¿Un tinto entre Petro y Uribe podrá resucitar la reforma a la salud?
El Gobierno y la oposición se reúnen hoy para intentar, una vez más, darle un nuevo empujón a la reforma a la salud. ¿Lo lograrán?
Juan Diego Quiceno
El gobierno del presidente Gustavo Petro intentará hoy darle un nuevo soplo de vida a su reforma a la salud. En horas de la tarde se reunirá con un grupo crítico de la reforma, liderado por el Centro Democrático y el expresidente Álvaro Uribe, para intentar cambiar un escenario que hoy se muestra contrario a sus intereses. Durante las últimas sesiones de discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes, la coalición oficial apenas logró la aprobación de cinco artículos antes de que la oposición y los congresistas independientes rompieran el quórum de discusión y decisión, y obligaran al aplazamiento.
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El gobierno del presidente Gustavo Petro intentará hoy darle un nuevo soplo de vida a su reforma a la salud. En horas de la tarde se reunirá con un grupo crítico de la reforma, liderado por el Centro Democrático y el expresidente Álvaro Uribe, para intentar cambiar un escenario que hoy se muestra contrario a sus intereses. Durante las últimas sesiones de discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes, la coalición oficial apenas logró la aprobación de cinco artículos antes de que la oposición y los congresistas independientes rompieran el quórum de discusión y decisión, y obligaran al aplazamiento.
Fue justamente en medio de una de esas sesiones en las que la oposición intentó aplazar el debate, que el presidente Gustavo Petro sorprendió con una publicación en X (antes Twitter): “Invito al Centro Democrático a algo más racional, vengan, nos tomamos un tinto y miramos cuál es su problema con la reforma de la salud que presentamos”, escribió. El expresidente Álvaro Uribe aceptó horas después asistir al encuentro, que se llevará a cabo en la Casa de Nariño. (Puede ver: El chicharrón, la salud y la libertad)
En el café participarán congresistas como los ponentes Alfredo Mondragón y Martha Alfonso Jurado, además de David Racero y Olga Lucía Velásquez. De la oposición irá Andrés Forero, uno de los principales críticos del proyecto. Pero además participarán personas conocidas en el mundo de la salud como Gustavo Campillo, de de Pacientes Colombia; Gloria Quiceno, presidenta de la Asociación de Usuarios de Sanitas; Andrés Vecino, salubrista de la U. Johns Hopkins; Clemencia Mayorga, del Colegio Médico de Bogotá y Cundinamarca; y Gabriel Carrasquilla, de la Academia Nacional de Medicina, por solo mencionar algunos.
¿Cómo entender la reunión? Hay, fundamentalmente, dos lecturas: la política y la técnica.
¿Tambalean las mayorías?
El ritmo de debate que se ha presenciado en esta última semana en la Cámara respecto a la reforma a la salud es radicalmente distinto al que el país vio durante las primeras discusiones, antes de las elecciones regionales, cuando la plenaria llegó a aprobar la mitad de la reforma en sesiones de más de 7 horas diarias.
“Lo que hemos presenciado en los debates es una estrategia de dilación que pretende ir agotando el tiempo de trámite, con argumentos cada vez más falaces y estrategias de mala fe para deslegitimar la reforma”, opina Martha Alfonso Jurado, de la Alianza Verde y ponente de la iniciativa.
Entre gritos, acusaciones, mociones de orden, aclaración y réplicas, el debate se ha estancado. Andrés Calle, el presidente de la Cámara, se ha visto obligado en varias oportunidades a finalizar las sesiones cuando ha comprobado que los partidos rompen el quórum de discusión y decisión. “Creo que estamos viendo el efecto de varios factores en la mayoría de la Cámara de Representantes que, quizá hace un mes, estaba relativamente consolidada. Después de elecciones, de la caída de la popularidad del presidente, entre otros, se ha creado un contexto que está permeando a los congresistas”, señala Catherine Juvinao Clavijo, representante del Partido Verde y quien ha criticado varios aspectos clave de la reforma.
