante del virus.
Cuando los Gobiernos comenzaron a detectar los cambios en el virus, desarrollaron el otro “grupo” de vacunas, las bivalentes que, explica Ayala, ofrecen más cobertura que las monovalentes. Están hechas con base en la cepa de Wuhan y la mutación de ómicron. Desde agosto de 2022, la FDA (la agencia sanitaria de Estados Unidos), comenzó a aprobar las vacunas bivalentes contra el covid-19. Así lo hizo hasta el pasado 11 de septiembre, cuando volvió a modificar sus recomendaciones y autorizó solo la aplicación de una nueva vacuna monovalente, que corresponde únicamente al linaje de Ómicron XBB.1.5 del SARS-CoV-2.
¿Por qué la FDA hizo ese cambio? “Porque ahora sabemos que la protección contra la cepa de Wuhan ya no es importante, porque no circula”, responde Álvarez. “Ahora la recomendación que hace la OMS es producir y aplicar vacunas monovalentes con la variante más reciente. Entonces, hubo entonces una época de monovalentes (solo cepa de Wuhan), luego bivalentes (que era Wuhan más una mezcla de Ómicron), y ahora se recomienda solo monovalente, para no incluir Wuhan, y diseñarla solo con base en la subvariante de Ómicron XBB.1.5″, resume Álvarez. Esa es la variante que domina en el país y esa es la actualización de la vacuna que pide la organización pediátrica.
¿Qué ha hecho Colombia? El Invima le respondió a este periódico el pasado 23 de octubre que hay tres solicitudes de registro sanitario en curso en el país para vacunas bivalentes y monovalentes. Las bivalentes son de Pfizer y Moderna y protegen contra la cepa original de Wuhan y las subvariantes BA.4/BA.5 de Ómicron (que ya no se usan en EE. UU.). La única monovalente en proceso de registro es de Pfizer y corresponde a la subvariante de Ómicron XBB.1.5. Para esta última no ha habido autorización de emergencia.
Puede ver: Medellín lanza “plan de choque” para aliviar finanzas del Hospital General de la ciudad
En varios países de América Latina la aplicación de esta vacuna monovalente esta en curso. El caso más diciente es el de Chile, en donde estas dosis ya están disponibles desde septiembre de 2023.
👩⚕️📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre salud? Te invitamos a verlas en El Espectador.⚕️🩺