Alemania verificará si Clubhouse cumple con las políticas de protección de datos europeas
La aplicación, que ha ganado popularidad mundial en los últimos meses, ha empezado a suscitar en Alemania dudas legales sobre privacidad, desinformación y acoso.
Desarrollada hace menos de un año en California, Estados Unidos, por el empresario de Silicon Valley Paul Davison y el exempleado de Google Rohan Seth, esta red social se rige legalmente por la Ley de privacidad del consumidor de California (CCPA), que no es aplicable en Europa.
”No importa qué derechos y libertades se establezcan en estas disposiciones porque la CCPA tiene como objetivo proteger sólo a los residentes de California”, explica , Johannes Caspar, el comisionado de Hamburgo para Seguridad de Datos y Libertad de Información.
Este comisionado se ha coordinado con otras autoridades supervisoras alemanas y ha enviado un catálogo de preguntas a los operadores de esta aplicación para verificar el cumplimiento del Reglamento General Europeo de Protección de Datos (GDPR) que prevé multas de hasta 20 millones de euros por infracciones.
Debates en tiempo real
Clubhouse es una mezcla de una conferencia virtual y un pódcast interactivo en el que los usuarios pueden crear salas para debatir -en principio sobre cualquier tema- mediante audio y con hasta 5.000 personas en tiempo real.
Una sala popular de habla alemana, por ejemplo, es “Mittag im Regierungsviertel” (Hora del almuerzo en el distrito gubernamental), en la que un grupo de oradores, entre ellos destacados parlamentarios alemanes y periodistas, debaten sobre un tema político del día, como el derecho a trabajar desde casa, al tiempo que comparten lo que almorzaron.
La red social actualmente limita el número de usuarios a través de dos mecanismos: sólo está disponible para dispositivos Apple y además usa un “principio de invitación”, es decir, aquellos que son invitados por un usuario existente pueden tener voz.
Ambos factores conllevan que sea principalmente usada por celebridades, políticos y figuras destacadas de los medios de comunicación como la ministra de Asuntos Digitales, la socialcristiana bávara Dorothee Bär; el presidente de FDP Christian Lindner; el presentador de televisión Dunja Oll Hayali o la activista de Fridays-for-Future Luisa Neubauer.
El número de usuarios en la aplicación, lanzada a principios de 2020, ha pasado de 1.500 en mayo a casi dos millones a nivel mundial y fue la aplicación para iPhone más descargada en Alemania la última semana de enero.
Aún así, el éxito le llegó en Alemania solo ese mes, cuando los expertos en tecnología Philipp Klöckner y Philipp Gloeckler iniciaron una discusión en Clubhouse con los fanáticos de su pódcast “Doppelgänger” y crearon un grupo de Telegram para que la gente compartiera sus invitaciones.
”Suponemos que más de 50.000 usuarios hicieron uso de este embudo para obtener acceso a la aplicación Clubhouse”, dice Gloeckler.
Privacidad y transferencia de datos
Siendo la primera empresa estadounidense de redes sociales que se abre en años, a Clubhouse le está empezando a ocurrir lo que antes sucedió con gigantes como Twitter, Snapchat y Facebook: a un crecimiento viral le siguen los problemas legales.
Para invitar a un tercero, el usuario debe permitir que la aplicación acceda a su libreta de contactos y esta información se transmite a Clubhouse para crear “perfiles en la sombra”, es decir, para almacenar información sobre los interesados que ni siquiera se han registrado en la aplicación, según explica en su página web Reuschlaw Legal Consultants (Berlín).
En 2016 el Tribunal supremo Federal de Alemania ya falló en contra de la herramienta Friend Finder de Facebook marcando un antecedente que prohíbe que las plataformas de redes sociales requieran que los usuarios carguen sus libretas de direcciones.
”Es irresponsable que los usuarios compartan sus contactos sólo para recibir nuevas invitaciones. Espero que las agencias de protección de datos europeas vayan tras la aplicación y les multen”, señala Markus Beckedahl, fundador del blog alemán de libertad digital Netzpolitik.
Además, la política de privacidad de la aplicación establece que al usar su servicio, el usuario acepta que sus datos se transferirán a la empresa en Estados Unidos, pero esto no constituye una declaración válida de consentimiento porque conforme el GDPR este debe ser “explícito”, según Reuschlaw Legal Consultants.
”Se pueden imponer multas elevadas al operador pero el GDPR no prevé que la aplicación se bloquee o cancele en caso de violación de la protección de datos”, confirma el abogado de medios con sede en Colonia Christian Solmecke.
Acoso y grabación de conversaciones
El crecimiento de Clubhouse ha ido acompañado de críticas porque las mujeres y las personas de color sean objetivos frecuentes de abuso y que las discusiones que alberga sobre antisemitismo, homofobia, racismo y misoginia van en aumento.
”La aplicación registra temporalmente las conversaciones para descubrir infracciones de las Normas de la comunidad. Los operadores de la aplicación Clubhouse pueden invocar la protección de ‘intereses legítimos’ bajo el GDPR”, explica Solmecke, que considera que este hecho también daña la privacidad de los usuarios.
