Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hay quienes aseguran que tomarse una aspirina todos los días ayuda a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por eso, este medicamento (ácido acetilsalicílico) se ha convertido en uno de los genéricos más vendidos a nivel mundial. Se cree que una baja dosis puede inhibir la agregación de plaquetas, pequeñas células que ayudan a reparar vasos sanguíneos. Pero ¿qué tan medicamente cierta es esa creencia? (Lea: La misma dosis de aspirina para pacientes cardíacos no es una buena idea)
No mucho. Esa es la respuesta que acaban de publicar investigadores de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia) tras suministrarle a más de 19.000 personas cien miligramos de aspirina diariamente y a otros un placebo por un promedio de cuatro a siete años. Entre los participantes se encontraban hispanos y afros mayores de 65 años y blancos de 70 años o más.
El resultado del experimento fue sorpresivo. La baja dosis que se les suministró no disminuyó sus riesgos de enfermedades cardiovasculares, discapacidad o demencia. Por el contrario, ésta aumentó sus riesgos de sangrado significativo en trasfusiones o ingresos al hospital.
De hecho, los participantes que tomaron aspirina presentaron una tasa de mortalidad levemente mayor al final del estudio. En su mayoría, la causa de muerte fue cáncer no por nuevos casos sino por la misma enfermedad. Este resultado contradice investigaciones previas porque existe la creencia de que, la aspirina reduce riesgos de cáncer.
Así que los autores del estudio, dividido en tres y publicado este domingo en The New England Journal of Medicine, recomiendan que aquellas personas mayores con buena salud, si no la necesitan, no las comiencen a tomar", aseguró el Dr. John McNeil, líder de la investigación para el diario New York Times.