Francisco Augusto Giuseppe Rossi Buenaventura podría ser el próximo director del Invima. Su hoja de vida se subió finalizando este miércoles al Sistema de publicación de hojas de vida del Estado, para el cargo de “Director General de Entidad descentralizada Código 0015 Grado 25 - Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA)”. Este suele ser un paso indispensable y necesario para que una persona asuma un puesto en el Estado. Rossi, sin embargo, conoce bien la entidad.
En 2022 la entonces ministra Carolina Corcho lo eligió para ese cargo, en donde estuvo alrededor de ocho meses como director encargado. De hecho, antes de que Corcho lo nombrara en ese puesto, era su asesor de temas farmacéuticos. Rossi es especialista en epidemiología de la Facultad Nacional de Salud Pública de la U. de Antioquia y se desempeña, hasta ahora, como asesor senior de la Fundación Ifarma. Esta es una ONG que promueve el acceso a medicamentos y ha impulsado las licencias de interés público.
Rossi fue un crítico de los sucesivos encargos del Invima. “No está bien. Una institución de este calibre necesita la máxima atención y debería haber tenido desde el primer día, o rápidamente, una dirección concreta y bien definida. Es imperdonable que esto haya terminado de encargo en encargo, porque ningún encargado puede tomar decisiones de largo plazo”, nos dijo hace unos meses cuando lo consultamos.
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Como resaltan en su hoja de vida, Rossi ha sido funcionario del Instituto Nacional de Salud (INS) y del Ministerio de Salud, entidades en las que se enfocó en política farmacéutica. (Le puede interesar: A una mujer le extrajeron 55 pilas del estómago, la mayor cantidad conocida). En su paso como encargado de la entidad, defendió la necesidad de reabrir los llamados “mataderos” municipales (cuando el presidente lanzó la idea) y también la búsqueda de una reforma estructural de la institución.
“El Invima que tenemos es uno ajustado al de un país orientado a la apertura económica y al incremento de exportaciones. Nos hemos metido en la lógica de que los que hacen bien las cosas son los grandes industriales en medicamentos, alimentos, cosméticos y demás, de los países desarrollados, y que lo que nosotros tenemos que hacer es poner nuestras industrias a esa altura. La conclusión a la que hemos llegado es que, por supuesto, el origen de todas las regulaciones y reglamentaciones internacionales es la protección de la salud, pero no se sabe en qué momento la protección del consumidor le cede el paso a la protección de los grandes desarrollos industriales”, le dijo Rossi al El Espectador sobre esa reforma, hace unos meses.
También celebró la reciente decisión del Gobierno de declarar a Dolutegravir como de interés público (un medicamento clave en el tratamiento contra el VIH), una postura que además su fundación impulsó.
La interinidad del Invima (más de 18 meses sin un director en propiedad) había despertado críticas en todo el mundo de la salud e incluso al interior de esa institución. El pasado 22 de diciembre la agencia fue encargada por última vez. En esta ocasión, la elegida fue Yenny Adriana Pereira Oviedo, una persona que se venía desempeñando como asesora del Despacho del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. El anuncio despertó una ola de críticas externas, pero quizá la que más resaltó fue la crítica interna, liderada por los sindicatos del Invima. Sintrainvima, Sintraen SP, y Sintraentipuc rechazaron en una carta lo que llamaron una “dilación” por parte del Gobierno para “nombrar en forma definitiva al director general del Invima, lo cual demuestra un claro desinterés por la salud pública del país”.
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Rossi llega en un momento clave. La entidad está inmensa en un plan para agilizar los trámites de registros sanitarios represados al interior, en cumplimiento con una orden judicial que señala que eso es, en parte, causa del desabastecimiento de algunos medicamentos. Además, también asume justo en el momento donde es claro que la institución necesita recursos y cuando se plantea conversar con la industria.
El pasado 23 de enero, por ejemplo, en una comisión accidental desarrollada en el Congreso, la directora encargada fue clara en que el Invima necesita recursos: “Necesitamos presupuesto”. Detalló que la agencia tiene aprobado un monto de $257.000 millones de pesos para este año. De ellos, $163.000 millones son en funcionamiento, y poco más de $94.000 millones son en inversión. Según los estimativos que se han hecho al interior de la entidad, sin embargo, el Invima necesita unos $43.000 millones más solo en funcionamiento.
En lo que respecta a inversión, “el análisis que hemos hecho como entidad desde el punto de vista de procesos, capacidades, apuestas y necesidad de mejorar los trámites, mejorando aún más la oportunidad, nos hace requerir una inversión de $106.000 millones”, dijo la funcionaria. En total, el Invima requeriría pasar a un presupuesto de poco más de $407.000 millones de pesos. “Es necesario fortalecer las capacidades tecnologías, el desarrollo digital de tecnologías de la información, seguridad y privacidad, un tema que desde el año pasado hemos venido abordando como un aspecto critica y clave”, afirmó Pereira.
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Durante este mes, y hasta julio de este año, el Invima plantea la reunión con algunos de los gremios más importantes de la industria farmacéutica (como Ascif -Asociación Colombiana de la Industria Farmacéutica-, Asinfar -Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia-, Afidro -Asociación de laboratorios farmacéuticos de investigación y desarrollo- o Amcham -Cámara de Comercio Colombo Americana-) para, además de dar a conocer los avances sobre la agilización de trámites, “discutir temas que nos permitan generar acciones conjuntas para garantizar la disponibilidad de medicamentos”.
Con esta elección, Gustavo Petro sorprende al mundo de la salud, pues muchos esperaban, como le contaron varias personas cercanas al Congreso a El Espectador, que el Invima fuera un “as bajo la manga” del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, para hacer pasar la reforma en el Senado. Varias personas daban por hecho que la dirección del Invima sería para el Partido Liberal o para el partido de La U a cambio de su respaldo de la reforma, que deberá comenzar su trámite en la comisión séptima del senado en marzo.
La otra elección que sorprendió fue la del nuevo Superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, que viene de ser concejal en Bogotá por el partido Verde, aunque respaldó la candidatura de Gustavo Bolívar a la Alcaldía de Bogotá. De hecho, es muy cercano a la exministra Carolina Corcho y ha compartido varios escenarios con ella. Inclusive, ha respaldado y promovido la reforma a la salud en diferentes espacios.
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