La sensación es que después de las elecciones, el Congreso está en un ánimo un poco más “arrogante”, describió un congresista afín al proyecto de reforma: “Hay un ánimo más revanchista de la oposición, que está intentando arrinconar al Gobierno, haciendo creer que es la gran ganadora de la contienda”. A pesar de la invitación del presidente, pocos creen que la reunión de esta tarde vaya a culminar en un acuerdo político. Los que esperan un pacto, tienen diferentes expectativas.
La posición de los escépticos frente a la reunión, puede resumirse en una opinión de la senadora Paloma Valencia: “Yo creo que nadie está pensando en que él (Gustavo Petro) vaya a actuar de manera distinta a como ha actuado en todas las reuniones en donde invita a la gente: la oye, pero no la escucha. Pero uno no puede perder la esperanza: todo lo que haya que hacer para defender el sistema de salud, hay que hacerlo”, dijo en un video en X. (Puede ver: Vientos de cambio en Nueva EPS: Gobierno pone dos de sus fichas)
De hecho, no es la primera vez que la reforma a la salud intenta acordarse en discusiones políticas: la exministra Carolina Corcho lo intentó con el Partido Liberal y De la U durante varias semanas, sin llegar a un consenso. Luego, los ponentes lo volvieron a intentar autorizando la conformación de una comisión accidental en el Congreso, que terminó reafirmando los mismos puntos de desencuentro (a los que volveremos más adelante). En esta ocasión, y aun con el panorama más enrevesado que en otras oportunidades, nada indica, al menos en principio, que el resultado vaya a ser distinto. Prueba de eso es que, aunque el expresidente Uribe pidió detener el trámite de la reforma mientras se reúne con el Gobierno, el presidente de la Cámara, Andrés Calle, salió ayer en medios a decir que la discusión continuará esta semana.
“Yo parto del principio de buena fe y quisiera creer que el presidente tiene la voluntad de encontrar un gran acuerdo nacional”, dice, en cambio, Gustavo Campillo, quien asistirá a la reunión en representación de Pacientes Colombia (una organización que reúne a decenas de organizaciones de pacientes en el país). “Quiero creer que la bancada del Gobierno está teniendo una lectura distinta de las necesidades y voces de la ciudadanía: partiendo de ahí, nuestra propuesta es que se retire el proyecto de ley y nos sentemos y revisemos entre todos las necesidades y realidades del sistema”, dice.
Es justo en esas expectativas donde comienza a existir divergencias entre quienes esperan que la reunión tenga algún tipo de luz verde. “Yo no espero que la oposición avale y acepte la reforma. Por supuesto, no va a haber un acuerdo en torno a los artículos, pero espero que haya un acuerdo frente al trámite: que el expresidente Uribe pueda aceptar e invitar a su bancada a debatir con argumentos técnicos en la plenaria, como es su función, así sea para votar negativo e intentar hundirla, pero que haya debate, que no se sabotee la labor del Congreso”, dice Jurado. (Puede ver: Contraloría invitó a una reunión a las EPS y al Minsalud)
Esa pretención ya ha sido rechazada por la oposición. Andrés Forero lo ha dejado claro así: “Vamos a seguir saboteando la aprobación de un proyecto que pone en riesgo la vida de los colombianos. Quisiéramos hundirlo, pero la mermelada que reparten a manos llenas hace a varios compañeros inmunes a los argumentos”, escribió hace poco en X como respuesta a una petición similar.
Sobre la posibilidad de que el presidente Petro esté pensando en retirar definitivamente el proyecto del Congreso hay solo rumores que corren entre algunos congresistas, pero los ponentes aseguran que el mandatario sigue jugado por la reforma. “Ha denunciado treinta años el sistema de salud: me parece imposible que ahora, siendo presidente, abandone las pretenciones de cambiarlo. Es, además, su proyecto de reforma que más ha avanzado entre todos”, nos dijo uno de ellos pidiendo reserva.
