Aracely Quispe, la ingeniera astronáutica que trabaja en el telescopio más potente de NASA
Esta científica peruana, cinturón negro en karate, ha sido líder en tres misiones de la agencia espacial. Dice que su contribución a la ciencia y servir de inspiración para la niñez latinoamericana ha sido lo más gratificante de su carrera.
María Alejandra Medina C. / @Alejandra_mdn
El día que Aracely Quispe vio un video de Neil Armstrong caminando sobre la faz de la Luna su vida cambió. En ese momento supo que “algún día quería hacer algo así”, según sus palabras. Era una niña de seis o siete años con un sueño que podría haber sido calificado como demasiado ambicioso para una pequeña de Marripón, provincia de Lambayeque, en el norte de Perú.
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El día que Aracely Quispe vio un video de Neil Armstrong caminando sobre la faz de la Luna su vida cambió. En ese momento supo que “algún día quería hacer algo así”, según sus palabras. Era una niña de seis o siete años con un sueño que podría haber sido calificado como demasiado ambicioso para una pequeña de Marripón, provincia de Lambayeque, en el norte de Perú.
Sin embargo, Quispe, hoy ingeniera sénior astronáutica en la NASA y parte del equipo que está desarrollando el telescopio más potente de esa agencia, el James Webb, reconoce que contó con el apoyo de su familia, la motivación para estudiar por parte de sus abuelos, agricultores, así como el modelo de su madre, una educadora.
“Tuve una vida como cualquier niño o joven soñador, aunque con dificultades, porque nací en el campo, en donde había limitaciones, sumado a que mis papás se divorciaron cuando era muy pequeña”, cuenta. Se graduó del colegio y estudió ingeniería de sistemas en Perú. “A través del deporte se me dio la oportunidad de viajar a diferentes países, y uno de ellos fue Estados Unidos”, comenta. Aracely es cinturón negro en karate.
En Estados Unidos supo que había un tipo de residencia para personas que tienen habilidades extraordinarias. Las demostró tanto en lo deportivo como en lo académico, además de contar con buenas referencias, y pudo quedarse, en donde obtuvo la maestría en ingeniería aeronáutica de la Capitol Technology University. Allí mismo cursa hoy un doctorado en ciencias.
Quispe se describe como proactiva, participativa y optimista. Hoy ya no practica karate a nivel competitivo, sino como hábito para “mantenerse”. A la pregunta de qué ha sido lo más gratificante para su carrera responde dos cosas. Primera, a través de charlas, poder compartir su historia con niños, niñas y jóvenes de la región para servirles como inspiración. La segunda, ser una mujer latina que ha podido contribuir a la comunidad científica.
Aracely Quispe, quien ha liderado en tres misiones de la NASA (Misión de medición a las lluvias tropicales (TRMM), el Orbitador de reconocimiento lunar (LRO) y actualmente el telescopio espacial James Webb), será una de las conferencistas al foro “Revolución en la era digital”, con énfasis en la tecnología de telecomunicaciones 5G, que se realizará en Bogotá el próximo 3 de diciembre, organizado por la empresa Tigo, con el apoyo de Cintel. En diálogo con este diario, contó sobre cómo fomentar el ingreso de niñas y niños a las carreras conocidas como Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por su sigla en inglés).
Desde su experiencia, y a partir de lo que ha podido recorrer de la región, ¿cuáles son para usted los principales obstáculos que afrontan los niños y niñas en la región para emprender carreras STEM?
He podido dialogar con miles de estudiantes en los últimos siete años. Creo que la barrera principal es el paradigma negativo, el “no puedo” por una condición económica, porque “mis padres no me pueden apoyar”, porque “esa carrera no es para mujeres”. Mis conferencias apuntan a romper ese paradigma a través de una experiencia, del ejemplo de que es posible. No tuve nada y pude avanzar y lograrlo, pero coheredamos estereotipos. Todo empieza desde ahí, desde lo cultural, lo he visto en América Latina. Pero hoy veo un cambio en estas nuevas generaciones, así como en las instituciones, empieza a surgir el interés y el compromiso para entrenarse y difundir carreras científicas, programas STEM.
Para ese cambio, ¿qué es clave desde la política pública, la educación, la sociedad...?
Es un cambio social, no solo en el niño o el estudiante, porque hay muchos que tienen la disposición, pero les falta la oportunidad. Los ministerios deberían mejorar los sistemas educativos, impulsar más los programas STEM y la investigación. Habiendo investigación y dando la oportunidad a los jóvenes también se obtienen aportes para un país. Ahora tenemos tecnología, herramientas a nuestro alcance, y creo que hay que hacer uso de ellas y que cada quien haga su parte.
Habla del paradigma del “no puedo”, pero es indiscutible que hay fracasos, que a veces no se puede, y poco se habla de eso. Desde su experiencia, ¿cómo se lidia con el fracaso?
En mi caso, también he tenido obstáculos y fracasos, pero el deporte me ha permitido consolidar mi equilibrio físico y mental. En el karate hay que aprender a perder, a recibir golpes, a caerse y levantarse. Todos en algún momento tenemos obstáculos, fracasamos, pero ahí entran la convicción y determinación que podamos tener para elegir: avanzar o seguir cayendo. El deporte es fundamental para cualquier ser humano, también el estudio: sin educación no avanzamos, es el único camino para alcanzar el éxito. Y la familia: hay que darles confianza a los niños, apoyo a un niño soñador. Si no se le da eso, se reprime y tiene miedo, y el miedo tiene un impacto negativo. En mi caso, me dieron mucha confianza desde pequeña.
Cuando se habla de mujeres en posiciones de liderazgo se dice del “techo de cristal”, del reto de conciliar la vida profesional con la vida familiar. ¿Cómo ha sido en su caso, además como mujer latina, en Estados Unidos?
Llegar a un país que no es el tuyo tiene ciertas dificultades: la cultura, idioma, más siendo inmigrante, latina, en general, todo el trayecto para avanzar en mi vida han sido retos. He tenido que pasar dificultades por el idioma, la cultura, por el hecho de ser mujer y saber que vas a tener que liderar un grupo… A muchos eso no les parece bien. Pero emprender, pensar cómo puedo contribuir, dar siempre un poco más, enfocándome en eso, he podido dejar de lado esos obstáculos, porque siempre los hay. Según como te ven pueden tener una intuición quizás errada, y eso va a pasar siempre. Todo depende más de tu potencial y qué tan competitivo eres. En este país (Estados Unidos) se me ha dado la oportunidad de demostrar todo eso.
Hablando del tema que convoca el evento en Bogotá, ¿cuál es el aporte que puede dar la tecnología 5G a la industria aeroespacial?
Con la conectividad 5G se podrá llegar a todos los rincones a los que antes no se ha podido llegar. La comunicación se está expandiendo. Hoy tenemos antenas que hacen este tipo de comunicaciones, pero llevándolo a satélites podemos expandirnos a rincones a los que nunca se ha llegado. Las comunicaciones mejorarán y la transmisión de data será muy rápida, lo que ayudará a la sociedad.