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Un estudio revela pistas sobre el efecto social que tiene el suicidio de celebridades

Ha habido pocos intentos de modelar y cuantificar el “contagio” del suicidio. Una nueva investigación lo intenta. Publicada en Science, los autores proponen un sistema para tratar de entender ese efecto.

05 de agosto de 2024 - 05:07 p. m.
BOG02. BOGOTÁ (COLOMBIA), 11/08/2014.- Fotografía de archivo del 5 de diciembre de 2014 donde se ve al actor y comediante estadounidense Robin Williams posando en Sídney (Australia). El famoso actor de Hollywood Robin Williams fue hallado muerto el 11 de agosto de 2014, en su domicilio en el norte de California.
BOG02. BOGOTÁ (COLOMBIA), 11/08/2014.- Fotografía de archivo del 5 de diciembre de 2014 donde se ve al actor y comediante estadounidense Robin Williams posando en Sídney (Australia). El famoso actor de Hollywood Robin Williams fue hallado muerto el 11 de agosto de 2014, en su domicilio en el norte de California.
Foto: EFE - TRACEY NEARMY

La palabra “contagio” se suele usar para describir la transmisión de enfermedades infecciosas o la propagación de información, sin embargo, también se ha nombrado así al potencial efecto de “infección” que tiene el suicidio. Es decir, la proximidad o familiaridad con personas que han ideado, intentado o muerto por suicidio, puede inducir, en ciertos casos, la ideación o los intentos de suicidio entre individuos susceptibles. Aunque se trata de un fenómeno conocido, aún queda mucho por saber.

Ha habido pocos intentos de modelar y cuantificar el contagio del suicidio. Una nueva investigación lo intenta. Publicada en Science, los autores proponen un sistema en el que una parte de la población es susceptible de morir por suicidio después del suicidio índice (el primer caso); sin embargo, algunos, si no muchos, de estos individuos susceptibles, presumiblemente debido al apoyo o intervención de la comunidad, harán la transición a un estado no susceptible, es decir, inmune, antes de actuar sobre cualquier impulso suicida. También cuantificaron tres categorías de personas: las que no estaban pensando en el suicidio, las que estaban teniendo pensamientos suicidas y las que se habían suicidado en los últimos días.

En la investigación, se cuantifica las tasas de contagio de suicidio a escala nacional de Estados Unidos en respuesta a dos eventos de suicidio. Esos dos eventos involucraron a celebridades: Robin Williams en 2014 y Kate Spade y Anthony Bourdain, que ocurrieron con 3 días de diferencia en 2018.

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Se utilizaron dos registros de observación para el estudio. En primer lugar, el total de llamadas semanales a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio, actualmente conocida como la Línea Nacional de Suicidio y Crisis 988, se utilizó como una estimación de la ideación suicida. En segundo lugar, se utilizaron los datos de mortalidad en el Sistema Nacional de Estadísticas Vitales (NVSS), administrado por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Los dos eventos de celebridades tuvieron lugar, además, durante un período en el que las muertes por suicidio en EE. UU. aumentaron un 50% entre 2003 y 2020.

Ambos eventos de suicidio de celebridades fueron seguidos por un aumento pronunciado de las muertes por suicidio reportadas, dicen los investigadores. Por ejemplo, el número de muertes por suicidio en exceso fue aproximadamente el doble después del evento de Robin Williams de 2014. Los patrones de contagio de suicidios fueron similares tras las muertes de Spade y Bourdain, aunque no tan pronunciados, tal vez porque la cobertura mediática fue diferente, sugieren los autores. Es posible que menos gente del público en general se sintiera profundamente conectada con Spade y Bourdain.

El modelo mostró que, tanto en 2014 como en 2018, el llamado “pico de contagios” disminuyó después y se redujo a niveles casi iniciales en un mes aproximadamente. “Se necesitan estudios adicionales para comprender mejor los mecanismos que impulsan el contagio del suicidio y para orientar las medidas de respuesta y prevención del suicidio”, escriben los investigadores. Los autores señalan que siguen existiendo obstáculos sustanciales para la predicción en tiempo real de eventos de contagio por suicidio.

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En particular, la comprensión de estos eventos sigue siendo limitada y debe ampliarse mediante una mayor documentación y cuantificación del contagio por suicidio, tanto a escala local como poblacional, dicen los autores. Además, se necesitan datos en tiempo real para generar análisis con mayor rapidez.

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