Por último, hay una lectura política más que se origina en la bancada independiente. “El Gobierno está desesperado y está intentando llevarnos al dilema de Petrismo - Uribismo. Con el café está buscando instalar la narrativa de que la discusión de la reforma a la salud está entre uribistas y petristas, pero la realidad del Congreso y de su plenaria es que hay congresistas gobiernistas e independientes a esos dos bandos que tenemos críticas y cuestionamientos de fondo a la reforma. Un llamado al presidente de la república a que no intente ningunear esa diversidad y que no intente ningunearnos a los congresistas que votamos por él y lo apoyamos en campaña y que, de manera injusta, no hemos sido escuchados”, dice Juvinao.
Detrás de esa incertidumbre política se esconden los mismos desencuentros técnicos de visión y naturaleza del sistema de salud que vienen siendo discutidos desde hace meses.
La visión técnica
Fuentes de la Casa de Nariño, cercanas a Petro, aseguran que, por ahora, tienen claro que hay tres puntos en los que coinciden en la reforma con la oposición: priorizar la atención en zonas rurales “donde no hay capacidad suficiente para atender a la población”; fortalecer los hospitales públicos de todo el país, y el sistema de aseguramiento de los pacientes. “El aseguramiento no son las EPS, que son las aseguradoras, sino el seguro para cubrir una contingencia, que es lo que representa cada paciente para el sistema”, explicó.
Pero en los poco más de 50 artículos que faltan por discutir de la reforma a la salud hay más preocupaciones y debates, que acuerdos. “Nos inquieta mucho el papel de las Gestoras de Vida (hoy EPS) y sus funciones, que creemos no están claras y se solapan con otras entidades como las territoriales, la Adres o los CAPS”, dice Clemencia Mayorga, presidenta del Colegio Médico de Bogotá y Cundinamarca. Se refiere, en este primer punto, a una crítica que han hecho otras personas de la academia en la que señalan que en el modelo propuesto por el Gobierno no parece claro qué responsabilidades compete a qué instituciones, lo que hace confuso el fluir correcto del usuario por el sistema de salud.
Puede ver: Trabajadoras no pueden ser despedidas solo por tener endometriosis: Corte Constitucional
Es lo que Giovanni Jiménez, investigador de salud pública de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y quien ha seguido esta discusión, llama atomización de las responsabilidades: “¿Quién respondería si esa gestión no se hace bien? Hoy responde la EPS, pero cuando las responsabilidades se dividen en varios actores, ¿a quién puede ir el ciudadano a exigir la garantía de su derecho? ¿A los CAPS? ¿A la Adres? ¿Al hospital? No hay claridad porque las funciones de unas y de otras se solapan o son muy difusas entre sí”, explica.
A Mayorga también le preocupan dos puntos más: uno, la transición (que es de dos años en el articulado actual), que cree que podría no ser suficiente para que entidades como la Adres, el llamado banco de la salud, asuman sus nuevas responsabilidades. Dos, la financiación general del sistema, con la ausencia aún marcada del famoso aval fiscal. Cuando se estaba tramitando el primer debate en la comisión séptima de la Cámara, el Ministerio de Hacienda presentó un documento con proyecciones de costos de la reforma que son números provisionales. A la fecha, no existe un concepto fiscal de esta cartera sobre la reforma. “Ya estamos llegando a un punto en donde encontrar consensos en esos puntos es más difícil”, reconoce Jurado.
En medio de esta discusión, y del café de hoy, el mundo de la salud atiende día a día noticias que no ayudan a generar tranquilidad: “Todos los días despertamos esperando qué es lo que va a pasar. Y lo que pasa siempre supera lo que imaginamos”, dice Mayorga. La última semana, la casi pelea entre Sanitas y el Ministerio de Salud abrió otro capítulo en la historia. “Yo quisiera que lo primero que acordáramos hoy fuera bajarle un poco el tono de polarización a la discusión: ojalá pudiéramos entender que la reforma a un sistema de salud tiene que escuchar a los técnicos y a quienes estamos todos los días en el sistema”, dice la presidenta del Colegio Médico de Bogotá y Cundinamarca. “El país necesita una discusión más técnica”.