Viene la prueba de fuego para la reforma a la salud
La reforma a la salud está a un paso de ser aprobada en la Cámara de Representantes. Mañana se votarán los últimos artículos y de ahí pasará al Senado. ¿Tendrá el mismo respaldo? Analizamos cómo está el apoyo del Gobierno y qué podría cambiar en el sistema.
Sergio Silva Numa
Juan Diego Quiceno
En la reunión que hubo entre Gustavo Petro, Álvaro Uribe y varios congresistas para conversar sobre la reforma a la salud, hubo un punto, en especial, que le llamó la atención al presidente. Cuando uno de los asistentes mencionó la posibilidad de que la Corte Constitucional “tumbara” el documento —en caso de ser aprobado en el Congreso—, Petro no se sintió nada cómodo y enseguida, cuenta uno de los asistentes, interpeló esa idea.
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En la reunión que hubo entre Gustavo Petro, Álvaro Uribe y varios congresistas para conversar sobre la reforma a la salud, hubo un punto, en especial, que le llamó la atención al presidente. Cuando uno de los asistentes mencionó la posibilidad de que la Corte Constitucional “tumbara” el documento —en caso de ser aprobado en el Congreso—, Petro no se sintió nada cómodo y enseguida, cuenta uno de los asistentes, interpeló esa idea.
“Si la Corte la tumba, la vuelvo a radicar. Y si la vuelve a tumbar, la vuelvo a radicar, obviamente con los reparos que la Corte requiera”, respondió. Para alguien que estuvo en el encuentro, es como si hubiesen tocado un tema muy sensible. Días antes se habían caído varios de los decretos de la emergencia en La Guajira. (Puede ver: $2.4 billones para Nueva EPS y otros datos del concepto fiscal sobre la reforma)
La reforma a la salud ha vuelto a estar en el centro del debate toda la semana. Mañana los representantes de la Cámara discutirán si aprobar o no los últimos nueve artículos del documento. Como le confirmaron a este diario varios congresistas, es casi un hecho que tendrá luz verde. De ahí saltará al Senado. Parece que se ha convertido en un asunto de honor que sea aprobada en el Congreso, dice Tatiana Andia, profesora de la U. de los Andes, quien lleva años estudiando los detalles del sistema de salud. “En este punto nadie la va a retirar”.
“Intuyo que el presidente Petro quiere que, al final, el resultado sea que sus electores le reconozcan haber hecho el intento de pasar esa reforma, así los efectos sobre la atención y el acceso aún no sean claros. Pero él tiene mucha experiencia en el Congreso y sabe que ese proyecto, al final, se puede caer en la Corte”, agrega otra de las personas que estuvo en la reunión con Uribe.
Aunque es difícil pararse en el terreno de la especulación, lo cierto es que vienen semanas intensas. Hoy las posturas están suficientemente claras. “Requerimos un cambio que no destruya y una reforma de salud que garantice la progresividad del derecho”, anotaron en una carta varios exministros y exviceministros de Salud, entre los que estaban Alejandro Gaviria, Fernando Ruiz y Beatriz Londoño.
Ana María Vesga, la directora de Acemi —entidad que agrupa a las EPS— resumió la opinión del gremio en un par de frases: “Estamos muy preocupadas. A pesar de muchos llamados a la Cámara, avanzó la reforma a la salud sin un juicioso análisis de su impacto. Continuaremos en Senado, donde esperamos un debate riguroso”. (Puede ver: Cámara aprueba el fin de las EPS como las conocemos; faltan dos debates más)
En la otra orilla estaba el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que defiende a capa y espada el documento que le heredó Carolina Corcho, y otros actores, como los hospitales públicos. “Apoyamos la reforma por varios puntos que son fundamentales para el usuario y los prestadores. Fortalece la infraestructura y dotación de la red pública; permite contratos dignos al talento humano en salud y conforma redes integrales e integradas como modelo de prestación”, resalta Olga Lucía Zuluaga, directora de Acesi, asociación que reúne a una parte de ellos.
La otra porción de los hospitales públicos y la mayoría de privados están agremiados en la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas. A Juan Carlos Giraldo, su director, le parece que sí tiene sentido la “evolución” que tendrán las EPS en la reforma, al convertirse en gestoras de vida (ver infografía para más detalles). También está de acuerdo con que la ADRES, que maneja la plata del sistema, se convierta en un “pagador único”. Lo que lo inquieta es que en la reforma no estén definidas las funciones de los llamados CAPS (Centros de Atención Primaria), que se pueden confundir con las de otras entidades.
Pero en medio de todos esos episodios, la profesora Andia cree que entre tantas discusiones sobre aseguramiento y protección financiera en el sistema, todos los actores están pasando un debate por alto: “La experiencia de muchos pacientes frente al sistema aún es tortuosa. Aún hay muchas barreras innecesarias y los usuarios solo quieren poder acceder más fácil a sus citas y tratamientos. Muy valioso todo el trabajo que están haciendo en esta discusión, pero ¿no están perdiendo totalmente de vista a la gente? ¿No deberíamos hablar de cómo mejorar su experiencia?”, se pregunta.
¿Qué esperar de la prueba de fuego?
