Universidad del Rosario prohibió el uso de cigarrillos electrónicos en el campus
La decisión se tomó teniendo como base conceptos emitidos por el Ministerio de Salud que señalan que estos dispositivos (cigarrillos electrónicos y vapeadores) no son inofensivos para la salud humana. En junio de este año, el Ministerio de Educación no consideró viable que se utilizarán estos dispositivos en las instituciones educativas.
Hace unos meses, al Ministerio de Educación llegaron una serie de preguntas sobre el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores en las instituciones educativas. Las dudas que se planteaban en el documento, apuntaban a si existía o no una regulación para el uso de estos dispositivos al interior de estas instituciones. En el concepto de nueve páginas que elaboró la cartera para dar respuesta a las inquietudes, dos cosas quedaron claras. (Puede leer: A una mujer le extrajeron 55 pilas del estómago, la mayor cantidad conocida)
La primera era que la entidad encargada de reglamentar el uso del cigarrillo es el Ministerio de Salud, que en todo caso, como dice el concepto, ha señalado que estos dispositivos no son inofensivos para la salud. La segunda, era que, si bien no era su competencia, “no consideraba viable el uso y/o consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores en instituciones educativas”.
Ese concepto, el 118804 de junio de 2022, fue el que la Universidad del Rosario usó como base para tomar la decisión que se le comunicó a la comunidad educativa en la mañana de este lunes: “no autorizar el uso de cigarrillos, cigarrillos electrónicos y vapeadores en ningún espacio físico dentro de sus sedes”. También se prohíbe la comercialización y distribución de estos dispositivos al interior del campus universitario. (Le puede interesar: “Lamento la posición tomada por el Gobierno colombiano en la OPS”: exministro Ruíz)
La decisión, como señaló la Universidad a través de un correo electrónico, se da “atendiendo a las recomendaciones de cuidado y prevención y del derecho a la salud”, así como por conceptos emitidos en el pasado por el Ministerio de Salud en los que advierten, por ejemplo, que “los vapeadores y cigarrillos electrónicos no son inofensivos para la salud ni permitan dejar de fumar”.
Hace casi un año, Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, señaló que “el cigarrillo electrónico, los vapeadores y otros productos emergentes de administración de nicotina y sin nicotina no cuentan con evidencia científica libre de conflicto de interés para ser considerada como una alternativa de riesgo reducido para los consumidores de tabaco en Colombia”. Desde esa cartera se hizo un llamado para avanzar en una regulación integral para esos dispositivos. (También puede leer: Las enfermedades olvidadas que crecen entre la palma y la coca)
De hecho, hace un mes, un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), apuntaba que estos dispositivos eran una amenaza en la lucha contra el tabaquismo. En el documento se lamentaba el hecho de que los productos de nicotina y tabaco novedosos y emergentes, como los cigarrillos electrónicos, estuvieran cada vez más disponibles y accesibles, lo que supone una amenaza para el control del tabaco.
Como contamos en estos dos reportajes (entrega uno - entrega dos), desde hace más de una década se comercializan en el país estos dispositivos con nicotina de múltiples formas y sabores. Aunque cada vez son más populares y se venden sin restricciones, Colombia no ha sido capaz de regularlos. En medio de ese vacío, hay organizaciones que promueven su uso para abandonar el cigarrillo convencional, pero hay muchos médicos preocupados, pues temen que desaten otro problema de salud pública.
Hace unos meses, al Ministerio de Educación llegaron una serie de preguntas sobre el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores en las instituciones educativas. Las dudas que se planteaban en el documento, apuntaban a si existía o no una regulación para el uso de estos dispositivos al interior de estas instituciones. En el concepto de nueve páginas que elaboró la cartera para dar respuesta a las inquietudes, dos cosas quedaron claras. (Puede leer: A una mujer le extrajeron 55 pilas del estómago, la mayor cantidad conocida)
La primera era que la entidad encargada de reglamentar el uso del cigarrillo es el Ministerio de Salud, que en todo caso, como dice el concepto, ha señalado que estos dispositivos no son inofensivos para la salud. La segunda, era que, si bien no era su competencia, “no consideraba viable el uso y/o consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores en instituciones educativas”.
Ese concepto, el 118804 de junio de 2022, fue el que la Universidad del Rosario usó como base para tomar la decisión que se le comunicó a la comunidad educativa en la mañana de este lunes: “no autorizar el uso de cigarrillos, cigarrillos electrónicos y vapeadores en ningún espacio físico dentro de sus sedes”. También se prohíbe la comercialización y distribución de estos dispositivos al interior del campus universitario. (Le puede interesar: “Lamento la posición tomada por el Gobierno colombiano en la OPS”: exministro Ruíz)
La decisión, como señaló la Universidad a través de un correo electrónico, se da “atendiendo a las recomendaciones de cuidado y prevención y del derecho a la salud”, así como por conceptos emitidos en el pasado por el Ministerio de Salud en los que advierten, por ejemplo, que “los vapeadores y cigarrillos electrónicos no son inofensivos para la salud ni permitan dejar de fumar”.
Hace casi un año, Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, señaló que “el cigarrillo electrónico, los vapeadores y otros productos emergentes de administración de nicotina y sin nicotina no cuentan con evidencia científica libre de conflicto de interés para ser considerada como una alternativa de riesgo reducido para los consumidores de tabaco en Colombia”. Desde esa cartera se hizo un llamado para avanzar en una regulación integral para esos dispositivos. (También puede leer: Las enfermedades olvidadas que crecen entre la palma y la coca)
De hecho, hace un mes, un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), apuntaba que estos dispositivos eran una amenaza en la lucha contra el tabaquismo. En el documento se lamentaba el hecho de que los productos de nicotina y tabaco novedosos y emergentes, como los cigarrillos electrónicos, estuvieran cada vez más disponibles y accesibles, lo que supone una amenaza para el control del tabaco.
Como contamos en estos dos reportajes (entrega uno - entrega dos), desde hace más de una década se comercializan en el país estos dispositivos con nicotina de múltiples formas y sabores. Aunque cada vez son más populares y se venden sin restricciones, Colombia no ha sido capaz de regularlos. En medio de ese vacío, hay organizaciones que promueven su uso para abandonar el cigarrillo convencional, pero hay muchos médicos preocupados, pues temen que desaten otro problema de salud pública.