Desarrollada hace menos de un año en California, Estados Unidos, por el empresario de Silicon Valley Paul Davison y el exempleado de Google Rohan Seth, esta red social se rige legalmente por la Ley de privacidad del consumidor de California (CCPA), que no es aplicable en Europa.
”No importa qué derechos y libertades se establezcan en estas disposiciones porque la CCPA tiene como objetivo proteger sólo a los residentes de California”, explica , Johannes Caspar, el comisionado de Hamburgo para Seguridad de Datos y Libertad de Información.
Este comisionado se ha coordinado con otras autoridades supervisoras alemanas y ha enviado un catálogo de preguntas a los operadores de esta aplicación para verificar el cumplimiento del Reglamento General Europeo de Protección de Datos (GDPR) que prevé multas de hasta 20 millones de euros por infracciones.
Debates en tiempo real
Clubhouse es una mezcla de una conferencia virtual y un pódcast interactivo en el que los usuarios pueden crear salas para debatir -en principio sobre cualquier tema- mediante audio y con hasta 5.000 personas en tiempo real.
Una sala popular de habla alemana, por ejemplo, es “Mittag im Regierungsviertel” (Hora del almuerzo en el distrito gubernamental), en la que un grupo de oradores, entre ellos destacados parlamentarios alemanes y periodistas, debaten sobre un tema político del día, como el derecho a trabajar desde casa, al tiempo que comparten lo que almorzaron.
La red social actualmente limita el número de usuarios a través de dos mecanismos: sólo está disponible para dispositivos Apple y además usa un “principio de invitación”, es decir, aquellos que son invitados por un usuario existente pueden tener voz.
Ambos factores conllevan que sea principalmente usada por celebridades, políticos y figuras destacadas de los medios de comunicación como la ministra de Asuntos Digitales, la socialcristiana bávara Dorothee Bär; el presidente de FDP Christian Lindner; el presentador de televisión Dunja Oll Hayali o la activista de Fridays-for-Future Luisa Neubauer.
El número de usuarios en la aplicación, lanzada a principios de 2020, ha pasado de 1.500 en mayo a casi dos millones a nivel mundial y fue la aplicación para iPhone más descargada en Alemania la última semana de enero.
Aún así, el éxito le llegó en Alemania solo ese mes, cuando los expertos en tecnología Philipp Klöckner y Philipp Gloeckler iniciaron una discusión en Clubhouse con los fanáticos de su pódcast “Doppelgänger” y crearon un grupo de Telegram para que la gente compartiera sus invitaciones.
”Suponemos que más de 50.000 usuarios hicieron uso de este embudo para obtener acceso a la aplicación Clubhouse”, dice Gloeckler.
Privacidad y transferencia de datos
Siendo la primera empresa estadounidense de redes sociales que se abre en años, a Clubhouse le está empezando a ocurrir lo que antes sucedió con gigantes como Twitter, Snapchat y Facebook: a un crecimiento viral le siguen los problemas legales.
Para invitar a un tercero, el usuario debe permitir que la aplicación acceda a su libreta de contactos y esta información se transmite a Clubhouse para crear “perfiles en la sombra”, es decir, para almacenar información sobre los interesados que ni siquiera se han registrado en la aplicación, según explica en su página web Reuschlaw Legal Consultants (Berlín).
En 2016 el Tribunal supremo Federal de Alemania ya falló en contra de la herramienta Friend Finder de Facebook marcando un antecedente que prohíbe que las plataformas de redes sociales requieran que los usuarios carguen sus libretas de direcciones.
”Es irresponsable que los usuarios compartan sus contactos sólo para recibir nuevas invitaciones. Espero que las agencias de protección de datos europeas vayan tras la aplicación y les multen”, señala Markus Beckedahl, fundador del blog alemán de libertad digital Netzpolitik.
Además, la política de privacidad de la aplicación establece que al usar su servicio, el usuario acepta que sus datos se transferirán a la empresa en Estados Unidos, pero esto no constituye una declaración válida de consentimiento porque conforme el GDPR este debe ser “explícito”, según Reuschlaw Legal Consultants.
”Se pueden imponer multas elevadas al operador pero el GDPR no prevé que la aplicación se bloquee o cancele en caso de violación de la protección de datos”, confirma el abogado de medios con sede en Colonia Christian Solmecke.
Acoso y grabación de conversaciones
El crecimiento de Clubhouse ha ido acompañado de críticas porque las mujeres y las personas de color sean objetivos frecuentes de abuso y que las discusiones que alberga sobre antisemitismo, homofobia, racismo y misoginia van en aumento.
”La aplicación registra temporalmente las conversaciones para descubrir infracciones de las Normas de la comunidad. Los operadores de la aplicación Clubhouse pueden invocar la protección de ‘intereses legítimos’ bajo el GDPR”, explica Solmecke, que considera que este hecho también daña la privacidad de los usuarios.