En el Senado el proyecto se enfrenta a dos escenarios: primero en la Comisión Séptima y, si supera ese debate, pasará a plenaria. En la Comisión el Gobierno tiene algunas cosas a favor. La presidenta, que es quien coordina, direcciona los debates y organiza las agendas, es Martha Isabel Peralta, una líder indígena wayuu, abogada y especialista en Derecho Ambiental, que dirige el Movimiento Indígena Social y Alternativo (MAIS) desde 2015. (Puede ver: El plan de Minsalud para desabastecimiento de medicamentos).
Peralta, coordinadora ponente de la reforma pensional del Gobierno, ha mostrado su apoyo a la reforma a la salud. En febrero de 2023, por ejemplo, estaba junto a la entonces ministra Carolina Corcho en la presentación del proyecto en la Casa de Nariño. Aprovechó para escribir en X: “La salud la convirtieron en mercancía, el paciente fue deshumanizado y visto como una cifra más. ¡No más! La salud ahora será un derecho de verdad”.
En la Comisión Séptima el Gobierno tiene también el apoyo seguro de Piedad Córdoba y Wilson Arias, ambos del Pacto Histórico. Este último, por ejemplo, estuvo activo en redes sociales en la crisis que enfrentó a Sanitas con Minsalud. “¿Sanitas es SaludCoop 2.0? El voto de respaldo de Ómar de Jesús Restrepo, de Comunes, también es probable.
Pero el proyecto puede tener un escenario un poco más difícil con congresistas como Honorio Miguel Henríquez y Alirio Barrera, del Centro Democrático. El primero fue uno de los autores de un proyecto paralelo de reforma a la salud que se presentó en la Comisión Séptima de la Cámara como una alternativa al del Minsalud. El segundo ha sugerido (como lo hizo a finales de octubre pasado) que el Gobierno está jugando con la salud de los colombianos.
Por otra parte, está la senadora Norma Hurtado, del partido de La U, que tiene una amplia trayectoria en el sector de la salud y también será una voz crítica del proyecto. Hurtado ha señalado que reconoce la necesidad de una reforma al sistema de salud, pero ha dejado ver críticas respecto al escenario fiscal de la reforma y sobre asuntos un poco más técnicos como la gestión del riesgo en salud.
El Partido Conservador tiene también dos senadores: Nadia Georgette Blel Scaff y José Alfredo Marín Lozano. Ambos se han mostrado críticos con la reforma. La primera ha señalado, en línea con el consenso público de su partido, que no apoya un proyecto “que va en contravía de lo que hemos avanzado en salud en las últimas décadas”. (Puede ver: Ninguna menor murió por “bacteria adquirida en una piscina en Santa Marta”).
Entre tanto, el senador Marín ha defendido unos puntos que impidieron hace unos meses que ese partido apoyara el proyecto, al menos abiertamente, en la Cámara de Representantes.
En este panorama, hay posiciones como la de la Alianza Verde (con dos senadores en la Comisión Séptima) y del Liberalismo (con un asiento) que se tendrán que ir decantando con el paso de los debates. Se sabe que ambos partidos están divididos internamente respecto a esta reforma.
En todo caso, es probable, dicen tres personas que consultamos y conocen el Congreso, que el escenario de la Comisión Séptima sea relativamente más “fácil” que el de la Plenaria. Su presidente es Iván Name, de la Alianza Verde, que ganó ese puesto con apoyo de los partidos de oposición y derrotando a Angélica Lozano, respaldada por toda la bancada del petrismo.
Name ha sido claro en que no tiene afán en tramitar esta reforma: “Colombia lleva 30 años sin hacer las reformas necesarias, entre ellas que la salud debe ser revisada, pero no tiene que ser de una manera apresurada; no vamos a querer que se evacúe en tres o cuatro meses”.
“Creo que podemos tener mayor reflexión sobre cómo va a impactar esas modificaciones que trae el proyecto al acceso al derecho a la salud de los colombianos”, argumenta Carlos Fernando Motoa, senador de Cambio Radical, quien ha impulsado desde la Comisión Primera un proyecto de reforma a la salud que se tramita como ley estatutaria y que, dijo, seguirá promoviendo.
El Gobierno no tiene las mayorías en la plenaria del Senado. Tiene 34 senadores (entre Pacto Histórico y Alianza Verde) de 106. El gran grueso de congresistas en esta corporación está hoy en partidos independientes. Hay, además, algunas dinámicas que diferencian al Senado de la Cámara. Por ejemplo, la renovación. (Puede ver: Decreto del Gobierno Petro autoriza reabrir mataderos en algunos municipios).
“La Cámara se renueva en cada elección en un 65-70 %. El Senado se suele renovar mucho menos: en un 35 %. El senador tiene una mayor permanencia en la corporación y, por ende, es más consciente de que una decisión puede afectar su representación electoral. Eso influye en la decisión que toma respecto a estas reformas”, nos dijo otro senador que prefirió no ser nombrado.
En todo caso, la profesora Tatiana Andia espera que en lo que resta de discusiones no se pase por alto un tema crucial: “Nadie tiene claro cómo será la transición que propone la reforma. Deben tener claro que no se crean capacidades nuevas en el sector público de la noche a la mañana. Eso toma tiempo. Entonces, yo espero que los congresistas sean un poco más honestos sobre las capacidades que vale la pena preservar”.